Noche y día en la ciudad sin alma

[Ramón Carballal]

Gira el reloj con la mansedumbre de un ciclo
en la esfera omnímoda del tiempo.

Lejos el mar de la espuma vibrante y el temblor verde,
más lejos aún la lluvia pausada sobre el cristal
que sucumbe al aire con la música adormecida de las gotas
sonando en mí como una sinfonía de mecanismos viscerales.

Vendrá la flor hermana en un junco grácil de voz extendida,
oiré los juegos del niño que no crece, vislumbraré la luz
de las lámparas en el anochecer igual que faros inmóviles,.
autos que siembran de cláxones la tarde
en columnas de metal bajo el iris tricolor de los semáforos.

La ciudad soy yo, en mí la faz del neón y el murmullo anónimo de los cafés,
la aventura de hundirse en los arroyos de la multitud
sin apellidos, ni origen, ni lugar,
la distancia, las líneas rojas y azules del tren subterráneo
por donde cabalga mi cuerpo como un jinete infantil,
la pulsión púrpura de los antros en imán de nocturnidad apócrifa.

El sol prematuro del alba creciendo desde la honda tierra
como un as de oro en el jardín de la podredumbre,
y en el planeta que es mi cuarto, la quietud del espejo vacío,
la caoba y el roble de los muebles, la mullida piel de una cama antigua,
el crucifijo y el mate de la pared como una pátina
que vela el fulgor de los rayos recién nacidos del día.

[Marisa Peral]

Me ha gustado tu transitar por esa ciudad sin alma pero muy concurrida.
Un gusto disfrutar tu poesía.

Felicidades y mis mejores deseos de Paz, Salud y Felicidad en estas Navidades.

Bicos y un abrazo fuerte.

[Armilo Brotón]

Me has recordado, estimado amigo, con este fantástico corto, cinematográficamente hablando, a Néstor Almendros. He vivido cada fotograma impulsado por las espléndidas imágenes que sugieres y me quedó una sensación inquietante de soledad.

Un abrazo grande Ramón, feliz Navidad

[Ramón Carballal]

Me ha gustado tu transitar por esa ciudad sin alma pero muy concurrida.
Un gusto disfrutar tu poesía.

Felicidades y mis mejores deseos de Paz, Salud y Felicidad en estas Navidades.

Bicos y un abrazo fuerte.

Gracias, Marisa. Bicos y feliz año nuevo.

[Ramón Carballal]

Me has recordado, estimado amigo, con este fantástico corto, cinematográficamente hablando, a Néstor Almendros. He vivido cada fotograma impulsado por las espléndidas imágenes que sugieres y me quedó una sensación inquietante de soledad.

Un abrazo grande Ramón, feliz Navidad

Gracias, Armilo. Un fuerte abrazo y muy feliz año nuevo.

[Hallie Hernández Alfaro]

.
.

Pleno de riqueza poética en su gran discurrir vital.
Emocionante atravesarlo de norte a sur, amigo del alma.

Besos y felicidad.
Gracias por estar.

[Ana Muela Sopeña]

Muy bellos estos versos de esta ciudad sin alma, Ramón:

Hay mucha intensidad en tu mirada poética y un lenguaje de una riqueza espectacular.

Un beso enorme
Felicidades
Ana

[Ramón Carballal]

.
.

Pleno de riqueza poética en su gran discurrir vital.
Emocionante atravesarlo de norte a sur, amigo del alma.

Besos y felicidad.
Gracias por estar.

Gracias, Hallie. Besos, salud y feliz año nuevo.

[Ramón Carballal]

Muy bellos estos versos de esta ciudad sin alma, Ramón:

Hay mucha intensidad en tu mirada poética y un lenguaje de una riqueza espectacular.

Un beso enorme
Felicidades
Ana

Gracias, Ana. Salud, besos y feliz año.

[E. R. Aristy]

Gira el reloj con la mansedumbre de un ciclo
en la esfera omnímoda del tiempo.

Lejos el mar de la espuma vibrante y el temblor verde,
más lejos aún la lluvia pausada sobre el cristal
que sucumbe al aire con la música adormecida de las gotas
sonando en mí como una sinfonía de mecanismos viscerales.

Vendrá la flor hermana en un junco grácil de voz extendida,
oiré los juegos del niño que no crece, vislumbraré la luz
de las lámparas en el anochecer igual que faros inmóviles,.
autos que siembran de cláxones la tarde
en columnas de metal bajo el iris tricolor de los semáforos.

La ciudad soy yo, en mí la faz del neón y el murmullo anónimo de los cafés,
la aventura de hundirse en los arroyos de la multitud
sin apellidos, ni origen, ni lugar,
la distancia, las líneas rojas y azules del tren subterráneo
por donde cabalga mi cuerpo como un jinete infantil,
la pulsión púrpura de los antros en imán de nocturnidad apócrifa.

El sol prematuro del alba creciendo desde la honda tierra
como un as de oro en el jardín de la podredumbre,
y en el planeta que es mi cuarto, la quietud del espejo vacío,
la caoba y el roble de los muebles, la mullida piel de una cama antigua,
el crucifijo y el mate de la pared como una pátina
que vela el fulgor de los rayos recién nacidos del día.

Es ciertamente una ciudad poblada de variados estímulos plasmados en poesía. Todo, desde el apice de la luz y la gran imaginería, conserva y nos sugiere la historia de su materialización. Algunas sobrenaturales, otras construcciones para uso, otras subliminales consecuencias de el fulgor anímico. No se debe perder el detalle del espejo vacío, que para mi sugiere el misterio oculto. Un placer de lectura, Ramón. Salud y vida, bello poeta.

[Pilar Morte]

Quedo, una vez más, atrapada en los versos que, como en un volcán, brotan de tu gran creatividad.
Queda muy bien reflejada la ciudad a la que anclaste la mirada.
Un abrazo grande y Feliz Año Nuevo

[Rafel Calle]

Un poema que presenta todos los atributos de tu mejor poesía, amigo Ramón.
Felicidades y un abrazo.

[Ramón Carballal]

Gira el reloj con la mansedumbre de un ciclo
en la esfera omnímoda del tiempo.

Lejos el mar de la espuma vibrante y el temblor verde,
más lejos aún la lluvia pausada sobre el cristal
que sucumbe al aire con la música adormecida de las gotas
sonando en mí como una sinfonía de mecanismos viscerales.

Vendrá la flor hermana en un junco grácil de voz extendida,
oiré los juegos del niño que no crece, vislumbraré la luz
de las lámparas en el anochecer igual que faros inmóviles,.
autos que siembran de cláxones la tarde
en columnas de metal bajo el iris tricolor de los semáforos.

La ciudad soy yo, en mí la faz del neón y el murmullo anónimo de los cafés,
la aventura de hundirse en los arroyos de la multitud
sin apellidos, ni origen, ni lugar,
la distancia, las líneas rojas y azules del tren subterráneo
por donde cabalga mi cuerpo como un jinete infantil,
la pulsión púrpura de los antros en imán de nocturnidad apócrifa.

El sol prematuro del alba creciendo desde la honda tierra
como un as de oro en el jardín de la podredumbre,
y en el planeta que es mi cuarto, la quietud del espejo vacío,
la caoba y el roble de los muebles, la mullida piel de una cama antigua,
el crucifijo y el mate de la pared como una pátina
que vela el fulgor de los rayos recién nacidos del día.

Es ciertamente una ciudad poblada de variados estímulos plasmados en poesía. Todo, desde el apice de la luz y la gran imaginería, conserva y nos sugiere la historia de su materialización. Algunas sobrenaturales, otras construcciones para uso, otras subliminales consecuencias de el fulgor anímico. No se debe perder el detalle del espejo vacío, que para mi sugiere el misterio oculto. Un placer de lectura, Ramón. Salud y vida, bello poeta.

Gracias, ERA, por tu lectura y comentario. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Quedo, una vez más, atrapada en los versos que, como en un volcán, brotan de tu gran creatividad.
Queda muy bien reflejada la ciudad a la que anclaste la mirada.
Un abrazo grande y Feliz Año Nuevo

Gracias, Pilar. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Un poema que presenta todos los atributos de tu mejor poesía, amigo Ramón.
Felicidades y un abrazo.

Gracias, Rafel. Un abrazo.