Gouache sobre papel de estraza

[Julio Bonal]

"He strode through a space that was no longer solid" (Joseph Brodsky)



Son, éstas, calles chicas, callejas
o hasta pasajes, a menudo subidas que duelen
de ascensión al Reino, entre descensos
en demasía suaves. ¿A qué
recorrerlos al diario uso, ese mover y moverse
sin reposo habido, el no ver sino sólo
el cambio de uno u otro atril, el ágil auriga
que excita hasta la muerte
al sin deseo equino? Vagamos, letargo
vivo en alveolos de aire. Algo se perdió, no únicamente
esa mano cerca, la piel hecha labio o vello
o pezón donde se aferra amor, óleo
de mortal deseo que empuja hasta el abismo
al tiempo, más, se perdió mucho más
en la deriva, se desamortizó lo ciego, embarrancó
la aguja que orientaba andar, tornó humo
el saber de que había ahí, en cada día
de furor frío, ese dentro, más allá,
detrás, encima o por debajo del no ver el ojo de mirar,
y no lo que cualquiera ve por natura, nada
de cuanto en la sombra iluminada de lo que vive
habita: el agua en vuelo, la ubre de piedrecitas y ceras,
los navíos inmensos de lapislázuli olor.

[Hallie Hernández Alfaro]

"He strode through a space that was no longer solid" (Joseph Brodsky)



Son, éstas, calles chicas, callejas
o hasta pasajes, a menudo subidas que duelen
de ascensión al Reino, entre descensos
en demasía suaves. ¿A qué
recorrerlos al diario uso, ese mover y moverse
sin reposo habido, el no ver sino sólo
el cambio de uno u otro atril, el ágil auriga
que excita hasta la muerte
al sin deseo equino? Vagamos, letargo
vivo en alveolos de aire. Algo se perdió, no únicamente
esa mano cerca, la piel hecha labio o vello
o pezón donde se aferra amor ―óleo
de mortal deseo que empuja hasta el abismo
al tiempo―, más, se perdió mucho más
en la deriva, se desamortizó lo ciego, embarrancó
la aguja que orientaba andar, tornó humo
el saber de que había ahí, en cada día
de furor frío, ese dentro, más allá,
detrás, encima o por debajo del no ver el ojo de mirar,
y no lo que cualquiera ve por natura, nada
de cuanto en la sombra iluminada de lo que vive
habita: el agua en vuelo, la ubre de piedrecitas y ceras,
los navíos inmensos de lapislázuli olor.

No hay paisaje sin los alveolos gemelos; se vuelve líquida la piel grávida, la humanidad del regazo y del alba confundida...
Cómo puede osar el aire, tocar las calles, en los días fríos, descalzos, huérfanos. El poema se vuelve hacia adentro, hacia la memoria viva, hacia el latir exhausto de un devenir inhóspito.
Atril inseminado, atril ambivalente, atril que desencadena y hace crujir las intenciones. Lo veo en sólida ansia con la valiente huella de los pasos que echamos en falta. Duelen entonces en el arquetipo de las manos solitarias, oh, cómo duelen.

Moltes gràcies per ser i estar, estimat amic.
Una abraçada immensa.

[Alejandro Costa]

El poema tiene una esencia a lucha constante de la vida.

Lo he sentido como una cuesta, que siempre se inclina más y más, en la que se lucha día a día, de distintas y sufribles maneras.

Me ha gustado.

Un abrazo.

[Julio Bonal]

Hallie,

Tú sabes ya desde hace incluso antes de encontrarnos aquí, que eres una de las dos razones básicas por las que entro tan de vez en cuando en el foro. Hay voces, oídos, presencias que se dilatan en el espacio y hasta en el tiempo (pero, qué es el tiempo?) y no necesitan estar con todo el saco ahí, nervios, huesos, sangre, el catálogo entero, para saberse en esa cercanía que nada tiene que ver con pequeños, limitadísimos egos, sino con ese tú otro que nos saca de nuestro yos y mismos para abrirnos a más. En ese horizonte estás, y por ello acude la palabra como quien lanza alientos en lugar de lazos para atar qué? Penetras dentro del texto, de su espesura impenetrable, y alcanzas el corazón de ese logos de carne que duele y que ninguna palabra vehicula sisplau per força.

Entres a fons amb l'ull de lectura clara i neta, sobretot neta, oberta al clos. Mai compensaré prou tanta amplada. Els dies continuen entrant pel camí dels ulls, que diria Espriu, però tot i així, de tant en tant, m'entrebanco. Per dir-ho a la PJ Harvey: love you tender.

Una abraçada.

[Julio Bonal]

Alejandro,

Creo, hasta donde me alcanza, que lees bien, aunque, por supuesto, cada lector crea o re-crea su propia obra pues el texto es, al cabo, un simple material a modelar o pulverizar, si es el caso.

Tu huella aquí implica calidad y atención. Gracias.

Una abraçada.

[Ana Muela Sopeña]

Hola, Julio:

A veces la soledad interior se refleja en las calles, en las cuestas, en las plazas, en el frío del ambiente que nos convierte en cómplices de la orfandad del mundo.

Genial poema en el que la realidad se esboza, se insinúa de un modo tembloroso, como si fuera una propuesta temerosa.

Muy hermosos versos, para vagar por ellos en busca de un hogar perdido.

Enhorabuena
Un beso
Ana

[Rafael Elias Huerta]

Un poema muy exquisito, que describe los altibajos de la vida, ese subir la cuesta que luego te deja caer sin avisar.

Extraordinario poema

Que tengas una feliz tarde
Un abrazo
Siempre, Rafael.

[Julio Bonal]

Ana Muela,

Hay temblor, hay pérdida. La vida es más que eso, pero lo incluye y a veces es esa espina machadiana que duele y que a la vez echamos en falta. La vida es pathos, o debiera serlo, quizás, uno sabe cada minuto menos.
Gracias por la preciosa huella.

Una abraçada.

Rafael,

Gracias por la huella, tu comentario excede con seguridad lo que el poema ofrece, pero si algo hay en él, es fruto de la palabra misma que desde su lugar sin espacio ni tiempo descinde, de vez en cuando, hacia la mano o el oído.

Una abraçada.

[Julio Gonzalez Alonso]

Me admira -por sentirme incapaz de ello- el despliegue simbolista desarrollado con un ritmo sostenido que te conduce suave y dolorosamente hasta el final, por cierto, magnífico. Enhorabuena, y salud.

[Ramón Carballal]

De una forma intimista el pensamiento fluye en una enunciación de lugares interiores y exteriores que están magníficamente engarzados. Me gustó mucho el poema. Felicitaciones y un abrazo.