Pilar Morte escribió:Hoy, flores redondas agrietan la turbación,
abrieron el manantial, para avivar el cauce de los días,
las escaleras de dos en dos, y las rayas sobre el cemento rudo,
el recuerdo de la sonrisa sin nombre, y el abrazo con olor a madre.
Hoy retrocedí a la niñez de los libros sin mochila, de las manos
que suavizaban los zapatos para proteger de la violencia.
Hoy el reloj humedeció mi alma al transportar
las hojas del calendario.
¡Qué corto es el segundo sin memoria, y qué tristes
las horas de la ausencia!
No hay rebeldía que perfile doble sentido al camino,
ni línea para recobrar la senda del cariño.
Solo la función única, sin ensayo final, hace la obra.
No se repite la mirada, ni abraza idéntica ternura
bajo el mismo sauce.
Las voces borran las huellas y empujan el tiempo a nuevos rostros.
Un día....
nos guardamos de la lluvia,
escondimos la palabra,
y dilatamos nuestra verdad.
Y hoy, es tarde para recobrarte,
la manos perdieron la caricia
y la nada deshabitó la mirada.
¿Cómo no añorar tu corazón abierto?
Un poema de remembranza, de evocación a los rosados días de la infancia. Y, bajo toda esa hermosa melancolía, se esconde la desoladora certeza de que nunca más volveremos a tener aquellas alas. Ese creo es el gran paradigma de este poema: brindarnos un ambiente cotidiano de dulce de niñez, para sublimar un sablazo de existencialismo puro.
Bueno amiga Pilar ha sido un gusto.
Saludos.