Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Gracias, Poeta! Tu andar y tus reflejos llenan de orgullo mis letras.Mario Martínez escribió:Hermoso, Hallie.
Como dice Ramón, tus letras tienen el hechizo de la palabra bien expresada y plena de belleza. Un placer.
Abrazos.
Mario.
Aubriel Camila de la Prad escribió:Hallie Hernández Alfaro escribió:Con el tercer balbuceo de tu viaje se dibuja el veredicto gris del asfalto;
la piel emigra al estupor de las horas felices y convulsiona con el Levante que gime,
las caricias se vuelven un capricho de los dioses y la psique enuncia su velamen inerte,
vuelves con las manos temblorosas al solsticio de Madre e intentas hacer pie;
flotas en el anmiótico canto de un tango sin espinas
y despides la pertinencia del ángel visor.
Quedan los cuerpos reflejados en la diestra de mayo, solos y sin edad.
Hallie
Hallie querida, acá estoy, frente a ese precipicio que es tu poema y sabiendo que es inevitable caer en él. Si supieras la cantidad de imágenes y emociones que produce en mí!
Nena, qué bárbaro! Cómo se puede escribir así?
Me pongo de pie y te aplaudo fuerte fuerte fuerte.
Un beso enorme.
Pilar Morte escribió:Tus letras son diferentes, ya lo sabes, y las aplaudo
Un abrazo
Pilar
Angel Valles escribió:Hallie Hernández Alfaro escribió:Con el tercer balbuceo de tu viaje se dibuja el veredicto gris del asfalto;
la piel emigra al estupor de las horas felices y convulsiona con el Levante que gime,
las caricias se vuelven un capricho de los dioses y la psique enuncia su velamen inerte,
vuelves con las manos temblorosas al solsticio de Madre e intentas hacer pie;
flotas en el anmiótico canto de un tango sin espinas
y despides la pertinencia del ángel visor.
Quedan los cuerpos reflejados en la diestra de mayo, solos y sin edad.
Hallie
solos, solos, muy solos y sin edad...
Siempre, siempre será un lujo recorrer tu espacio.
Saludos
-angel
Julio González Alonso escribió:Hallie Hernández Alfaro escribió:Con el tercer balbuceo de tu viaje se dibuja el veredicto gris del asfalto;
la piel emigra al estupor de las horas felices y convulsiona con el Levante que gime,
las caricias se vuelven un capricho de los dioses y la psique enuncia su velamen inerte,
vuelves con las manos temblorosas al solsticio de Madre e intentas hacer pie;
flotas en el anmiótico canto de un tango sin espinas
y despides la pertinencia del ángel visor.
Quedan los cuerpos reflejados en la diestra de mayo, solos y sin edad.
Hallie
Ya el título del poema nos introduce en lo medular de tu reflexión al calor y el dolor de los sentimientos desplegados en los largos versos recitados como profecía u oración. Solos y sin edad; estupendo punto de partida para un final.
Salud.
Gracias por tu reflejo hermoso y el ánimo que me trasmites, Ferreiro!J. J. M. Ferreiro escribió:Hallie, excelente entrega donde las originalísimas texturas poéticas de la imágenes le dan un abanico de sensaciones y sugerencias muy difícil de definir pero especialmente hermoso, y eso, muy nuevo, lo cual es de un gran valor en poesía.
Biquiños.
Antonio Soto escribió:Más allá del embrujo donde las palabras se desvisten del sentido para crecer en paradojas y semillas de signos, la dulce melancolía del tono desborda el alma de un tierno sentimiento maternal.
¡¡¡MARAVILLOSO!!!
Un fuerte y cálido abrazo.
Si me lo permites me atrevería a continuarlo...Hallie Hernández Alfaro escribió: flotas en el anmiótico canto de un tango sin espinas
Hallie
juan delgado escribió:Si me lo permites me atrevería a continuarlo...Hallie Hernández Alfaro escribió: flotas en el anmiótico canto de un tango sin espinas
Hallie
"flotas en el anmiótico canto de un tango sin espinas"
para nacer del claro candil
iluminando al oculto templo de tu palabra"
Perdona mi atrevimiento y mi más sincera felicitación.
Hechicera de los versos, como bien dice Ramón; y como siempre, es un poema donde el aire congela al pulmón...!!!Hallie Hernández Alfaro escribió:Con el tercer balbuceo de tu viaje se dibuja el veredicto gris del asfalto;
la piel emigra al estupor de las horas felices y convulsiona con el Levante que gime,
las caricias se vuelven un capricho de los dioses y la psique enuncia su velamen inerte,
vuelves con las manos temblorosas al solsticio de Madre e intentas hacer pie;
flotas en el anmiótico canto de un tango sin espinas
y despides la pertinencia del ángel visor.
Quedan los cuerpos reflejados en la diestra de mayo, solos y sin edad.
Hallie
