Desde un cielo deshilachado de grises y naranjas,
el sol se relame
saboreando las últimas migajas del atardecer
Titilan las luces de tu voz
como si estuvieran lloviendo lentejuelas.
Quiero fundirme en el ocaso
y morir de transparencia
donde las olas festonean espumas.
¡Ahí!
Casi detrás del viento.
En esa tibia zona del amor.
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©MAR - julio 2005