y aunque no te lo diga,
me gusta contemplarte cuando duermes
y adivinar tus gestos en penumbra.
Me gusta que me mires...
e imaginar tu apremiante necesidad por alcanzarme
subiendo de dos en dos
los escalones que te llevan
a los muelles vacíos.
Me gustan la miradas escondidas
entre la hiedra roja del otoño
y el elemental capricho de tus ojos trashumantes
a punto de traspasar las celosías.
Me gusta el tránsito, la espera
e inexplicablemente y aunque no te lo diga,
me gusta el mundo, tu impaciencia, tu locura
y la confirmación de un tiempo sin promesas.
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©Marisa Peral – 18/3/1974 – 18/3/2025
Hoy -Sin Ti y Contigo- Casi 51 dieciochos de marzo
