The charioteer

[E. R. Aristy]

Jajaja!! Dejemos lo de experta a un lado, en cambio acepto ser temeraria de circo. Jajaja! Me alegra que hayas visto a auriga claramente, Marisa. Cuantos símbolos nos conforman, nos hacemos! Mi amigo invisible, oh, como será eso oculto que nos habla en símbolos y que nos revela nuestra propia invisibilidad en el silencio! Y que nos deja caer del caballo de fuerzas y que nos da a superman, Christopher Reeves en la lucha por la espina dorsal y el misterio del compás moral unitario. Y la amistad de quien se presenta a vernos cuando estamos rotos y estando roto igualmente nos saca una sonrisa. Creo que al final nos vamos sin saber qué carrera habíamos emprendido. Un abrazo grande para siempre, querida MAR!

Me alegro de haberte hecho reír, Roxane, hay días que la risa no salva.
Otro abrazo enorme para ti.

Sí, la risa nos salva. Reír es un alivio, una regeneración. A mi me dan ataques de risa de vez en cuando y no me importa quien se entere, ninguno está presente cuando lloro. Pero como dices también: hay días que la risa no salva. A esos días hay que rogar que sean de lluvias ,como dice Charlie Chaplin, para llorar sin que nadie se de cuenta. Cuando Christopher Reeves sufrió aquella caída del caballo, quien vino a visitarlo primero fue Robin Williams, aunque parezca mentira, bajo esas circunstancias de pérdida tras pérdida, Robin le hizo sonreir. Un abrazo grande, Marisa.