EL MAR, SIEMPRE EL MAR
I
El Mar, igual y diferente,
rememora siempre lo mismo,
entrelaza la continuidad de los espacios
que tal vez fueron prodigiosos,
quizá premonitorios.
Puede que esos lugares no existieran
salvo en la imaginación de quien los soñó.
Pero ya no es el Mar de aquellos tiempos,
el que enmudeció con las deserciones
y dilapidó la espuma de otros mares.
II
No es el murmullo que oyes
el mismo que sonaba y que recuerdas,
que cada uno se allega a sus aristas
- desiguales todas, todas únicas -
en la caricia del agua con su arena.
Que cada orilla fantasea con su Océano
y cuando emerge el sol con él se encumbra.
Pero las olas, dispares, diferentes,
impetuosas o mansas,
tienen el eficaz arrullo de su Mar
y con jadeante ritmo suspiran.
III
Y siempre la Mar, el Mar,
lleno de signos infinitos,
con diferentes notas discordantes,
con desiguales descensos y aguas plenas
que nos incitan a ahorcar rutinas
y así, huimos de ciénagas y orillas,
de arrumbados márgenes y abismos
buscando el territorio último que nos acoja,
siempre en el Mar Inmortal.
---
© Marisa Peral
