Un trío con un tío...

[Jorge Salvador]

-”Será por lo que sea,
pero en lo que al futuro se refiere
la cosa pinta fea;
¿qué hacemos, Dorotea?
¿dejamos que el desánimo prospere

y cunda el desvarío,
o nos complementamos
los dos con otro tío?
si entramos al futuro siendo un trío
lo nuestro lo salvamos.”

-”Te daba de mamporros
hasta que reventaras, Recaredo;
¿ya has vuelto a propasarte con los porros,
la birra y los tintorros?
te va a aguantar tu madre, yo no puedo.

Un trío con un tío dice el notas,
¿cómo eres tan vicioso?
me sacas los demonios, me alborotas,
me impides ser, me agotas,
te vas yendo a la mierda, estropajoso.”

(Mas justo en ese instante, un tal Mauricio
Jiménez, de Albacete,
currante del fornicio,
con un cuerpo de vicio
y un monstruo en el paquete,

llegó quién sabe de ande y, bamboleando
su torso ante los dos en bolas vivas,
les fue con tanto afán y ardid tentando
que al fin los tres, bramando,
cedieron a sus ansias compulsivas.

Y tanto y tanto y tanto
fue el cántaro a la fuente,
que el gusto llevó al llanto
y el llanto al camposanto,
permítanme un momento que les cuente…

Mauricio la espichó mientras hundía
su furia en Recaredo a pirrinazos
por culpa de un florero que no habría
de haber estado ahí, de orfebrería,
que se hizo en su cabeza mil pedazos.

Recaredo palmó por la sorpresa
del golpe y un infarto;
Dorotea por poco sale ilesa
pero, chúpate tú esa,
salió dando alaridos de aquel cuarto

como perra estreñida,
tan corriendo y tan fuera de su juicio,
que se fue a la otra vida
porque al forzar la huida
resbaló con los sesos de Mauricio.

Desde entonces comparten una fosa
sita en calle "Hasta aquí" del cementerio
provincial de Tolosa;
¿qué será que la gente lujuriosa
siempre acaba muriendo de adulterio...?)

[Ara López]

Jorge, me ha hecho reír mucho la historia que narras. Necesitaba algo fresco y me ha llegado esto. Muchas gracias.

Saludos.

[Jorge Salvador]

Celebro haberte hecho reír, Ara. Mauricio, Recaredo y Dorotea vinieron aquí para eso, para alegrar el cotarro, nada más.
Muchas gracias por pasarte, un abrazo muy grande

[Alejandro Costa]

¡Por Dios!

Me lo he pasado tan bien leyendo esta locura, que cuando he parado un poco de sonreír, he comenzado de nuevo.

Me recuerda a los líos de las películas antiguas, en blanco y negro, que se hacían en España en los años cuarenta.

De niños, mi hermano y yo vimos una obra de teatro en la televisión, recién comprada, cuyo principal personaje era un tal Gumersindo y cada vez que aparecía en escena, los actores que estuvieran en ese momento en la misma, decían: "Ya está aquí Gumersindo". Y se liaba una gorda. Nos hinchábamos a reír. Hace sesenta años de ello, pero aún me acuerdo como si fuera ayer.

Tu escrito me ha llevado a aquel momento.

Gracias.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Muy bueno, de un humor eficaz y corrosivo.

Un abrazo.