Luminaria Oculta a Estrellas (dedicado)

[Ana García]

Dedicado a Alejandro Costa. Estoy segura de que es la luminaria de Alaire.



Aquí estoy, nunca me he ido
te busqué y al final no te halle.
Aquí estoy, cual loco cometa
que en su elíptica senda, deja impregnada
la estela del hechizo, la marca indeleble
de su majestuoso periplo.

Mágico recorrido de un ave sagrada
que pisa las hojas del bosque
cristalizadas por el rocío que esgrime tu cuerpo.
Aroma excitante que levanta los sumos
de un lago encantado que al haber reflejado
tu delicada silueta
quedó congelado en el culmen creativo.

Efigie embrujada por los hipnóticos páramos
Del húmedo efluvio de tus bosques y cumbres.

Soy presa de las letras, lo reconozco. Pero este año muero de desidia. Lo he intentado todo, no decir nada, escribir raro (para muestra un botón). He escrito párrafos de antiguos apuntes: “Y el segundo factor es el coeficiente de Clebsch-Gordon*, el cual depende de los números cuánticos y bla, bla, bla”, pero un sopor interminable se enroscaba a mis rodillas, y como tecleo con los pies, pues claro.
Estos meses estoy centrada en no escribir. Y, oye, con un poco de esfuerzo se va relegando, y qué descanso para todos los amigos, ya no tienen que decirme eso de: “está bien, pero si escribieras menos raro…”, “no explicas nada, no soy adivino”.

Oculta a estrellas
de una noche de sueños
que cortejan la luna
de platas en celo.
Que cierra su ciclo
que empieza en creciente.
Como mujer asustada
de la que afloran mesetas
y riscos sensuales
movimientos extraños,
de su telúrica interna
que agitan tu alma
y complementan su ser.
Como alas
que nacen de nada
y despliegan plumaje
para alzar el mítico vuelo.

En definitiva, me enderezo y aliso las arrugas para saludar y agradecer con e/in/pro/sub/hiper/fusión y fusión en general.




P.D: En física (y yo creo que en poesía también hay algo de eso) los coeficientes de Clebsch-Gordan o coeficientes CG son el conjunto de números que aparecen al acoplar momentos angulares en mecánica cuántica.

[Julio Arroba]

La primera de las estrofas de tu poema me ha recordado vivamente al buen Shakespeare y su trasfondo isabelino.

Siento temblar ahí reminiscencias suyas, ondas como ecos, ecos como un mensaje del que hay que acusar recibo desde, tal vez, lo alto de un monte, al modo de Leopardi en Recanati.

Sensuales imágenes nos desbordan por doquier.

Las segunda y tercera estrofas elevan nuestros sentidos en una invocación que sabe dar de sí la clave, el ritmo, el lugar, la hora.

En las restantes estrofas hay esa dimensión que yo llamo «teatral» de la vida, y que consistiría en situarnos en el fondo de ella con el pecho y los otros músculos tensos con ese tipo de tensión que hay exactamente en las cosas felices, en los hallazgos no previstos, en el nefelibata.

Bellísimo, y muy merecido, este dedicado a nuestro compañero Alejandro.
¡Un fuerte abrazo a los dos!

[Alejandro Costa]

No sé por dónde empezar. No sé qué decir.

Desde un primer momento, casi como esa mariposa que se posa sobre una flor y se convierte en amiga, como esas estrellas cogidas de la mano de los dulces luceros, como esa Luna, testigo de la paz silenciosa de la noche. Tal vez como esa musa que encandila a quien la sueña y la ama en el rincón más dulce de su ser. Tal vez, esa y todas eres tú. Tal vez se pueda estar enamorado de muchas personas y tal vez, seguro, el mundo sería otro con personas como tú.

Sí, Ana, estoy enamorado de ti, de tu escritura, de tu manera de actual, de tu corazón, de tu poesía y sobre todo, sobre todo, de tu amistad.

Gracias, gracias y mil veces gracias.

Hoy estoy un poco triste, tal vez un poco desorientado, pero he recibido un regalo que, si bien, me ha obligado a humedecer las mejillas, me ha llenado de felicidad.

Gracias de nuevo. El poema es precioso, casi tanto como tu persona y corazón.

Te quiero, Anita.

Un besazo desde el alma y un trocito de mi corazón, que desde hace tiempo es tuyo.

Por cierto, el video guapísimo, le trae un aire a Evanescence.

[Ana Muela Sopeña]

Un poema precioso y bien diseñado para Alejandro:

Astronomía, físicas, lirismo, discurso existencial... Una amalgama muy interesante.

Parece un monólogo sobre la existencia. "Como es arriba es abajo".

Todo está en concordancia y en correspondencia.

Somos hijos de las estrellas. Es un poema para leer varias veces y extraer su esencia fundamental.

Me ha encantado transitar tus letras, Ana.

Me gusta mucho Sia

Gracias por el vídeo.

Un abrazo enorme a ambos.


Felicidades a los dos, a ti Ana por escribirlo y a ti, Alejandro por ser el destinatario de estos cruciales versos.

Ana