Las horas se agotan

[Ana Muela Sopeña]

El dolor se abre paso en el abismo
fuera de los controles del subsueño.
En hospitales grises de conejos
todo parece siempre tenebroso.

Los médicos susurran: "sedación",
la familia contesta: "por supuesto",
el paciente responde: "yo no quiero"
y las horas se agotan en cronómetros.

En un mundo plagado de mentiras
hay fármacos que cortan el dolor,
pero la realidad es solo muerte.

El ojo de la mente de cristal
grita desde su cueva "todo es maya"
y denuncia que el tiempo es una herida.

La compasión se ampara en los ropajes
desolados de un reino de terror,
con Tánatos buscando en el buenismo
una despoblación correcta y clínica.

Dentro de la belleza de lo cruel
habitan los portales de la nada
y el personal que adora lo terrible
sonríe con sus labios de metal.

El amor del espejo es un enigma
que se adhiere al instinto de la luna
en secretos guardados desde eones.

A veces en las trampas del silencio
encontramos las úlceras del mal,
esas que no se cierran por fricción.


Ana Muela Sopeña

[Carmen Moro Frías]

Hola Ana
Un poema muy sentido y muy bien estructurado.
El dolor de ver el mal hacer del género humano plasmado familiarmente.
Has hecho una disección del camino.vida/muerte
Un abrazo

[Marisa Peral]

Ana, has escrito un poemazo escalofriante, duele la descripción de los centros de paliativos y la crueldad de algunas situaciones.
Muy duro y muy bien detallado ese momento eutanasia.
Felicidades

Un beso enorme.

[Alejandro Costa]

Destrozas la mente con este doloroso y estremecedor escrito.

Es demasiado real, a pesar de estar compuesto por buenos versos.

Simplemente desgarrador.

Un buen poema, Ana.

Besos.

Salud, paz y felicidad.

[Pilar Morte]

Un poema de buenas imágenes pero durísimo. Llega y toca las fibras profundas.
Un abrazo grande y felicidad

[E. R. Aristy]

El dolor se abre paso en el abismo
fuera de los controles del subsueño.
En hospitales grises de conejos
todo parece siempre tenebroso.

Los médicos susurran: "sedación",
la familia contesta: "por supuesto",
el paciente responde: "yo no quiero"
y las horas se agotan en cronómetros.

En un mundo plagado de mentiras
hay fármacos que cortan el dolor,
pero la realidad es solo muerte.

El ojo de la mente de cristal
grita desde su cueva "todo es maya"
y denuncia que el tiempo es una herida.

La compasión se ampara en los ropajes
desolados de un reino de terror,
con Tánatos buscando en el buenismo
una despoblación correcta y clínica.

Dentro de la belleza de lo cruel
habitan los portales de la nada
y el personal que adora lo terrible
sonríe con sus labios de metal.

El amor del espejo es un enigma
que se adhiere al instinto de la luna
en secretos guardados desde eones.

A veces en las trampas del silencio
encontramos las úlceras del mal,
esas que no se cierran por fricción.


Ana Muela Sopeña

Vivimos, Ana,en sistemas saturados por información, pero no sabemos nada. No sabemos (porque no queremos saber cuando empieza la vida, ni cuando ni cómo se efectua la muerte.) La medicina nos provee con fármacos para aliviar, reducir, interrumpir el dolor. La gente no quiere dolor y hace todo lo posible por anestesiarlo. Tu poema parece preguntar y apuntar a la pregunta de la causa del mal. Cuando adentramos a esas duras preguntas es cuando empieza la vida y su significadoy despropósito, la muerte y su corte y su floración. El dolor necesario como alarma, el dolor sin dolor. Tu intenso poema es un dolor intelectual, y ese dolor conlleva a la conciencia personal. Nuestras mentes están sufriendo la gran desilusión. Un abrazo grande, celebro tu humanidad!

[Ana Muela Sopeña]

Gracias, Carmen, por venir y dejar tu huella.

Un beso grande
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Gracias, Marisa:

Cuando el paciente quiere recibir esa sedación paliativa que adormece la consciencia y anula el dolor es una bendición, lo reconozco. Pero... ¿y si el paciente no quiere? ¿Y si el paciente te dice "a mi no me duele nada"? No quiero que me duerman. No quiero que me eutanasien.

Gracias por venir y dejar tu huella...
Un beso
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Agradezco, Alejandro, tu paso por este poema.

Un beso grande
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Muchas gracias por venir, Pilar:

Un beso grande
Ana

[F. Enrique]

Comprometido y valiente, Ana. Solo queda la muerte cuando la vida no es vida, sino dolor.

Un abrazo.

[Ana Muela Sopeña]

Me encanta tu comentario, Era... gracias.

Un beso enorme
Ana