Soñando con todo

[Ricardo López Castro]

Siempre huyendo del trueno de la duda,
de la sombra tardía de mis suposiciones,
y sin embargo, cerca.

Será que cuanto más deseo algo,
más explota y se pierde,
como si, aun sin conocerme,
me aproximase a un yo que no me identifica.

Poca cosa en verdad,
el hecho de que importe, vale de compañía,
la ambición desmedida, la voluntad de controlarlo todo,
y un sinnúmero de propósitos
dan forma a lo que soy,
aquí,
pensándome
(Que conste)

Soy tan parco en palabras que percibo el matiz
de los silencios.
He escrito poemas buenos y no tan gráciles,
(Por centrarme en el qué dirán)
escasos y profundos, extensos y prosaicos.

Las emociones vuelan en diáspora,
y más que este vacío, nadie puede alejarme.
El fondo del abismo es el mismo que el fondo de las cosas.
Cuánta más madurez, menos gravedad.

Aquí he visto caer al mismo cielo,
dejando tras de sí ceniza de los ángeles,
estrellas que asfixiaban con luces mis respuestas,
amigos de sutil melancolía,
sueños en realidad,
y sin sueños.

Quehaceres en el recuerdo
(Y mi desfachatez sigue flotando)
aún por resolver, por hacer, remembrar,
que son todo remiendos,
parches,
ojos cegando ojos,
duermevelas,
negro eterno.

(Y se acaban las dudas, todo el mundo ha leído mi mirada.)

Ah, poesía última, decidme cuántos puntos
suspensivos me faltan
para que el de la cola se una al que empezó
(Así me veo a veces, siempre, y nunca jamás:
Trato de fabricar la línea que une el firmamento.
Y eso es como besar a mil besos por segundo
(Beso de lo que sea, donde sea,
un beso puede ser de muchas formas,
veo constelaciones, no calculo:
“Eso es el amor que nace desde el aire que respiro
hasta que me desvele de este sueño,
pues la vida no es ninguna fantasía,
lo sabe el universo.”
“El aire que respiro me realiza,
no sé de dónde viene, adónde va.
Con esta madrugada en las pupilas
podría amanecer sobre tus labios,
el aire que respiro,
¡Ah, no sé si se cumple este deseo!”
(La vida me descubre,
traspaso sus umbrales y me dan de querer
todos los que algún día pasaron por ahí.)

Tampoco si se cumple la amarga realidad.
(¡Pregúntale a tus sueños!, me dice la penumbra,
toda ella en cruz,
abrazada a la hoguera del mal fario.)

[Alejandro Costa]

Interesante y profundo tu mundo íntimo poético.

Utilizas una cadena de preguntas con interrogantes y comentarios mentales llenos de metáforas y de sentimientos, que hacen que el escrito tenga fuerza y a la vez lirismo.

Me ha gustado.

Me ha gustado mucho.

Un abrazo.

[Alonso Vicent]

Me parece un poema cercano; porque conocerse es todo un dilema... y las tormentas me gustan desde el rayo hasta el trueno; también los silencios. Cerca y lejos, y lo que digan está de más.
Nos hacemos mayores, que no grandes. Nada como los ojos para leer las miradas. La vida se juega en serio.
Potente poema, si a un poema se le puede llamar potente, sin preguntas pero con respuestas.
Un placer leerte al amanecer en los campos.
Abrazo, compañero Ricardo.