
Han llegado los silencios
con su dolor que suena en mí,
y aún te busco detrás del sueño
cuando abro los ojos
solo para verte.
Apagaron el jazz en mi corazón,
aquel que crecía desde una nota.
El día no se ha acordado
de traerme los olvidos
que me permitan escapar.
Y te colecciono muy dentro
como el río recoge la lluvia.
Siento: nos pertenece este otoño
con su olor mojado de lavanda
y hierbabuena.
Vive el día y me aleja
de aquellos días vividos.
Y entonces suena tu voz.
Ya lo sé: hoy es parte todavía
de toda la felicidad.
Siempre me haces sonreír.