
los popurrís
no resultan
ni la palabra muerta
del día posterior a su muerte
no funcionan las aves
el vuelo
el bóreas
y estamos arrancados
en la vida que lucha
el pujo cuando sale
y parece que es el fin del mundo
otro trago de arroz
en mi organismo
quiasma
dos caras
siempre serán distintas
no repito expresiones
desde que los efluvios
llegan al orificio
hasta cuando lo cruzan
no hay ningún vestugo
que rompa la armadura
del olivo
nada que nazca de nosotros
podrá jamás hundirnos
la traición no se mide
el peor de los crímenes es sin duda la huella
que deja el asesino
el foso donde abundan
los cuchillos
con el hijo del sueño eterno
resulta milagrosa
la semilla
la primera de todas
la primavera de las semillas
madre resurrección
bosquete
en este folio
en esta saudade
que se busca a sí misma
en un cañaveral
almoneda de vientos
cuando éstos se posan en la planta
unos
muchos otros continúan en racha
discontinuidad
papelotes
sobre el lomo del río
se divisan regueros
de sangre
donde el cuerpo se postra
nace sobre el pantano otra luciérnaga
en el limo
profunda tierra
el mar no termina
si no es por la lágrima
que me hace delirar
que me coloca en órbita
y para no rallar la superficie
giro
formando un torbellino
solo
a fin de comprobar de cuántos aires estoy hecho
eso soy
telaraña
red
malla
me atrapo desde todos los lugares
sonrisa inhabitable
apocalipsis
apocalipsis
prédica del que no tiene sentido
sofista
tú mismo te los crees
los versos
la ficción
me pongo en tu pellejo
nos parecemos
en gran medida
las porciones de cielo que nunca han existido
ya darán en su día buena cuenta
mientras en los espejos
y en las aceras
quid divinum
será el epitafio del cristal
nugatorios
en mitad de la niebla
y somos tú y yo
las trabas del destierro
desertores
de caín
que vuestra sombra
astille
cruja
repiquetee
en madrugadas tensas
sin incentivos
fascine
al ciego de sirope
edulcorante
sepan que ni dejándome aquí el alma
soy capaz de perderla
una mujer me mira
me contempla
y convierte mis versos
en una imploración
la poesía no es trascendental
leo como si no existiese
y me saca de mí
de entre los dos
de entre lo imaginable
de entre incontables seres
médium
comunicándose
acaso con mi espíritu
brindando por
el merkaba
esto pone mi pluma en esta esquela
mientras se resquebrajan
uno tras otro
mis principios
y mi última carne
muerta antes que mis uñas
errantes
persiguen almas en la tierra
desenterrando dioses
de pegatina