Ocaso marchito

[Alejandro Costa]

La voz duerme en el acantilado del deseo,
el cuerpo se funde cual tronco en el fuego,
solo resuenan tambores de desamor y derrota
y las semillas ya no son capaces de crear vida.

Un brazo extiende su mano en señal de súplica,
la miel se ha vuelto turbia
y ya no endulza el amargor de unos besos desterrados,
ahora ya no se desojan pétalos,
la flor marchitó en el ocaso.

[Ara López]

Mi querido Alejandro, hermoso poema, más para el que lo lee que para aquel que lo vive. Pero alguien tiene que dejar registro de la tristeza también, ¿No?

Ya el primer verso me atrapó:
"La voz duerme en el acantilado del deseo,".
¡Qué manera de arrancar!

Un abrazo.

[F. Enrique]

La voz duerme en el acantilado del deseo,
el cuerpo se funde cual tronco en el fuego,
solo resuenan tambores de desamor y derrota
y las semillas ya no son capaces de crear vida.

Un brazo extiende su mano en señal de súplica,
la miel se ha vuelto turbia
y ya no endulza el amargor de unos besos desterrados,
ahora ya no se desojan pétalos,
la flor marchitó en el ocaso.
Salud, paz y felicidad.

No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.…

Me sobra el corazón (Miguel Hernández)


Te ha quedado muy bien el poema, Alejandro.

Un abrazo.

[Marisa Peral]

Hermoso y sentido este “Ocaso marchito” me gusta mucho.

Gracias por compartir.
Un beso.

[Ramón Carballal]

La vida en su curso sigue un proceso de decadencia y pérdida, esto lo has reflejado muy gráficamente en tu poema. Una vez más he disfrutado con tus letras. Abrazos.

[Lisandro Sánchez]

Tu poética de la desazón, estimado Alejandro, día a día se perfecciona sí misma. Aquí has logrado el impacto, como lo lográs habitualmente, pero con un mérito extra (al menos para mí, porque es una de mis falencias): la brevedad. Por esto último -y será tal vez porque lo tengo en mi mente, como todos, en estos días- me ha traído al recuerdo algunos breves de José Manuel F. Febles. Desde aquí, con mi mate, brindo por él, por su hondamente humana alma de poeta, que andará en nuevas andanzas; y por vos. Un gran abrazo.

Lisandro

[Alejandro Costa]

Mi querido Alejandro, hermoso poema, más para el que lo lee que para aquel que lo vive. Pero alguien tiene que dejar registro de la tristeza también, ¿No?

Ya el primer verso me atrapó:
"La voz duerme en el acantilado del deseo,".
¡Qué manera de arrancar!

Un abrazo.

La tristeza forma parte de las enfermedades de la vida.

La bacteria es el ser humano.

Gracias, cariño.

Un beso y el deseo de que te encuentres bien..

[Alejandro Costa]

La voz duerme en el acantilado del deseo,
el cuerpo se funde cual tronco en el fuego,
solo resuenan tambores de desamor y derrota
y las semillas ya no son capaces de crear vida.

Un brazo extiende su mano en señal de súplica,
la miel se ha vuelto turbia
y ya no endulza el amargor de unos besos desterrados,
ahora ya no se desojan pétalos,
la flor marchitó en el ocaso.
Salud, paz y felicidad.

No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.…

Me sobra el corazón (Miguel Hernández)


Te ha quedado muy bien el poema, Alejandro.

Un abrazo.

Pues me alegra saber que así lo has visto.

Un abrazo.

[Ara López]

Mi querido Alejandro, hermoso poema, más para el que lo lee que para aquel que lo vive. Pero alguien tiene que dejar registro de la tristeza también, ¿No?

Ya el primer verso me atrapó:
"La voz duerme en el acantilado del deseo,".
¡Qué manera de arrancar!

Un abrazo.

La tristeza forma parte de las enfermedades de la vida.

La bacteria es el ser humano.

Gracias, cariño.

Un beso y el deseo de que te encuentres bien..

¿La bacteria o el huésped?

[Fernando Marcos Rentero]

Ese tiempo en el que desojábamos las lánguidas margaritas... amigo Alejandro. Volverán las golondrinas, y con ellas, renovaremos el deseo y el sentir. Un abrazo.

[Alejandro Costa]

Hermoso y sentido este “Ocaso marchito” me gusta mucho.

Gracias por compartir.
Un beso.

Gracias, Marisa.

Siempre a mi lado.

Un beso.

[Alejandro Costa]

La vida en su curso sigue un proceso de decadencia y pérdida, esto lo has reflejado muy gráficamente en tu poema. Una vez más he disfrutado con tus letras. Abrazos.

Gracias, Ramón.

Un abrazo.

[xaime oroza carballo]

La voz duerme en el acantilado del deseo,
el cuerpo se funde cual tronco en el fuego,
solo resuenan tambores de desamor y derrota
y las semillas ya no son capaces de crear vida.

Un brazo extiende su mano en señal de súplica,
la miel se ha vuelto turbia
y ya no endulza el amargor de unos besos desterrados,
ahora ya no se desojan pétalos,
la flor marchitó en el ocaso.

Acabo de leer tu anterior poema y tenía previsto venir a este otro, que había leído por encima, para completar/reiniciar la travesía. Gracias por el canto desde el cantil, compañero.

Fonda aperta, meu amigo.

[Alejandro Costa]

Tu poética de la desazón, estimado Alejandro, día a día se perfecciona sí misma. Aquí has logrado el impacto, como lo lográs habitualmente, pero con un mérito extra (al menos para mí, porque es una de mis falencias): la brevedad. Por esto último -y será tal vez porque lo tengo en mi mente, como todos, en estos días- me ha traído al recuerdo algunos breves de José Manuel F. Febles. Desde aquí, con mi mate, brindo por él, por su hondamente humana alma de poeta, que andará en nuevas andanzas; y por vos. Un gran abrazo.

Lisandro

Infinitas gracias, compañero.

Siempre tan amable.

Un abrazo.

[Alejandro Costa]

Mi querido Alejandro, hermoso poema, más para el que lo lee que para aquel que lo vive. Pero alguien tiene que dejar registro de la tristeza también, ¿No?

Ya el primer verso me atrapó:
"La voz duerme en el acantilado del deseo,".
¡Qué manera de arrancar!

Un abrazo.

La tristeza forma parte de las enfermedades de la vida.

La bacteria es el ser humano.

Gracias, cariño.

Un beso y el deseo de que te encuentres bien..

¿La bacteria o el huésped?

Llámalo como quieras.

Bacteria o huésped.

Siempre, en el lado oscuro, siempre está el ser humano.

Un beso.