Grito entre las piedras (A Federico García Lorca en el aniversario de su asesinato)
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- Alejandro Costa
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Grito entre las piedras (A Federico García Lorca en el aniversario de su asesinato)
ayer era ese paisaje que el otoño escondía entre la maleza,
los aires no eran más que un canto agobiado en las estrellas,
y aquel altar lloraba entre el cáliz que la sed le exigía.
No existen magnolias en los sueños que no se marchiten con las pesadillas,
no soy más que un joven enamorado de un amor prohibido
entre las rejas de quien no entiende de pasión.
Soy tierra de un campo que necesita siembra
donde esparzo la semilla para que germine la dulzura de mi corazón.
El ayer no existe en los candelabros sin aceite,
las vigas se arrodillan ante el peso de los tejados en tormenta,
y yo, siento el bocado de una serpiente hambrienta
hurgar en el destino de mi oscura alma.
Le he regalado unos cuantos sonetos a mi corazón oscuro,
donde han sangrado hasta adormecer las venas de mi trigo,
y he dejado de regar aquellas flores, que ya marchitan en mi dolor.
No sé amor, si puedo luchar contra la muerte que me ahoga la garganta,
es como ese martillo que golpea y golpea tu recuerdo encarcelado en mi vida,
es vida sin vida, la aurora estrangula su día, y yo,
no logro despertar en ningún amanecer sin tu melodía.
¿Dónde dejaste el veneno de tu piel?
¿Qué hacemos, que no merece el perdón?
Doy mordiscos a las palabras que quieren hablar y ser oídas,
pero no puedo, Rafael, no puedo,
porque no hay amor que humedezca el cielo, ni pasión que genere disculpa,
tan solo llueven mis lágrimas sobre los versos, que, en suspiro,
humedecen la herencia que me está matando.
Dejaré que las olas del mar ahoguen mi agonía,
solo tú lo sabes, lo saben los nardos cuando llora su piel blanca y sedosa,
lo sabe el reptil cuando repta en la oscuridad de los pantanos,
solo lo sabes tú, aunque yo te llore en el prado.
Hoy balancean las campanas con su voz abrupta y lenta,
me están llamando, Rafael, me están llamando,
solo me queda enfrentarme a mi destino, la soledad de tu amor y de la vida,
me están llamando, ¿no las oyes?
mi amor es mi tortura, el juez inapelable de la historia.
No me llores, no quiero que me llores, Rafael, mi amor,
deja que la luz siga iluminando la cascada de tu belleza,
la voz arruinada de mi grito entre las piedras
y el deseo de dejar de llorar, en esta tierra siniestra.
Como no me he preocupado de nacer, no me voy a preocupar de morir. (1)
Solo la muerte es capaz de asesinar mi corazón enamorado
y el alma dormida entre las hojas secas del otoño.
Dedicado a Federico García Lorca, en el ochenta y nueve aniversario
de un asesinato atroz y salvaje de la España franquista.
Con todo el respeto y la admiración que merece un genio de las letras.
El nombre de Rafael utilizado en el escrito, pertenece a Rafael Rodríguez Rapún, al que
se le atribuye la inspiración de los Sonetos del amor oscuro, y se
le consideró el principal amante de Lorca, a pesar, de que la historia
solo lo considero uno de varios amoríos.
(1) Frase de Lorca que pasaría a la historia, dicha antes de morir.
No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.…
Me sobra el corazón (Miguel Hernández)
- Lisandro Sánchez
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Re: Grito entre las piedras (A Federico García Lorca en el aniversario de su asesinato)
Tu poema me ha impactado poderosamente. Me quedo maravillado de que hayas podido meterte así, y a través de tus versos meterme a mí, en la piel del enorme Federico, pero no tanto del gigante poeta, si no -lo que más me ha impactado- sobre todo del sufriente ser humano muriendo de odio y de amor a un mismo tiempo, padeciendo ya el crimen que se avecina sobre él, y todavía el desgarramiento, por su homosexualidad perseguida por los hipócritas perversos, y por sus dolores de amor. Leyendo tu poema he vuelto a ver a mi padre conmovido por el sufrimiento del enorme Federico. Mi humilde felicitación, Alejandro, y un gran abrazo.
Lisandro