las llaves reposan sobre el mueble del vestíbulo

[J. J. Martínez Ferreiro]

Concisión que hiere como el filo de una navaja.

Todo un placer de lectura, amiga Antonia.

Bicos e saúde.

[R. M. Alemán]

jo, ahí es nada: diana. Como suelen decir las tonteras, eso de... al centro y pa' den... (va, ni caso)
Me ha sorprendido y encantado, Antonia Mauro.
Saludos

[Ricardo Serna G]

Antonia


Todo un grito de soledad.....



Fantástico poema


Un abrazo fuerte, querida amiga

[Ignacio Mincholed]

El contraste, duro, crudeza y liberación, asalta como un revulsivo a cualquier mente.
Marcial te felicitaría por este epigrama y el concreto preámbulo.

Felicidades, Antonia.

Un abrazo.
Ignacio

[Antonia Mauro]

Muchas gracias Marisa.
Pues momentos de la vida, unos duros, otros menos duros, y otros amables.
Vivir implica eso.

Gracias Luis, pue me alegra que lo haya firmado quien lo firma.
Yo en este caso.

Muchas gracias Ferreiro.
Me alegra que te gustase.

Un abrazo a todos y gracias por la visita.

[Antonia Mauro]

Muchas gracias R. M. Alemán.
Me alegra que te gustase.

Muchas gracias Ricardo.
Un abrazo a esa otra dimensión.

Muchas gracias Ignacio,
gracias por el rescate.
As es, lo que queda: liberación y tranquilidad, como esas llaves que allí siguen, descansando.
Un abrazo.

[F. Enrique]

Sólo fui un coño,
una boca,
un vientre de alquiler.

Diez años en unas cuantas bolsas
y tus trofeos del fútbol.
Ni un álbum familiar.

Las llaves reposan sobre el mueble del vestíbulo.
Ahora en mi habitación
siempre huele a limpio.

Breve, intenso, explícito, así luces tú, así nos regalas una poesía fuerte a la que no nos podemos resistir.

Un abrazo.


Antonia Mauro

[J. J. Martínez Ferreiro]

Arriba con este duro poema pero rebosante de autenticidad.

Un bico, Antonia.

[Antonia Mauro]

Sólo fui un coño,
una boca,
un vientre de alquiler.

Diez años en unas cuantas bolsas
y tus trofeos del fútbol.
Ni un álbum familiar.

Las llaves reposan sobre el mueble del vestíbulo.
Ahora en mi habitación
siempre huele a limpio.

Breve, intenso, explícito, así luces tú, así nos regalas una poesía fuerte a la que no nos podemos resistir.

Un abrazo.


Antonia Mauro

Muchas gracias, Enrique, por el comentario.
Se agradece.
Un saludo.

[Marisa Peral]

Vuelvo a este doliente poema, Elena.
A estas alturas lo que te dejó ya es mayor de edad.
No habrá sido fácil nada.

Un abrazo.

[Lisandro Sánchez]

Magnífico poema, Antonia, siempre en mi modesta opinión.
Me resulta fulminante y conmovedor al mismo tiempo.
Además, y aunque pueda parecerte inverosímil, me sentí identificado.
Salvando muchas y abismales distancias inherentes a las insoslayables diferencias de género (por ejemplo, ¡y qué ejemplo!, uno como hombre nunca podría, por supuesto, ser un vientre de alquiler), la cuestión de fondo (la relación de pareja y de familia en la que uno puso -o intentó al menos- el amor, la pasión, la devoción por la otra persona; y la otra persona solo lo usó a uno para tener una compañía, una familia, un proveedor que satisfaga la necesidad fisiológica de sexo; un alguien, un algo, que satisfaga o compense o conjure sus vacíos o fantasmas emocionales...), te aseguro que a un hombre, con su compañera (que resultó nunca ser tal) también puede pasarle.
Al menos me pasó a mí.
Y tus versos lo plasman con una contundencia y una emoción poética de la que no sería yo capaz.
Un fraterno abrazo.

Lisandro