Flores del Paraíso

[E. R. Aristy]

Flores del paraíso


El tren de Magritte cubierto de hollín entró en un túnel blanco y el cielo estaba lleno de gente, afuera se oían gritos pálidos, como chorros ahogados en labios cenizos, buscaron, pero no encontraron ni un solo dios.

El camión está lleno, y no hay espacio para un alma más.

Entre los escombros y humo caliente, el niño soñaba. Y entonces, aún más allá de la muerte, un mareo se apoderó de él. Qué hermosas son las montañas de suave pelaje, y qué hermosa, de hecho, deslumbrante, la hinchazón de sus ojos. No, no te muevas, pintaré tu sonrisa con índigo y fuego, y pondré una flor donde estuvieron tus manos. Ya he puesto un rayo en mi alma para encenderme a torrentes, y tú dijiste: deja que tu tormenta caiga sobre mí y recorra con alegría mis rizos y mis gráciles hoyuelos, y ensamble al instante mis huesos con el aroma de clavos dulces.


E.R.Aristy

[Concha Vidal]

Flores del paraíso


El tren de Magritte cubierto de hollín entró en un túnel blanco y el cielo estaba lleno de gente, afuera se oían gritos pálidos, como chorros ahogados en labios cenizos, buscaron, pero no encontraron ni un solo dios.

El camión está lleno, y no hay espacio para un alma más.

Entre los escombros y humo caliente, el niño soñaba. Y entonces, aún más allá de la muerte, un mareo se apoderó de él. Qué hermosas son las montañas de suave pelaje, y qué hermosa, de hecho, deslumbrante, la hinchazón de sus ojos. No, no te muevas, pintaré tu sonrisa con índigo y fuego, y pondré una flor donde estuvieron tus manos. Ya he puesto un rayo en mi alma para encenderme a torrentes, y tú dijiste: deja que tu tormenta caiga sobre mí y recorra con alegría mis rizos y mis gráciles hoyuelos, y ensamble al instante mis huesos con el aroma de clavos dulces.


E.R.Aristy

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Hoy nos introduces en una prosa de amor y recuerdos, "ya he puesto un rayo en mi alma para encenderme a torrentes..." y sigues
tramitando esa palabra que siempre te posee, tan hermosa.
Abrazos mediterráneos.

[Ulises C.J.]

Sí que has puesto un rayo en tu alma y te has encendido como un torrente.
Y has sembrado las rosas en el mar (te has dado cuenta que es donde deberían estar siempre).
Resurrección.

Leer tu poema ha sido un dulce momento.

Gracias, poetisa.

[Pilar Morte]

Tienes una poética muy personal que deja un sabor mágico, como es el caso de este hermoso poema.
Ha sido un placer leerte.
Un abrazo grande

[Alejandro Costa]

Tu escrito es como leer un documento convertido a poema y aderezado con un lirismo puro.

Eres especial. Tu escritura es como ese día pausado de otoño, lleno de suavidad, insonoridad y belleza.

Me ha gustado.

Celebro mucho tu vuelta.

Un beso.

[Ramón Castro Méndez]

Muy hermosa esta disertación sobre la ternura. Tiene mucho encanto.

Un afectuoso abrazo.

[Julio Bonal]

Magritte grita, despertaos!, quinzás como el de Lázaro. No sabemos, pero a veces basta creer o, más bien, creer que se cree, difícil ir más allá. Algunos pueblos inaginan que tras la muerte los otros, los suyos, les esperan. Pasamos, importa el mientrastanto. Este es un poema de muy especial intensidad, con un dolor casi transfigurado, ya indemne por encarnado. La belleza es tremenda, a fuer de terible.

Una abraçada.

[F. Enrique]

No, no te muevas, pintaré tu sonrisa con índigo y fuego, y pondré una flor donde estuvieron tus manos. Ya he puesto un rayo en mi alma para encenderme a torrentes, y tú dijiste: deja que tu tormenta caiga sobre mí y recorra con alegría mis rizos y mis gráciles hoyuelos, y ensamble al instante mis huesos con el aroma de clavos dulces.


Siempre son interesantes tus divagaciones, Roxane.

Un abrazo.

[Marisa Peral]

Flores del paraíso


El tren de Magritte cubierto de hollín entró en un túnel blanco y el cielo estaba lleno de gente, afuera se oían gritos pálidos, como chorros ahogados en labios cenizos, buscaron, pero no encontraron ni un solo dios.


Entre los escombros y humo caliente, el niño soñaba. Y entonces, aún más allá de la muerte, un mareo se apoderó de él.

No, no te muevas, pintaré tu sonrisa con índigo y fuego, y pondré una flor donde estuvieron tus manos. Ya he puesto un rayo en mi alma para encenderme a torrentes, y tú dijiste: deja que tu tormenta caiga sobre mí y recorra con alegría mis rizos y mis gráciles hoyuelos, y ensamble al instante mis huesos con el aroma de clavos dulces.


E.R.Aristy

Todo es belleza y ternura en este tren de Magritte, tan tuyo, querida Roxane.
Siempre es un regalo pasar por tus poemas.

Felicidades y un beso.

[Ara López]

¡Qué fuerte! ¡Fortísimo!
De esos que se nos estrellan en la cara y en el alma.

Tenías que ser tú.

Mi querida, E.R.A., te quiero.

[Ramón Carballal]

Y qué hermoso es este texto tuyo, está lleno de ternura y amor más allá del velo trágico. Felicidades y un abrazo.