Sigo aquí, escondido
en este sitio apartado del mundo,
entre rocas, burbujas y mareas;
en este astro de dioses pequeños
y de puentes donde nadie se para
a observar un río que ya no existe.
A solas con mis lobos,
temeroso del aire de las alturas libres,
todavía alcanzado por la luz
cambiante de la tarde y sus barajas.
Nada sé de otras noches,
nada más que no sea este agrupar
miserias y vocablos sin sentido,
y aun de esto poco sé.
......................................Y sin embargo,
marea entre algas, vamos y volvemos
como un escalofrío traspasando el espejo,
y más tarde, entre rocas marea,
volvemos y vamos,
empeñados en mantener el fuego
de un campamento al que ya nadie acude.
Hubo un río y música de peces en la tarde,
y yo aún te espero.