Yo no supe gemir cuando llorabas

[F. Enrique]

Gracias, Mitsy.

Un abrazo,

Francisco Enrique Léón.

[F. Enrique]

Yo no supe llorar cuando llorabas
ni supe iluminar tu sombra hundida
ni sentir la verdad ni la medida
en el ruego de amor que me dejabas.

Yo no supe escucharte cuando hablabas
ni horadé en la hondura de tu herida
que tocaba el infierno en su caída
apartando el cuidado que guardabas.

Solo y perdido siento este lamento
que no halla consuelo ni clausura
y no puede olvidarse de aquel día.

Si no supe vivir en tu tormento
me merezco el dolor y la locura
de morir por tus ojos todavía.


Un excelente poema. Yo sé llorar, aunque sea por tanto.. Llorar no es dejar caer las lágrtimas al vacío, es recordar... Me ha gustado mucho este poema.
Va un fuerte abrazo, desde la soledad de mi isla.,

José Manuel F. Febles

Gracias, José Manuel.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Gracias hermano Armilo. Tus consejos de sabio.

Un abrazo.

[Armilo Brotón]

Grandes sonetos de mi hermano Lèon, para aprender.
Un abrazote y feliz día querido

[F. Enrique]

Grandes sonetos de mi hermano Lèon, para aprender.
Un abrazote y feliz día querido

Gracias, hermano.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Gracias, Armilo, es una ventaja muy grande la de contar contigo.

Un abrazo.

[Lisandro Sánchez]

Qué belleza, F. Enrique.
Modestamente, mis felicitaciones.
Mi abrazo fraterno.

Lisandro

[F. Enrique]

Me ha resultado inevitable recordar, de entre todos los genios del soneto, a Garcilaso, al leer este poema, Enrique.
El lenguaje, el ritmo, las imágenes, componen un fresco melancólico que entra en el lector con dulzura.

Gracias.

Un abrazo.

Te recuerdo, Ramón.

Un abrazo.

[José Manuel Palomares]

Yo no supe gemir cuando llorabas
ni supe esclarecer tu sombra hundida
ni sentir la verdad ni la medida
en el ruego de amor que me dejabas.

Yo no supe escucharte cuando hablabas
ni horadé en la hondura de tu herida
que tocaba el infierno en su caída
apartando el cuidado que guardabas.

Solo y perdido siento este lamento
que no halla consuelo ni clausura
y no puede olvidarse de aquel día.

Si no supe vivir en tu tormento
me merezco el dolor y la locura
de morir por tus ojos todavía.

Me estáis incitando entre todos a volver a escribir un soneto, cuando yo creía que nunca máis. La desazón que deja el sentimiento de habernos equivocado, más que de habernos equivocado, de no habernos dado cuenta del otro. El remordimiento por la pérdida, y esa última mortificación tan comprensible: de morir por tus ojos todavía. Muy chulo. Un abrazo.

[F. Enrique]

de morir por tus ojos todavía.

Me estáis incitando entre todos a volver a escribir un soneto, cuando yo creía que nunca máis. La desazón que deja el sentimiento de habernos equivocado, más que de habernos equivocado, de no habernos dado cuenta del otro. El remordimiento por la pérdida, y esa última mortificación tan comprensible: de morir por tus ojos todavía. Muy chulo. Un abrazo.

Ya ves, José Manuel; la IA me reprochaba ese último verso.

Un abrazo.

[José Manuel Palomares]

Ni P.C. a la I.A. Ese último verso está así muy bien como está.

[F. Enrique]

Ni P.C. a la I.A. Ese último verso está así muy bien como está.

Así lo consideré, no quería alejarme de Garcilaso.

Gracias. Un abrazo.