El homicida sabor del vacío (Elegía a mi gran amigo Rafael)

[xaime oroza carballo]

Me alegro por el merecido reconocimiento.

[Ara López]

Estimado Alejandro, has inmortalizado tan profundo dolor, has embellecido la ausencia, el silencio, has hecho de tu tristeza un poema hermosísimo, de esos que llegan y por los que volvemos a recordar por qué amamos la poesía.
Hasta cierto punto siento culpa de que me haya gustado tanto y a la vez desearía que no hubieses tenido que escribirlo.

Lamento tu pérdida y espero que cada día sea menos difícil.

Te mando un gran abrazo.

[Alejandro Costa]

Alejandro, te felicito por este inmenso poema. La manera en que dar voz a este dolor cala profundo. Tus palabras dan vida a momentos compartidos y dejan huella en quienes te leemos. Versar el dolor no es una labor sencilla, pues mucha tinta se ha vertido sobre el tema. Sin embargo, logras enlazar el deseo de evitar esa otra pérdida (la del recuerdo) con un tono elegíaco magistral. Me he sentido interpelado por tu sentimiento. Gracias por compartir este poema.
Un abrazo y un beso,
Juan Cruz

Eres muy amable, compañero.

No es un trabajo que te llene de ilusión, que te inunde de paz y que escribas con la ilusión de hacer algo bueno y bello, no es así.

Es la segunda vez que escribo este tipo de poemas, la primera fue con la muerte de mi madre, y, tienes razón, no es nada sencillo.

En ambas, fue el corazón el que escribió con sangre y dolor los versos. Las lágrimas fueron el hilo conductor y el sentimiento, aquello que te destroza sin poderlo evitar.

No lo escribí yo, fue el inmenso dolor el que extrajo las palabras desde lo más profundo de mi ser.

Tu comentario me ha llegado al alma. Tienen mucha sensibilidad y sentimiento tus palabras.

Infinitas gracias.

Un fuerte abrazo.

[Alejandro Costa]

Es un precioso homenaje. Me gusta sentir esa verdad que se anuda al verso, estos poemas Necesarios, que deben escribirse porque necesitan ser contados y ser testigos de aquello que más nos interpela.
Esa amistad que seguro fue maravillosa. Gracias por traerlo, y enhorabuena por esta merecida distinción
Un gran abrazo, y mi pésame con él

Totalmente cierto lo que indicas en tu amable comentario.

Necesitan ser contados, pero, se te hace muy doloroso el vivirlos.

Fue maravillosa, compañero, y muy leal.

Gracias.

Un fuerte abrazo.

[Alejandro Costa]

Te felicito por tu aportación constante a la tristeza, desgarro y soledad se hacen presentes al evocar la pérdida de un amigo.

Un abrazo.

Mi ídolo era Miguel.

¿Conoces muchos poemas de él que no fueran tristes?

La pérdida de mi compañero, ha sido algo demasiado dolorosa.

Un abrazo.

[Alejandro Costa]

Pues mi contento y mis felicitaciones, Alejandro. Un abrazo, y salud.

Gracias, Julio.

Muy amable.

Un abrazo.

[Alejandro Costa]

Me alegro por el merecido reconocimiento.

Gracias, compañero.

Un abrazo.

[Alejandro Costa]

Estimado Alejandro, has inmortalizado tan profundo dolor, has embellecido la ausencia, el silencio, has hecho de tu tristeza un poema hermosísimo, de esos que llegan y por los que volvemos a recordar por qué amamos la poesía.
Hasta cierto punto siento culpa de que me haya gustado tanto y a la vez desearía que no hubieses tenido que escribirlo.

Lamento tu pérdida y espero que cada día sea menos difícil.

Te mando un gran abrazo.

Un comentario con un sentimiento eterno y profundo.

Gracias, Ara.

Lo cierto es que me salió del alma y me hizo sangrar al corazón.

Durante su creación llovieron lágrimas.

Es cierto, nunca hubiera querido escribir algo parecido.

Pero, es la vida, Ara, la triste y cruel vida.

Un beso desde el alma.

[Ignacio Mincholed]

Las cosas sentidas profundamente, bien merecen ser dichas, y tú lo has dicho bien.

Un abrazo, Alejandro.
Ignacio

[Alejandro Costa]

Las cosas sentidas profundamente, bien merecen ser dichas, y tú lo has dicho bien.

Un abrazo, Alejandro.
Ignacio

Mil gracias, Ignacio.

Ha sido algo muy fuerte que perdurará durante el resto de mis días. Era un gran compañero.

Un fuerte abrazo.

[Rafel Calle]

Hermoso, emotivo y entrañable poema, amigo Alejandro.
Mis condolencias por tan sensible pérdida, compañero, junto a un fuerte abrazo.

[Ara López]

Un comentario con un sentimiento eterno y profundo.

Gracias, Ara.

Lo cierto es que me salió del alma y me hizo sangrar al corazón.

Durante su creación llovieron lágrimas.

Es cierto, nunca hubiera querido escribir algo parecido.

Pero, es la vida, Ara, la triste y cruel vida.

Un beso desde el alma.

Y sí, Alejandro, la vida es dura, es cruel, triste y a veces disfruta en aplastar y no quitar el mazo.

Un gran abrazo.

[Rafel Calle]

EL HOMICIDA SABOR DEL VACÍO (ELEGÍA A MI GRAN AMIGO RAFAEL), DE ALEJANDRO COSTA

El homicida sabor del vacío es una elegía que enfrenta la pérdida de un ser querido con una intensidad emocional abrumadora. A través de una voz lírica que oscila entre la rabia, la tristeza y la súplica, el poeta construye un homenaje a su amigo Rafael, cuya ausencia se convierte en un vacío devorador.

El poema de Alejandro Costa presenta una estructura sin un esquema fijo de métrica o rima. Se caracteriza por el verso que se suele llamar libre, es decir, el verso que el autor escribe sin premeditación, lo cual permite una mayor flexibilidad expresiva y una cadencia que sigue el ritmo natural del lamento y la emotividad del hablante lírico. El que no haya un ritmo acentual producto de un patrón métrico uniforme, contribuye a la sensación de desorden emocional y flujo del pensamiento, un recurso típico en la poesía elegíaca moderna.

Apunto que al verso libre yo lo llamo multimétrico porque todos los versos tienen una metría determinada por mucho que el autor no haya pensado en el metro de sus versos. Lo mismo sucede con el ritmo, todos los versos tienen un ritmo determinado, es decir, cuando se escribe un verso el ritmo aparece en la sucesión de sílabas por medio del lenguaje escrito y de la oralidad, hasta la pausa versal, que es la detención obligada que existe al final de todos los versos.

Volviendo al trabajo de Alejandro, en el ritmo se perciben ciertos recursos que aportan musicalidad, por ejemplo:
-Repeticiones y paralelismos que crean un efecto de insistencia y súplica, reforzando la desesperación del hablante: “No te busques en las tinieblas,”, “No te pierdas entre las cortinas sin ventana,”
-El uso de sonidos repetidos (como la “n” y la “r”) genera un efecto sonoro envolvente: “del odio inenarrable que sienten mis venas al no poder ignorarte,”

En cuanto a la temática del poema, explora la pérdida y el duelo con una carga emocional intensa. Desde el inicio, se percibe la incredulidad ante la muerte del amigo: “Nadie podía imaginarlo, nadie quería hacerlo cierto.” Esta línea establece el tono de negación y asombro que impregna el poema.

El hablante lírico no solo expresa su dolor, sino que también interpela al amigo fallecido, acusándolo de ser “egoísta y traicionero”. Esta visión de la muerte como una traición refleja la impotencia ante la pérdida y la dificultad de aceptar el destino inevitable. Sin embargo, también hay un profundo amor en su lamento: “Fuiste patrón, enemigo de la tristeza y compañero de paliativos, amante de los días y riqueza en la oscuridad.”

La obra está estructurada en un vaivén de recuerdos luminosos y un presente devastado. La memoria de los momentos compartidos contrasta con la frialdad de la muerte y el vacío que deja. El último verso, que retoma el título del poema, refuerza la sensación de que la ausencia es casi tangible, un “homicida sabor” que deja al hablante lírico destrozado.

Estilísticamente, el lenguaje de Costa es profundamente poético y sensorial. El poema está lleno de imágenes vívidas que transmiten el dolor del duelo:
-“Te he sufrido durante los amaneceres más inoportunos, con la cadencia que una lágrima huye del ojo que la engendra.”
-“Tu mirada hacia ningún infinito y tu cuerpo maniatado por la inmovilidad eterna de tu regazo.”

La personificación de la muerte como un ente que “se encaprichó” de Rafael añade dramatismo y refuerza la idea de una partida injusta. Asimismo, el uso de repeticiones y paralelismos, como en “No te busques en las tinieblas… No te pierdas entre las cortinas sin ventana”, enfatiza la desesperación del hablante y su lucha por retener al amigo en su memoria.

El poema también juega con el tiempo: menciona fechas concretas (“Fue un uno de julio, ha sido un diecisiete de enero”) que refuerzan la idea de que la pérdida ha dejado una marca imborrable en el calendario del hablante lírico.

Concluyendo, Alejandro Costa logra en El homicida sabor del vacío una elegía conmovedora y visceral. Su lenguaje emotivo y su estructura lírica envolvente permiten que el lector experimente la angustia del duelo de manera profunda. Es un poema que no solo honra la memoria del amigo perdido, sino que también expresa de forma universal el dolor de la pérdida, convirtiéndose en un canto a la amistad y a la imposibilidad de olvidar.

Mi enhorabuena, amigo Alejandro, junto a un fuerte abrazo.

P.D. No se me ocurre una manera mejor para agradecerte tu solidaridad y tu valiosa aportación a Alaire, que esta crítica literaria a una de tus obras imprescindibles.

[Alejandro Costa]

Hermoso, emotivo y entrañable poema, amigo Alejandro.
Mis condolencias por tan sensible pérdida, compañero, junto a un fuerte abrazo.

Mil gracias, Rafel.

Fue algo esperado, pero no por ello, muy doloroso.

Un fuerte abrazo.

[Alejandro Costa]

Un comentario con un sentimiento eterno y profundo.

Gracias, Ara.

Lo cierto es que me salió del alma y me hizo sangrar al corazón.

Durante su creación llovieron lágrimas.

Es cierto, nunca hubiera querido escribir algo parecido.

Pero, es la vida, Ara, la triste y cruel vida.

Un beso desde el alma.

Y sí, Alejandro, la vida es dura, es cruel, triste y a veces disfruta en aplastar y no quitar el mazo.

Un gran abrazo.

Lo peor, querida Ara, es que no tratamos de vivirla con nuestra mejor cara y viviendo como hermanos. Eso es lo que la hace tan terrible.

Un beso desde el corazón.