Blues Para un Orgasmo Feroz (dedicado)

[Julio Gonzalez Alonso]

Escribes muy bien, Ana. Y hablando de amor, mejor. Porque solamente hay una manera de amar desde la absoluta radicalidad, la entrega absoluta, generosa, sin cálculos. Iluminas tu poema con imágenes muy bellas en la exposición de los sentimientos que las acompañan. Te felicito por el poema y te agradezco que lo compartas. Un abrazo, y salud.

[Ana García]

BLUES PARA UN ORGASMO FEROZ, DE ANA GARCÍA

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El poema que nos propone Ana García, con ese título tan potente —Blues para un orgasmo feroz—, es desde el primer verso una descarnada confesión emocional que se desliza entre el deseo, la pérdida y la autodestrucción. Se trata de un trabajo cargado de imágenes intensas, con un lenguaje vivo y desgarrado, que logra arrastrar al lector a la atmósfera nocturna y turbia que plantea.

El tono es netamente urbano, como un blues de madrugada, y el propio ritmo del poema —con frases cortas, interrupciones, cambios de tono— refuerza ese aire de canción desgarrada. Así, Ana logra crear un espacio emocional donde el erotismo, la ansiedad y la soledad se confunden.

El primer verso ya nos marca la línea estética: “Hago florecer el verso / como un algo agrio / que me aflora al paladar”. No es un florecer dulce ni sereno: es agrio, es físico, casi violento. El poema huye del lirismo complaciente y opta por la crudeza de la experiencia vivida.

El núcleo emocional es un amor que desborda: “Así quiero quererte —excesivamente— / hasta que me sea imposible amarte”. Esta paradoja del amar hasta el aborrecimiento está muy bien construida y remite a un arquetipo clásico del amor destructivo. La fuerza con que Ana lo expone resulta muy eficaz, porque no hay máscara ni artificio: el yo poético se muestra vulnerable, impulsivo, ferozmente humano.

Otro gran acierto es la imaginería urbana y decadente del segundo tramo: “Las noches callejeras / con su cola de ladrido / y pedrada”. Aquí la poeta sintoniza con la estética de un auténtico blues: calles vacías, humo de taberna, noches perdidas. La imagen de la niña “perdida entre dos madres” es particularmente poderosa y ambigua, cargada de simbolismo: entre dos afectos, dos destinos, dos mundos.

El estilo de “Blues para un orgasmo feroz” conecta claramente con la tradición de la poesía urbana y existencial, en la línea de los poetas beatniks como Diane di Prima o Jack Kerouac, donde la noche, el deseo y la marginalidad construyen un universo lírico propio. También resuena el eco de los blues literarios de Langston Hughes, donde la música y la experiencia emocional se entretejen. En el ámbito hispano, el tono recuerda a veces a la poesía más descarnada de Ana Rossetti o ciertos poemas urbanos de Luis García Montero. Es posible que Ana García beba de dichas fuentes pero es indiscutible que aporta una voz muy personal, femenina y contemporánea, que hace que su blues suene auténtico, fresco, y cargado de vida.

El cierre es demoledor: “Otro nuevo despertar / con las manos manchadas de soledad”. Es una de las imágenes más logradas del poema. Ese despertar con las manos manchadas es símbolo de la culpa, del vacío, de una búsqueda fallida. La carcajada “colgada del cuello” añade un matiz de cinismo existencial que redondea el tono bluesístico.

El poema fluye en verso sin ataduras métricas, con un ritmo sincopado y cortes abruptos que refuerzan la ansiedad del yo lírico. La repetición anafórica de “así quiero quererte” funciona como estribillo emocional, en perfecta sintonía con la idea de un blues.

En cuanto al lenguaje, destaca la mezcla de imágenes físicas (al paladar, los huesos, el aliento) con un campo léxico de la noche marginal (ladrido, taberna, humos, callejeras), lo cual da mucha fuerza plástica al conjunto rítmico-literario.

En fin, Ana García firma aquí un poema de gran intensidad emocional, valiente en su exposición de los sentimientos más oscuros y contradictorios. Su lenguaje, crudo y sensorial, y su cuidada atmósfera nocturna convierten este blues en una obra que resuena en el lector, que deja poso.

No es un poema de belleza convencional: es un poema vibrante, roto, con alma de madrugada, como el mejor blues. Y eso es, sin duda, un mérito literario considerable.

Mi más efusiva enhorabuena, querida amiga Ana, por esta muestra, una más, de tu desbordante creatividad rítmico-literaria.

Un fuerte abrazo.

Me encuentro entre tus comentarios. Me veo a través de tus ojos lectores más que cuando escribo. Es cierto que la poesía no surge en mi caso de una forma dulce. Alguna vez he contado que escribo los versos de una forma tensa casi a boca jarro, cosa que no ocurre con mi prosa. En esta última me dejo llevar disfrutando a tope hasta que llego a un punto en el que tengo que terminar rápido. Por eso escribo relatos cortos.
Últimamente escucho bastante blues y surgió la necesidad de hacerme uno a la medida.

De García Montero me gusta este poema:

Porque si ya no existe,
aunque nadie se ocupe de sus solemnidades,
hay noches en que llega la verdad,
ese huésped incómodo,
para dejarnos sucios, vacíos, sin tabaco,
como en un restaurante de sillas boca arriba
ya punto de cerrar.

Y mira que tiene razón. Hay noches en que la verdad se hace paso y nos aplasta vacíos de todo, igual que en esos momentos nocturnos en los que sabes que todo se ha terminado: conversación, alcohol, tabaco y tienes que volver a casa. Y si me apuras con más soledad que unas horas antes. ¿Para qué exponerse a ello? Ojalá que nos pudiéramos parar en algunos parajes sin que pasara el tiempo. Cuesta mucho volver al día a día.

Y sí, me gusta mucho leer a Kerouac:

"No tengo planes
ni citas
ni compromisos con nadie
así que exploro tranquilamente
almas y ciudades".

Me gustan mucho tus comentario que leo y releo hasta casi aprenderme de memoria el contenido.
Un fuerte abrazo.

[Ana García]

Un gran poema por su contenido y su discurrir tan ameno, que se inicia y termina en un suspiro, por la belleza del mismo.

Extraordinario poema

Que tengas una feliz tarde
Un abrazo
Siempre, Rafael.

Se agradece tu lectura y comentario, compañero.
Un abrazo.

[Ana García]

Hay poemas largos,largos, con versos rimbombantes que nada dicen, al igual que algún que otro comentario que se hace - los hay incluso hechos con IA-, pero este tu versar es hermoso, sincero, visceral..
Un día me hiciste un cumplido al decirme que yo sabía escribir: hoy te lo devuelvo. Un abrazo.

Parece que la IA puede con todo. Dentro de poco leeremos poemas escritos de esa forma. Pero supongo que les faltará algo, no sé, vidilla, por ejemplo.
Gracias por tus palabras, me sienta genial tu cumplido.
Un fuerte abrazo.

[Ana García]

La poesía nos abre y a veces nos desbordamos y dejamos que salga todo, sentimientos, amor, deseo, lujuria, así nos soltamos sin pudor.
Y otras veces solo nos aprieta, nos cierra el paso y no nos deja expresar lo que nos duele, nos desborda la soledad, el miedo, la tristeza.
Tú, querida Ana, eres capaz de fusionar todo y hacerlo grande, poesía con mayúsculas y belleza, a pesar de lo sórdido de alguna situación.
Eres de lo mejorcito que tenemos en Alaire y celebro poder disfrutarlo.
Felicidades a ti y a los destinatarios de la dedicatoria.

Un beso y abrazos a capazos.

Ellos sí que son buenos escribiendo. Un dedicado tiene que llevar lo mejor de ese momento. Superarse para un regalo tiene más tensión.
¡Qué cosas me dices!
Me quedo prendada de tus palabras.
Un beso enorme y mil gracias por tu comentario.

[Ana García]

Escribes muy bien, Ana. Y hablando de amor, mejor. Porque solamente hay una manera de amar desde la absoluta radicalidad, la entrega absoluta, generosa, sin cálculos. Iluminas tu poema con imágenes muy bellas en la exposición de los sentimientos que las acompañan. Te felicito por el poema y te agradezco que lo compartas. Un abrazo, y salud.

Y yo te agradezco su lectura y buen comentario, Julio.
Me gusta tu compañía en mi rincón.
Un fuerte abrazo, compañero.
¡Salud!

[Marisa Peral]

Ellos sí que son buenos escribiendo. Un dedicado tiene que llevar lo mejor de ese momento. Superarse para un regalo tiene más tensión.
¡Qué cosas me dices!
Me quedo prendada de tus palabras.
Un beso enorme y mil gracias por tu comentario.

Claro que son buenos, sin ninguna duda, es un gusto leeros a los tres.
Y ¿qué cosas te digo? pues solo las que te mereces y me alegro si te han gustado.

Besos y abrazos, que siempre vienen bien.

[Pilar Morte]

Eres genial, Ana. Tu sinceridad amorosa, sensual, etc, sobre la crudeza de la vida y la soledad que nos acompaña me deja impresionada. Eres tan auténtica y directa que leerte es como una conversación íntima.
Escribes muy bien. Me encanta tu estilo.
Deseo que te encuentres mejor.
Un abrazo grande y salud.
Felicidades para ti y para los destinatarios

[Ara López]

Hasta la fecha, nunca ha sido un desatino leerte.
Maravillosa manera de escribir la tuya, una voz que has hecho tuya y que sabes cómo manejar.

Sigo amando tus finales:

"Otro nuevo despertar
con las manos manchadas de soledad,
con una carcajada colgada del cuello,
como una burla diurna de la vida.

Con todo el cuerpo saturado de vacío."

Te abrazo.

[José M. F. Febles]

A Ana Muela y Julio Arroba, con todo mi cariño. Gracias por estar.


Hago florecer el verso
como un algo agrio
que me aflora al paladar
o quizás
como un orgasmo feroz
que me alborota
que libera, sin querer,
este alma tan repleta de ladrido.

Porque así quiero quererte,
de tal manera
que hasta los huesos se me rompan
ante la sola mención de tu nombre.
De tal forma
que hasta el aliento se me corte
solo con tu presencia.

Así quiero quererte
─excesivamente─
hasta que me sea imposible amarte.
Hasta detestarte, odiarte, maldecirte.
Que mi amor haga que tú lo seas todo
y que yo pueda creer en el olvido.

Las noches callejeras
con su cola de ladrido
y pedrada,
me inundan,
me traspasan,
me tientan a lanzarme descarriada
por calles somnolientas
en busca de un calor
que yo no sé,
que yo no entiendo.

Como una niña perdida entre dos madres.

Y este olor de vicio
de taberna
me oprime la piel.
Me dejo mecer
en un mar de humos y brazos
que escapan
y tornan, otra vez,
Como un juego.

Otro nuevo despertar
con las manos manchadas de soledad,
con una carcajada colgada del cuello,
como una burla diurna de la vida.

Con todo el cuerpo saturado de vacío.

Tu poema, querida compañera, lleva el nombnre que yo le doy: Sensacionla.

Desde la soledad de mi isla, un cordial abraza.

JOSÉ MANUEL F. FEBLES