Ciudad iluminada

[Ana Muela Sopeña]

Me alegra mucho, Francisco, que el poema te haya hecho regresar a la infancia, a aquellas navidades tan entrañables.

Un beso grande
Gracias
Ana

[Lisandro Sánchez]

Si a ese mismo y exacto circo romano de utilería, con todo su vacío rellenado de luces de colores (y también con su faceta de alegría popular, porque la vida suele tener dos caras como las monedas), que usted magistralmente ha revivido en toda su desoladora dimensión; le agrega algunos ingredientes, como ser:

* Todo "made in China", descartable, inservible...
* Las familias endeudadas con tarjeta de crédito a 24 meses para comprar los víveres para la cena de Navidad...
* En la tele las películas yanquis mostrando a Papá Noel aterrizando su trineo en la nieve de Nueva York...
* En la mesa -atada con alambre- el mismo menú -super invernal, super calórico- que en la tele -porque en Navidad "se come" eso- pero con temperatura ambiente de cuarenta grados sobre cero...
* En la madrugada del 25 los hospitales llenos de abuelas descompuestas por el calor y la comida pesada, y de niños con los dedos -o los ojos- amputados por los fuegos artificiales (chinos) prohibidos que todo el mundo vende, compra y usa... y sin médicos...
* El vecino recién despedido del trabajo (porque cerró la fábrica -porque lo que antes se fabricaba, ahora se trae de China-)...
* La vecina con problemas psiquiátricos (y por ende más pobre que lo normal -y por ende con más problemas psiquiátricos todavía-) sentenciando: "otra vez estas fiestas de mierda"...

Pues entonces tiene usted una Navidad en el hemisferio sur.

No sé porqué le cuento todo esto. Tal vez porque no tengo el valor, ni el talento, para plasmarlo en un poema.

Volviendo a su poema... humildemente, la felicito por su maestría.
Sus versos son una suerte de "pesebre viviente" pero navideño y mostrando la trastienda.

Un gusto, Ana.

Desde Argentina, un cordial saludo, extensivo a España, la tierra de mis cuatro bisabuelos paternos.

Lisandro