Un poco de humor: Tu marido psicoanalista te esperaba para cenar

[Gabriel Capó Vidal]

En la oscuridad del lecho,
en la deslumbrante desnudes de tu cuerpo,
después de mi ternura, de mis caricias
que procuraron tus sensaciones voluptuosas.
Después de las transformaciones de tu cara
por la intensidad de tu orgasmo,
en la tibieza de las sabanas y de tu cuerpo
aun arañando y apretando al mío,
sentenciaste: ¡Sí, no lo sentiste no es mi culpa!
y con prisa te dirigiste al baño.

[Concha Vidal]

No sé si su marido era psico, si la esperaba a cenar o para un tentempie, sé que me ha hecho reir el poema. Y el final, ni te cuento. Posiblemente la pobre no tuviera culpa, vete tú a saber!!!!
El resultado ha sido este poema que, el menos a mí, me ha resultado tremendamente simpático.
Saludos mediterráneos.

[Alejandro Costa]

Original y simpático.

Un abrazo.

[Gabriel Capó Vidal]

Hola Concha Vidal la anecdota es real. La cena era formal, con varios invitados. Un beso

[Antonia Mauro]

Hola, hay que buscar apaños de ultima hora.
Me despista un poco la última frase entre signos de admiración:
¡Sí, no lo sentiste no es mi culpa!
Me cobra sentido con un si condicional y no un sí afirmativo. O en todo caso, separando la frase no lo sentiste, no es mi culpa.

Un saludo.