Alfileres brillantes

[J. J. Martínez Ferreiro]

Llegad a lo nuevo, diferente, a la ciudad incomprensible donde la lluvia tiembla
en los pliegues del espejo.

Es la lonja de los astros móviles, donde el viaje da forma al sueño, da forma
al pensamiento dormido —una cicatriz palpitante aún ebriedad de la herida.

Las branquias del ventanal respiran la distancia —un soplo agónico anticipando
la voz de la sangre dentro.

Contemplo un gorrión con el canto reventándole en silencio.

Alguien me acerca una bandeja con manos cortadas y la hermosura de un puñal
atravesando la pena.

Hay pedazos de sed hidratando la soledad. Y por el frío vienen acercándose
cinco alfileres brillantes.

Cae el día obligado por el griterío de las cornejas. Ahora todos los ojos riman
con el horizonte y cada isla está anclada a su naufragio.

Y nada ha quedado, ni siquiera la imaginación de haber tenido un universo,
ni siquiera el pesado suspirar de los creyentes, empeñados
en alquilar el vacío entre las estrellas.

Dejadme la carne del futuro y la espuma azul de las aves, el iceberg y su catedral
de mares imposibles.

Dejadme el aliento de un hipopótamo, de un rinoceronte o de un elefante soñando.

Manoseo el corazón arrancando sus plumas negras.

[Julio Gonzalez Alonso]

Llegad a lo nuevo, diferente, a la ciudad incomprensible donde la lluvia tiembla
en los pliegues del espejo

***

Contemplo una bandeja con manos cortadas y la hermosura de un puñal
atravesando la pena

***


Cae el día obligado por el griterío de las cornejas. Ahora todos los ojos riman
con el horizonte y cada isla está anclada a su naufragio.



Dejadme la carne del futuro y la espuma azul de las aves, el iceberg y su catedral
de mares imposibles.

Dejadme el aliento de un hipopótamo, de un rinoceronte o de un elefante soñando.

Manoseo el corazón arrancando sus plumas negras.

Entresaco algunos versos de tan intenso poema, lleno de imágenes surrealistas en versos que desafían la comprensión lineal y nos sumergen en un mundo onírico y a veces violento.

En esta profunda inmersión se explora el dolor como motor de la conciencia, la fragilidad de la realidad y la futilidad de la fe tradicional. Surrealismo e impresionismo para crear un paisaje emocional donde lo bello y lo terrible coexisten. El tono de tu poema es de intensa lucidez, oscura y rebelde, en busca de una verdad esencial y primitiva. Se lee un grito por la autenticidad y una renuncia a las ilusiones del espíritu en favor de la poderosa y a veces brutal materia. Como siempre, Ferreiro, en tu línea mas dura y pura. Aplausos y brindis con godello.

[Ricardo Linares]

Llegad a lo nuevo, diferente, a la ciudad incomprensible donde la lluvia tiembla
en los pliegues del espejo

Es la lonja de los astros móviles, donde el viaje da forma al sueño, da forma
al pensamiento dormido —una cicatriz palpitante aún ebriedad de la herida.

Las branquias del ventanal respiran la distancia, un soplo agónico anticipando
la voz de la sangre dentro.

Contemplo una bandeja con manos cortadas y la hermosura de un puñal
atravesando la pena

Contemplo un gorrión con el canto reventándole en silencio.

Hay pedazos de sed hidratando la soledad. Y por el frío vienen acercándose
cinco alfileres brillantes.

Cae el día obligado por el griterío de las cornejas. Ahora todos los ojos riman
con el horizonte y cada isla está anclada a su naufragio.

Y nada ha quedado, ni siquiera la imaginación de haber tenido un universo,
ni siquiera el pesado suspirar de los creyentes, empeñados
en alquilar el vacío entre las estrellas.

Dejadme la carne del futuro y la espuma azul de las aves, el iceberg y su catedral
de mares imposibles.

Dejadme el aliento de un hipopótamo, de un rinoceronte o de un elefante soñando.

Manoseo el corazón arrancando sus plumas negras.

No se qué decirte J.J. Martinez, de tus brillantes letras llenas de metáforas, las cuales, son difíciles de escoger que me hayan impactado, pues en su totalidad me han dejado la boca abierta por la hermosura que conllevan. Me encantan las metáforas, pero se me resisten, no tengo calidad para ello. Mis felicitaciones y aplausos por el gran arte que tienes. Un saludo con mi respeto.

[Pilar Morte]

Es un poema para releer y ahondar en la riqueza de las imágenes. Hay mucha fuerza desplegada en cada verso
Un placer leerte
Abrazos y salud

[Hallie Hernández Alfaro]

Llegad a lo nuevo, diferente, a la ciudad incomprensible donde la lluvia tiembla
en los pliegues del espejo

Es la lonja de los astros móviles, donde el viaje da forma al sueño, da forma
al pensamiento dormido —una cicatriz palpitante aún ebriedad de la herida.

Las branquias del ventanal respiran la distancia, un soplo agónico anticipando
la voz de la sangre dentro.

Contemplo una bandeja con manos cortadas y la hermosura de un puñal
atravesando la pena

Contemplo un gorrión con el canto reventándole en silencio.

Hay pedazos de sed hidratando la soledad. Y por el frío vienen acercándose
cinco alfileres brillantes.

Cae el día obligado por el griterío de las cornejas. Ahora todos los ojos riman
con el horizonte y cada isla está anclada a su naufragio.

Y nada ha quedado, ni siquiera la imaginación de haber tenido un universo,
ni siquiera el pesado suspirar de los creyentes, empeñados
en alquilar el vacío entre las estrellas.

Dejadme la carne del futuro y la espuma azul de las aves, el iceberg y su catedral
de mares imposibles.

Dejadme el aliento de un hipopótamo, de un rinoceronte o de un elefante soñando.

Manoseo el corazón arrancando sus plumas negras.

Lo cito entero para llevarlo conmigo, querido Ferreiro.
Saturación óptima de belleza, de fuerza, de inconsciente llamado a declarar.
Emocionante como puede aprehenderse este brillo metálico a los lejos (y también desde muy cerca).

Aplausos mil; un abrazo de los grandes.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Llegad a lo nuevo, diferente, a la ciudad incomprensible donde la lluvia tiembla
en los pliegues del espejo

***

Contemplo una bandeja con manos cortadas y la hermosura de un puñal
atravesando la pena

***


Cae el día obligado por el griterío de las cornejas. Ahora todos los ojos riman
con el horizonte y cada isla está anclada a su naufragio.



Dejadme la carne del futuro y la espuma azul de las aves, el iceberg y su catedral
de mares imposibles.

Dejadme el aliento de un hipopótamo, de un rinoceronte o de un elefante soñando.

Manoseo el corazón arrancando sus plumas negras.

Entresaco algunos versos de tan intenso poema, lleno de imágenes surrealistas en versos que desafían la comprensión lineal y nos sumergen en un mundo onírico y a veces violento.

En esta profunda inmersión se explora el dolor como motor de la conciencia, la fragilidad de la realidad y la futilidad de la fe tradicional. Surrealismo e impresionismo para crear un paisaje emocional donde lo bello y lo terrible coexisten. El tono de tu poema es de intensa lucidez, oscura y rebelde, en busca de una verdad esencial y primitiva. Se lee un grito por la autenticidad y una renuncia a las ilusiones del espíritu en favor de la poderosa y a veces brutal materia. Como siempre, Ferreiro, en tu línea mas dura y pura. Aplausos y brindis con godello.

Gracias, Julio, por abrir este poema con tan generoso y profundo comentarios. Todo un placer que los hayas disfrutado.

Un fuerte abrazo.

[Alberto León]

Llegad a lo nuevo, diferente, a la ciudad incomprensible donde la lluvia tiembla
en los pliegues del espejo

Es la lonja de los astros móviles, donde el viaje da forma al sueño, da forma
al pensamiento dormido —una cicatriz palpitante aún ebriedad de la herida.

Las branquias del ventanal respiran la distancia, un soplo agónico anticipando
la voz de la sangre dentro.

Contemplo una bandeja con manos cortadas y la hermosura de un puñal
atravesando la pena

Contemplo un gorrión con el canto reventándole en silencio.

Hay pedazos de sed hidratando la soledad. Y por el frío vienen acercándose
cinco alfileres brillantes.

Cae el día obligado por el griterío de las cornejas. Ahora todos los ojos riman
con el horizonte y cada isla está anclada a su naufragio.

Y nada ha quedado, ni siquiera la imaginación de haber tenido un universo,
ni siquiera el pesado suspirar de los creyentes, empeñados
en alquilar el vacío entre las estrellas.

Dejadme la carne del futuro y la espuma azul de las aves, el iceberg y su catedral
de mares imposibles.

Dejadme el aliento de un hipopótamo, de un rinoceronte o de un elefante soñando.

Manoseo el corazón arrancando sus plumas negras.

Poeta, J.J:

Interesante poema, lleno de imágenes en las que el pensamiento debe detenerse. Este poema invita a la contemplación.

Un placer leerte. ¡Saludos cordiales!

[Alejandro Costa]

Tus alfileres siempre brillan.

Estos versos caen con la belleza de una cascada, como melena que se inunda de sol y reluce en cada matiz, en cada metáfora y en cada palabra.

Si intentas resaltar algún verso, no sabes, ni puedes hacerlo.

Es la magia impregnada de calidad.

Un abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

No se qué decirte J.J. Martinez, de tus brillantes letras llenas de metáforas, las cuales, son difíciles de escoger que me hayan impactado, pues en su totalidad me han dejado la boca abierta por la hermosura que conllevan. Me encantan las metáforas, pero se me resisten, no tengo calidad para ello. Mis felicitaciones y aplausos por el gran arte que tienes. Un saludo con mi respeto.

Gracias, Ricardo, por tu paso y generosos comentarios. Celebro que hayas disfrutado de estos versos.

Hay muchas formas y recursos para llegar a la poesía, y cada poeta ha de buscar la voz que le es propia.

Un abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Es un poema para releer y ahondar en la riqueza de las imágenes. Hay mucha fuerza desplegada en cada verso
Un placer leerte
Abrazos y salud

Gracias, Pilariña, por tu paso y generosos comentarios. Ya sabes que siempre es celebrada tu visita por este sitio.

Un bico.

[Ana Muela Sopeña]

Magnífico poema, Ferreiro

Metáforas e imágenes poéticas al servicio de una poesía de gran calidad. Surrealismo e impacto emocional en cada verso.

Eres un mago de la palabra.


Enhorabuena
Un beso grande
Ana

[Julio Bonal]

Hermosísimo poema habitado por una mirada, no ya de largo alcance, sino oceánica, en largo abrazo a lo que hay, aun si todo acaba por desaparecer con el postrer alfilerazo. Esa sed, esa sed, ésa, es quizá el eco de un clamor en el desierto, el que arroja al brillante chispazo que por un brevísimo instante ilumina la oscuridad.

Una abraçada.

[Ulises C.J.]

Siempre tus poemas, amigo, me evocan el pensamiento de un guerrillero, cuando se queda solo en su noche, esperando al siguiente día.
sin miedo a morir. Con instinto de supervivencia.
Contemplación, tristeza y fuerza.
Abrazos.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Llegad a lo nuevo, diferente, a la ciudad incomprensible donde la lluvia tiembla
en los pliegues del espejo

Es la lonja de los astros móviles, donde el viaje da forma al sueño, da forma
al pensamiento dormido —una cicatriz palpitante aún ebriedad de la herida.

Las branquias del ventanal respiran la distancia, un soplo agónico anticipando
la voz de la sangre dentro.

Contemplo una bandeja con manos cortadas y la hermosura de un puñal
atravesando la pena

Contemplo un gorrión con el canto reventándole en silencio.

Hay pedazos de sed hidratando la soledad. Y por el frío vienen acercándose
cinco alfileres brillantes.

Cae el día obligado por el griterío de las cornejas. Ahora todos los ojos riman
con el horizonte y cada isla está anclada a su naufragio.

Y nada ha quedado, ni siquiera la imaginación de haber tenido un universo,
ni siquiera el pesado suspirar de los creyentes, empeñados
en alquilar el vacío entre las estrellas.

Dejadme la carne del futuro y la espuma azul de las aves, el iceberg y su catedral
de mares imposibles.

Dejadme el aliento de un hipopótamo, de un rinoceronte o de un elefante soñando.

Manoseo el corazón arrancando sus plumas negras.

Lo cito entero para llevarlo conmigo, querido Ferreiro.
Saturación óptima de belleza, de fuerza, de inconsciente llamado a declarar.
Emocionante como puede aprehenderse este brillo metálico a los lejos (y también desde muy cerca).

Aplausos mil; un abrazo de los grandes.

Graciñas, Hallie, por tu paso y generosos comentarios. Es una grata noticia tenerte por aquí.

Un bico.