Ay, de las fotografías en blanco y negro, el gris del hormigón en los suburbios de la infancia. Aunque el sepia del panorama acabe por agotar la melancolía, el barrio permanecerá, abandonado en un rincón de la pista con muñones de betún donde solía pringarse la derrota.
En fin, ha sido un placer leerte, querido amigo Luis. Felicidades por esta hermosa retrospección.
Un fuerte abrazo.
El pasado siempre queda a nuestra espalda, y por tanto, de algún modo, nos persigue.
Pocas cosas considero tan importantes, porque al fin y al cabo estamos hechos de horas, de años, la realidad de hoy es la consecuencia del ayer.
Nadie se escapa de esa sencilla regla de dos.
Gracias por tu siempre alentadoras palabras.
Mi abrazo de siempre.
Luis Oroz.