Arado #8

[Àlex Gállego]

ARADO

8

Tus ojos se me aparecen
sentado en el taxi de vuelta a casa
como oasis marrones,
como colinas calvas en el monte.
Son el sol cálido tras la tormenta en verano,
una cabalgata silenciosa
de los demonios que he domado.
Ahora vuelvo a casa limpio
igual que las manos de un imberbe
que aún no ha currado,
con el corazón hinchado
igual que un balón de playa.

Recuerdo el día que nos conocimos
y como he leído y soy culto
-ratón de biblioteca-
igual que he bebido y estrujado mis neuronas
a base de mil drogas
-rockstar de manual-
nadie más que yo escribirá nuestra historia de amor:
Una visión mistificada
de pequeñas palas de plástico
y cubos en forma de castillo;
la codificación de los augurios
en los moratones de los brazos por los mordiscos;
el sagrado grado
de los cortes en el tomate
cuando preparo la ensalada de nuestra cena...

[Alejandro Costa]

Me ha parecido un bonito cuento en forma poética, de un amor desde la infancia que el tiempo ha sido incapaz de borrar.

Sencillo y muy bonito poema.

Un abrazo.

[Hallie Hernández Alfaro]

ARADO

8

Tus ojos se me aparecen
sentado en el taxi de vuelta a casa
como oasis marrones,
como colinas calvas en el monte.
Son el sol cálido tras la tormenta en verano,
una cabalgata silenciosa
de los demonios que he domado.
Ahora vuelvo a casa limpio
igual que las manos de un imberbe
que aún no ha currado,
con el corazón hinchado
igual que un balón de playa.

Recuerdo el día que nos conocimos
y como he leído y soy culto
-ratón de biblioteca-
igual que he bebido y estrujado mis neuronas
a base de mil drogas
-rockstar de manual-
nadie más que yo escribirá nuestra historia de amor:
Una visión mistificada
de pequeñas palas de plástico
y cubos en forma de castillo;
la codificación de los augurios
en los moratones de los brazos por los mordiscos;
el sagrado grado
de los cortes en el tomate
cuando preparo la ensalada de nuestra cena...

Inmenso este espacio, esta convergencia de amor intacto y trenes vacíos.
También es considerable la belleza inteligente del poema.

Ovación cerrada, Àlex, hasta que duelan las palmas.

Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Las historias de amor solo las deberían escribir sus protagonistas. A mí me ha gustado la tuya, la he sentido cercana. Un abrazo.

[Hallie Hernández Alfaro]

ARADO

8

Tus ojos se me aparecen
sentado en el taxi de vuelta a casa
como oasis marrones,
como colinas calvas en el monte.
Son el sol cálido tras la tormenta en verano,
una cabalgata silenciosa
de los demonios que he domado.
Ahora vuelvo a casa limpio
igual que las manos de un imberbe
que aún no ha currado,
con el corazón hinchado
igual que un balón de playa.

Recuerdo el día que nos conocimos
y como he leído y soy culto
-ratón de biblioteca-
igual que he bebido y estrujado mis neuronas
a base de mil drogas
-rockstar de manual-
nadie más que yo escribirá nuestra historia de amor:
Una visión mistificada
de pequeñas palas de plástico
y cubos en forma de castillo;
la codificación de los augurios
en los moratones de los brazos por los mordiscos;
el sagrado grado
de los cortes en el tomate
cuando preparo la ensalada de nuestra cena...

Sube para deleite de todos.

Un abrazo.

[Ana García]

Me ha encantado este final por inesperado. La visión de momentos enlazados con el amor. Me gusta esa conexión.
Un abrazo.

[Àlex Gállego]

Gracias por tu comentario, Alejandro. Me alegro que te gustara el poema.

Un abrazo

[Àlex Gállego]

Gracias por todos los elogios Hallie y por resubir el poema en el foro. Me alegra que te gustase.

Un abrazo

[Àlex Gállego]

Gracias por tu comentario , Ramón. Me alegro qué disfrutaras la lectura.

Un abrazo

[Àlex Gállego]

Bueno, el amor está donde uno quiere poner de su parte para que lo ilumine con esos momentos Gracias por tu comentario Ana.

Un abrazo

[F. Enrique]

Ha sido un placer pasar por tu verso, está lleno de espontaneidad y frescura.

Un abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Me ha encantado el poema, amigo Alex. La primera estrofa me parece impagable con momentos de gran expresividad poética en imágenes de gran impacto.

"Tus ojos se me aparecen
sentado en el taxi de vuelta a casa
como oasis marrones,
como colinas calvas en el monte.
Son el sol cálido tras la tormenta en verano,
una cabalgata silenciosa
de los demonios que he domado.
Ahora vuelvo a casa limpio
igual que las manos de un imberbe
que aún no ha currado,
con el corazón hinchado
igual que un balón de playa"

Un abrazo.