Recuerdo perfectamente aquella mano indígena
saboteando el fondo de mi mochila.
Picadilly Circus anochecía los dedos mientras el pik-up,
- sin límite de horario -
hacía estremecer los huesos de Lord Shaftesbury.
( los míos deslizaban sueños de hippie, au-pair vistiendo las plumas del ángel)
Los hilachos que sin rumbo atraviesan las callejas
debieron atrapar entre sus telas de araña la loca fantasía de mis letras.
O tal vez, quizá simplemente, se quedaron
ahuecando los penachos de la guardia ¡ plas – plas ! en esa danza impasible
y sin cambios (contradicción en su nombre), allá, en Buckingaham Palace .
Y es que, no me sientan bien los cielos grises
habré de sobornar a algún " befeatter" para transmutar visitas por la Aurora Boreal.
1/2/8
( Esto fue en el 2008, ahora, que ya soy más joven y es 2010, siguen sin sentarme bien los grises, me quedo con los verdemarazulcielos y es esto que lo digo en Alicante, claro, a seis de un Mayo que leda por no ser primavera)