sabes los granos de arena
que dormitan mi cintura,
donde amago el rouge-marino con que maquillo los labios,
el alga
-un tono subido-
que perfila su brocal,
el punto de cocción exacto
-hilo espuma–
con que mixturar las olas
y ser mano,
dedo que matice continentes,
ajorca ciñendo dunas,
transeúnte sin premura hurgando cartografías,
valles ignotos donde acostumbrar la sed...
Te quiero.
Firmado :
Yo, aprendiz siempre de amante,
en tu abrazo.

(Si es que me pasan unas cosas... tanto tiempo y soy aprendiz de amante. Casi prefiero no llegar a cum laude y así, seguir sorprendiéndome cada día)