Como quien va desnudo (poema nudista)

[Ramón Castro Méndez]

Gracias les sean dadas a el/Prior por las exhortaciones.



Observa esos barcos, varados y ya sin dueño,
al norte de la escollera, pasados años de duelo
en el mar, no los reconocerías, roída su madera
por el salitre, aguardan pacientemente a ser devorados
por la boca de algún invierno. Hierros retorcidos
y oxidados, y algunos clavos serán la firma de su existencia.
El corazón se contagiaba de la resaca y del ritmo
complaciente de las olas, de su insistente ir y venir
como un latido, y de quedar su espuma cadáver
sobre la playa. Un paisaje que iba fermentando
entre el color y los magros chillidos de las gaviotas
que nadaban en el agua o reposaban plácidamente
sobre ese parte luz de mareas, confundidas
entre la pizarra.
En mi reino no se ponía el sol, y los años no se despedían,
viajaban entre recuerdos.
Luego, de entre el silencio, que se levantaba de repente,
crecía el maíz, como dulce adormidera, y esa tierra
era una península, hogar de mis años de bonanza,
desde donde mirar a un cielo cubierto de promesas.
Y después la noche con su memoria fósil extendiendo
sus élitros me protegía de las opiáceas sombras.
Es posible, si existe todavía alguna verdad inmaculada,
que lo que ya ha ocurrido esté sucediendo ahora,
nada es puro azar en un sueño que se repite.
Tal vez tan solo nos quede aprender a vivir
como quien va desnudo.


Hno. Frodimir del pequeño poder.

[Armilo Brotón]

Has compuesto, querido Hno Frodimir, una bellísima alegoría del «Tempus fugit, sicut nubes, quasi naves, velut umbra» (El tiempo se escapa como una nube, como las naves, como una sombra), tomando como sustrato poético los barcos varados en tu memoria. Admiro el juego literario que estableces entre esta imagen y lo que sugieres a lo largo de tus versos. Vida sobre muerte, es la rueda del samsara que tan bien conoces: Crecen los maizales aprovechando el hierro descompuesto de los clavos, otra impactante rúbrica. Entonces uno piensa: ¿qué crecerá a expensas de mis pobres cenizas? Nunca será falso decir que en estos momentos nos duele el alma. Nos sale lo pequeños que somos: chalupas a merced de las olas. Pero si ha de ser así, que esas olas tengan el ritmo de tus versos querido amigo, gran compañero de farras.
El título es otra aventura, me estaba viendo en esas hermosas playas corriendo por la arena a remolque de mis cascabeles.
ElPrior anda durmiendo la mona, ya sabes, luego le digo. Te va a agradecer mucho la deferencia y se empujará un par de botellas a tu salud, que no a la suya.
Abrazototote, te queremos mucho Frodi

[Ana García]

La poesía llega a desnudarte y, salen composiciones tan buenas como este poema.
Muy buena la comparación entre la vida de los viejos barcos varados en la playa y las personas con sus desconchones y aromas de vejez.
Es un buen dedicado. Os felicito a ambos.
Un fuerte abrazo, Ramón.

[Pilar Morte]

Me encanta este poema tan lúcido sobre el paso del tiempo. Hay en él imágenes acertadas en un lirismo que atrapa. Será que me identifica.
Felicidades a ti por el hermosísimo poema, y a tu gran amigo Armilo por el comentario tan bueno.
Un abrazo grande para los dos

[Ana Muela Sopeña]

Maravilloso poema sobre el tiempo ido. Una alegoría tremenda y bella sobre la vida humana. Sobre el paso del tiempo.

Enhorabuena
Escribes genial
Un beso
Ana

[Alejandro Costa]

No te hago comentario alguno sobre el tema del escrito.

Pero, ¿cómo obviar la calidad?

Te lo he dicho montones de veces, pero es que siempre lo haces mejor.

Magníficos versos y genial poema.

Abrazos.

Salud, paz y felicidad.

[Marisa Peral]

Me gusta esta asociación de los barcos viejos varados y abandonados, el recuerdo de vaivén de las olas y en envite del mar enfurecido
las playas y las gaviotas.

Y ese...

En mi reino no se ponía el sol, y los años no se despedían,
viajaban entre recuerdos

Eran años de sueños y bonanza, dices.
Pero pasa el tiempo y los sueños no cumplidos se repiten insistentes

Tal vez tan solo nos quede aprender a vivir
como quien va desnudo.


Y digo yo - Hno. Frodimir del pequeño poder - que para aprender a vivir como quien va desnudo hay que retroceder al día que vinimos a este mundo, al que llegamos desnudos y sin consciencia de nada.
Y aprendimos y desaprendimos todo, cambiamos de idea y de forma de vivir unas cuantas veces y ahora solo nos queda repasar lo que nos hizo felices y retroceder hasta volver a conseguirlo. Igual al retroceder hasta le ganamos la batalla al tiempo.

No había comentado tu poema, que me gusta mucho, pero sí me tomé la libertad de poner esos dos versos en mi firma.

Un beso grande.

[Julio Gonzalez Alonso]

Los comentarios que me preceden explican sobradamente el alcance y el valor de tus versos, Ramón. Lo suscribo con un aplauso. Salud.

[F. Enrique]

EXCelente, Ramón. No esperaba otra cosa de tu talento.

Un abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Has compuesto, querido Hno Frodimir, una bellísima alegoría del «Tempus fugit, sicut nubes, quasi naves, velut umbra» (El tiempo se escapa como una nube, como las naves, como una sombra), tomando como sustrato poético los barcos varados en tu memoria. Admiro el juego literario que estableces entre esta imagen y lo que sugieres a lo largo de tus versos. Vida sobre muerte, es la rueda del samsara que tan bien conoces: Crecen los maizales aprovechando el hierro descompuesto de los clavos, otra impactante rúbrica. Entonces uno piensa: ¿qué crecerá a expensas de mis pobres cenizas? Nunca será falso decir que en estos momentos nos duele el alma. Nos sale lo pequeños que somos: chalupas a merced de las olas. Pero si ha de ser así, que esas olas tengan el ritmo de tus versos querido amigo, gran compañero de farras.
El título es otra aventura, me estaba viendo en esas hermosas playas corriendo por la arena a remolque de mis cascabeles.
ElPrior anda durmiendo la mona, ya sabes, luego le digo. Te va a agradecer mucho la deferencia y se empujará un par de botellas a tu salud, que no a la suya.
Abrazototote, te queremos mucho Frodi

Querido amigo, gracias por las exhortaciones y tu apreciado y laudatorio comentario, pero has sido un tanto "desagerao"... pero te sigo apreciando. es imposible no hacerlo. Ya tú sabes, siempre que vengas por las Asturias de Oviedo donde estoy. Ya sabes que siempre estoy dispuesto a sobornarte con unos pinchos, o tostas como dirían los modernos. Aún no has probado que yo sepa el unto de cabrales revuelto con unas gotas de sidra, e, incluso, vermut de color. Ya estás tardando. Ya tú sabes, que también hay buenas llambiotaes.

Un fuerte abrazo, mi pana.

[Armilo Brotón]

Querido amigo, gracias por las exhortaciones y tu apreciado y laudatorio comentario, pero has sido un tanto "desagerao"... pero te sigo apreciando. es imposible no hacerlo. Ya tú sabes, siempre que vengas por las Asturias de Oviedo donde estoy. Ya sabes que siempre estoy dispuesto a sobornarte con unos pinchos, o tostas como dirían los modernos. Aún no has probado que yo sepa el unto de cabrales revuelto con unas gotas de sidra, e, incluso, vermut de color. Ya estás tardando. Ya tú sabes, que también hay buenas llambiotaes.

Un fuerte abrazo, mi pana.

Ya estoy tardando querido amigo, pero de exagerado nada. Cada vez me gusta más.
Feliz Navidad y un abrazotote o dos

[Pascual Pérez]

Al leer tu poética descripción de esos herrumbrosos barcos se me viene a las mientes
la gran novela de Juan Carlos Oneti, el Astillero, con el mismo espíritu y sensibilidad que tu poema. Enhorabuena Ramón, me ha gustado mucho!

[E. R. Aristy]

Gracias les sean dadas a el/Prior por las exhortaciones.



Observa esos barcos, varados y ya sin dueño,
al norte de la escollera, pasados años de duelo
en el mar, no los reconocerías, roída su madera
por el salitre, aguardan pacientemente a ser devorados
por la boca de algún invierno. Hierros retorcidos
y oxidados, y algunos clavos serán la firma de su existencia.
El corazón se contagiaba de la resaca y del ritmo
complaciente de las olas, de su insistente ir y venir
como un latido, y de quedar su espuma cadáver
sobre la playa. Un paisaje que iba fermentando
entre el color y los magros chillidos de las gaviotas
que nadaban en el agua o reposaban plácidamente
sobre ese parte luz de mareas, confundidas
entre la pizarra.
En mi reino no se ponía el sol, y los años no se despedían,
viajaban entre recuerdos.
Luego, de entre el silencio, que se levantaba de repente,
crecía el maíz, como dulce adormidera, y esa tierra
era una península, hogar de mis años de bonanza,
desde donde mirar a un cielo cubierto de promesas.
Y después la noche con su memoria fósil extendiendo
sus élitros me protegía de las opiáceas sombras.
Es posible, si existe todavía alguna verdad inmaculada,
que lo que ya ha ocurrido esté sucediendo ahora,
nada es puro azar en un sueño que se repite.
Tal vez tan solo nos quede aprender a vivir
como quien va desnudo.


Hno. Frodimir del pequeño poder.

Que belleza, Ramón! Sí, hay una verdad inmaculada,una desnudez que nos expone a los efluvios de la fortaleza! Maravilloso poema! Abrazos.