Cuando llegue

[Lisandro Sánchez]

Cuando me llegue la muerte
quisiera que me encuentre
en cualquier tramo de mundo
donde algún vegetal brote.

Y que ahí nomás me dejen
anónimo y perdido
como cualquier otro bicho,
como toda otra carroña.

Así podrá mi carne
haber servido de algo,
para que crezca un yuyo,
para que alguien lo coma.

Qué vergüenza ir a pudrirse
adentro de un baúl cerrado.
Qué egoísmo post mortem.
Qué barbarismo ilustrado.

Ah, pero qué antiguo.
¿Cómo no querer también
que me saquen lo útil
para implantarlo a alguien?

Pues claro, a alguien, sí,
a cualquier compañero,
a cualquier don nadie,
a cualquier perro.

Pero antes que mi carne
le sirva a algún tirano,
a algún explotador,
a algún siniestro,
prefiero quedar seco,
inerte en un desierto,
o hasta la burda tumba
de cualquier cementerio.



Lisandro Sánchez
Varvarco, Neuquén, Argentina
pochosanchez1973@gmail.com
viewtopic.php?t=42057

[Alejandro Costa]

Genial, Lisandro.

Comparto todo lo que nos dejas en este buen escrito.

Me ha gustado.

Cuidate.

Un abrazo.

[Lisandro Sánchez]

Genial, Lisandro.

Comparto todo lo que nos dejas en este buen escrito.

Me ha gustado.

Cuidate.

Un abrazo.

Muchísimas gracias, Alejandro.
Es solo una travesura que escribí en 1989.
Mi fraterno abrazo.

Lisandro

PD:
Diez horas después, veo que cometí un error de tipeo en esta respuesta. No escribí el poema en 1989. Lo escribí en 1999.

[Francisco Lobo]

Eres muy joven aún como para pensar en eso. Así debería ser, amigo, pero la tradición basta. España está a la cabeza mundial en la donación de órganos. Un abrazo.

[Pascual Pérez]

Querido amigo Lisandro, ruego a Dios para que eso llegue muy tarde y tengas una larga vida llena de felicidad y buena fortuna, porque te las mereces!! Un fuerte abrazo y no pienses en la Parca!!

[José Manuel Palomares]

Alguna vez lo he pensado también. No me gusta esa paz "barbarie ilustrada", y tan respetuosa de los cementerios. Preferiría, como dices, morir debajo de un árbol que brota y dará vida a otro ser vivo, el problema me lo encuentro con la logística, pues no puedo enterrarme a mí mismo en un páramo y plantar luego en lo alto una semilla. Necesitaría mínimo un colaborador y no veo probables voluntarios. Respecto a nuestros órganos y donde vayan a parar, verás que por aquí ya somos muy civilizados con todo ello, pero no estaría mal poder hacer esa pregunta post-mortem. Oye, para los vivos, ¿para quién van mis órganos? Que yo me entere.

Muy buen poema.

[Lisandro Sánchez]

Eres muy joven aún como para pensar en eso. Así debería ser, amigo, pero la tradición basta. España está a la cabeza mundial en la donación de órganos. Un abrazo.

Muchísimas gracias, Francisco. Tenés toda la razón. Tengo 52 años. Pienso vivir hasta los 91 como mi abuelo materno. Y cuando escribí esta travesura, en 1999, tenía 26. Fue solo eso: una travesura. Y ahora otra travesura: la de publicarlo aquí.

Por lo demás, es solo un poema (o intento de poema). En realidad me importa un rábano lo que hagan con estos 80 kilos de carne cuando ya no me pertenezcan. Y si me lo preguntan en serio, respondo: hagan lo que quieran, lo que puedan, lo más fácil, lo más barato, lo más ecológico, o lo que se les cante la gana.

Mi abrazo fraterno.

Lisandro

[Lisandro Sánchez]

Querido amigo Lisandro, ruego a Dios para que eso llegue muy tarde y tengas una larga vida llena de felicidad y buena fortuna, porque te las mereces!! Un fuerte abrazo y no pienses en la Parca!!

Muchísimas gracias, Pascual. Por supuesto, compañero. No pienso en ella. Solo son unos versos, una ocurrencia. Con respecto a la muerte, estoy en todo de acuerdo con Nicolás Guillén, con su poema "Muerte":

¡Ay, de la Muerte no sé
de qué color va vestida
y no sé si lo sabré!

¿Mano en el hueso y guadaña,
curva guadaña huida,
en la punta de una caña?

¡Literatura sabida,
terrorismo medioeval
para chantajear la vida!

Yo entraré en la noche ciega,
como entra la bestia pura,
que cuando la muerte llega
va y en la espesa espesura
cuerpo en calma y alma entrega.

Variante:

¿Qué sabéis de la Muerte?
Nada.
Ni siquiera si existe.
Esta gran calumniada,
la gran triste,
la poderosa y fuerte,
es la gran ignorada.

Mas ya me veis: espero
mi momento postrero,
curioso, preparado,
pues quizá me sea dado
sentir que llega, armada,
y herido por su espada
gritar: ¡Te vi primero!



Mi abrazo fraterno, Pascual.
Lisandro

[Ana García]

Me ha gustado la fuerza y el ritmo de este poema. Mira que a mí tampoco me gusta la idea de comprar y vivir en un nicho estrecho de por muerte.
Es que me horroriza seguir pagando una comunidad eternamente.
El fuego lo limpia todo.
Enhorabuena por este poema.
Un abrazo.

[Lisandro Sánchez]

Alguna vez lo he pensado también. No me gusta esa paz "barbarie ilustrada", y tan respetuosa de los cementerios. Preferiría, como dices, morir debajo de un árbol que brota y dará vida a otro ser vivo, el problema me lo encuentro con la logística, pues no puedo enterrarme a mí mismo en un páramo y plantar luego en lo alto una semilla. Necesitaría mínimo un colaborador y no veo probables voluntarios. Respecto a nuestros órganos y donde vayan a parar, verás que por aquí ya somos muy civilizados con todo ello, pero no estaría mal poder hacer esa pregunta post-mortem. Oye, para los vivos, ¿para quién van mis órganos? Que yo me entere.

Muy buen poema.

Muchísimas gracias, José. Así es. Como vos decís, no podemos hacer nada. Poco podemos decidir de lo que nos pasa en esta vida, ¡qué cuernos vamos a poder decidir de lo que pase después! Mi abrazo fraternal.

Lisandro

[Lisandro Sánchez]

Me ha gustado la fuerza y el ritmo de este poema. Mira que a mí tampoco me gusta la idea de comprar y vivir en un nicho estrecho de por muerte.
Es que me horroriza seguir pagando una comunidad eternamente.
El fuego lo limpia todo.
Enhorabuena por este poema.
Un abrazo.

"vivir en un nicho estrecho de por muerte"

Cambio todo este poema mío y varios más, solo por esa frase.

Muchísimas gracias, Ana. Qué bueno que te haya gustado mi intento. Y sí, hablando en concreto, fuera de travesuras poéticas, lo que planteás, del fuego, creo que es una buena opción. Mi padre, horas antes de morir nos dijo que quería que a su cuerpo lo cremásemos y lo arrojásemos en algún lugar donde hubiese árboles, y así lo hicimos. Es sin duda una buena alternativa. Te mando un gran abrazo.

Lisandro

[Francisco Lobo]

Encantador eso de "lo que se les cante la gana". Un abrazo.

[Lisandro Sánchez]

Encantador eso de "lo que se les cante la gana". Un abrazo.

Es un argentinismo, creo. En realidad la expresión más usual es un poquito más pedestre. Pero es básicamente lo mismo. Otro abrazo, Francisco.

Lisandro

[Ana Muela Sopeña]

Un poema reflexivo muy bueno, Lisandro:

Lo de los trasplantes es interesante. Nadie desea que sus órganos vayan a parar a un psicópata, pero claro... los médicos no preguntan al que necesita el trasplante si es psicópata o no. Tampoco hacen tests de personalidad.

A mí en cambio me gustan los cementerios. Me dan paz y me gustan las estatuas, los ángeles de piedra, los epitafios.

Pero una vez de muerto puede que no te enteres...

Buen poema para después de la muerte...

Un abrazo
Ana

[Lisandro Sánchez]

Un poema reflexivo muy bueno, Lisandro:

Lo de los trasplantes es interesante. Nadie desea que sus órganos vayan a parar a un psicópata, pero claro... los médicos no preguntan al que necesita el trasplante si es psicópata o no. Tampoco hacen tests de personalidad.

A mí en cambio me gustan los cementerios. Me dan paz y me gustan las estatuas, los ángeles de piedra, los epitafios.

Pero una vez de muerto puede que no te enteres...

Buen poema para después de la muerte...

Un abrazo
Ana

Muchas gracias, Ana. Muy bueno tu comentario.

Y sí... No hay forma... Es como en la carnicería. La pobre vaca no puede decir: "que mis bifes no vayan a parar a manos del mal nacido que me aguijaba en el rodeo".

Y con respecto a los cementerios, algunos son muy lindos. Mi abuelo iba a pasear a su perra a un cementerio muy lindo, prácticamente un parque, con unos hermosos árboles, en medio del cemento de la ciudad, y le decía a mi padre que cuando muriera, quería que sus restos se enterrasen allí. A mi padre le costó un parto conseguir que admitiesen al pobre de mi abuelo entre los dignos muertos de ese lindo cementerio. Pero se empeñó y lo logró. Y en su tumba plantó un calistemo y una rodaja de tronco con el nombre de mi abuelo y la frase: "carpintero y poeta".

Un gran abrazo, Ana.

Lisandro