A G U A S

[E. R. Aristy]

A G U A S

En la muerte de Evan Lewis, mi hermano.

"Yo quiero proponerle a usted un abrazo, uno fuerte, duradero, hasta que todo nos duela. Al final será mejor que me duela el cuerpo por quererle, y no que me duela el alma por extrañarle".

Julio Cortazar



Evan murió hacen tres días.
Murió con todas las noticias haciendo cola.
Solo recuerdo la madrugada de aquel espanto en que la sinergia nos puso frente a frente debajo de la cama.
El corazón de Jesús aun flotaba en el desorbitado fulgor de sus ojos.
En tartamudo claroscuro se expresó un llanto profuso. Algo se derramaba, algo bello como un río desde un alto pavororoso.

Solo recuerdo eso de Evan y que pasaran los años que pasaran, consiguiera los Emmys que consiguiera, era aquel niño a la deriva de aguas de sangre.

Evan, qué extrañeza son todas esas expectativas cuando el máster es ser el semblante inaudito.

Me pasa siempre lo mismo ante la muerte;
recuerdo fugaces instantes, imprevistos, presencias que cuelgan del aspid de un ojo extremo (como futuros confiados de su derrotero y su subliminal acertijo)

Para mientras, el amor es como un niño fiel en un corazón flotante.

E. R. Aristy

[Marisa Peral]

A G U A S

En la muerte de Evan Lewis, mi hermano.

"Yo quiero proponerle a usted un abrazo, uno fuerte, duradero, hasta que todo nos duela. Al final será mejor que me duela el cuerpo por quererle, y no que me duela el alma por extrañarle".

Julio Cortazar



Evan murió hacen tres días.
Murió con todas las noticias haciendo cola.
Solo recuerdo la madrugada de aquel espanto en que la sinergia nos puso frente a frente debajo de la cama.
El corazón de Jesús aun flotaba en el desorbitado fulgor de sus ojos.
En tartamudo claroscuro se expresó un llanto profuso. Algo se derramaba, algo bello como un río desde un alto pavororoso.

Solo recuerdo eso de Evan y que pasaran los años que pasaran, consiguiera los Emmys que consiguiera, era aquel niño a la deriva de aguas de sangre.

Evan, qué extrañeza son todas esas expectativas cuando el máster es ser el semblante inaudito.

Me pasa siempre lo mismo ante la muerte;
recuerdo fugaces instantes, imprevistos, presencias que cuelgan del aspid de un ojo extremo (como futuros confiados de su derrotero y su subliminal acertijo)

Para mientras, el amor es como un niño fiel en un corazón flotante.

E. R. Aristy

Siento en el alma tu pérdida, querida amiga.
Y admiro tu capacidad para sobreponerte y escribir un poema tan bello para hablar de vuestras vivencias, muy hermosas palabras que salen del corazón.
Oportuna y acertada la entrada de Cortázar.

Te envío un abrazo inmenso y un beso.

[Carmen Moro Frías]

Hola ERA
Aunque me ha dolido cual puñal impregnado de mi sangre, me parece un poema intenso, como intensa es la muerte.
Gracias
Un abrazo

[E. R. Aristy]

A G U A S

En la muerte de Evan Lewis, mi hermano.

"Yo quiero proponerle a usted un abrazo, uno fuerte, duradero, hasta que todo nos duela. Al final será mejor que me duela el cuerpo por quererle, y no que me duela el alma por extrañarle".

Julio Cortazar



Evan murió hacen tres días.
Murió con todas las noticias haciendo cola.
Solo recuerdo la madrugada de aquel espanto en que la sinergia nos puso frente a frente debajo de la cama.
El corazón de Jesús aun flotaba en el desorbitado fulgor de sus ojos.
En tartamudo claroscuro se expresó un llanto profuso. Algo se derramaba, algo bello como un río desde un alto pavororoso.

Solo recuerdo eso de Evan y que pasaran los años que pasaran, consiguiera los Emmys que consiguiera, era aquel niño a la deriva de aguas de sangre.

Evan, qué extrañeza son todas esas expectativas cuando el máster es ser el semblante inaudito.

Me pasa siempre lo mismo ante la muerte;
recuerdo fugaces instantes, imprevistos, presencias que cuelgan del aspid de un ojo extremo (como futuros confiados de su derrotero y su subliminal acertijo)

Para mientras, el amor es como un niño fiel en un corazón flotante.

E. R. Aristy

Siento en el alma tu pérdida, querida amiga.
Y admiro tu capacidad para sobreponerte y escribir un poema tan bello para hablar de vuestras vivencias, muy hermosas palabras que salen del corazón.
Oportuna y acertada la entrada de Cortázar.

Te envío un abrazo inmenso y un beso.

Mi querida Marisa, no, no estoy sobrepuesta, pero siento algo de alivio por Evan. En 61 años nunca fue al medico. Nunca se enfermó. Hacen cuatro meses sufrió un colapso de diabetes qué resultó fulminante. Sabes, desde niño empezó a ser poeta. Ya a los 19 años era periodista. Algún día publicaré algunas de sus obras. Evan era cinco años menor que yo. Realmente es mi sobrino pero nos criamos juntos. Mi hermana, Gloria es dieciocho años mayor que yo y pues sus hijos son hermanos para mi y Carlos. Esa entrada de Cortazar es el acierto, así de dulce y amoroso era Evan, quien ocupo un lugar destacado en el periodismo dominicano y newyorkino, pero quien colmaba de abrazos a titirimundaci. Yo soy así también, en cuanto a los abrazos. El poema es biográfica. Una noche, en altas horas ( los niños compartiamos una habitación en camitas para cada uno. Esa noche algo me despertó y me metí debajo de la cama sincronizadamente, una visión poderosa hizo que Evan ( de siete años y yo de 12) se levantara y se metiera debajo de la misma cama donde yo temblaba. El poema cuenta de su aspecto ante la visión del corazón de Jesús. U abrazo grande, querida Marisa. Mi agradecimiento por tu gran empatia.

[Ana García]

Qué belleza las dos estrofas finales y, qué maravillosa ternura el resto.
Te felicito, Era.
Entrar en tus temas es zambullirse en una gran inteligencia emocional.
Un gran abrazo.

[Ricardo López Castro]

Bellos y trepidantes versos a causa de un dolor en cascada.
Y estos son de los más difíciles de plasmar, y más aún conservando tu singular y elevada voz poética, en la que abunda la atmósfera profunda y enigmática.
Muy concorde con tu estilo, ello indica tu fuerte personalidad artística y creativa.
Mucho ánimo y energía.
Abrazos y felicidad, amiga de versos.

[Alejandro Costa]

El dolor envuelto con la delicada sutileza del poeta.

Es una obra magnífica que seguro no te habría gustado escribir. La vida es una carrera cruel, llena de obstáculos, a los que hay que evitar y si no se puede, hay que sobreponerse. No nos queda nada más.

Un abrazo desde el corazón que te inunde el alma del calor amigo.

Un beso, Roxane.

Salud, paz y felicidad.

[Pilar Morte]

Qué emotivo y hermosísimo poema. Tienen una ternura de una sensibilidad exquisita. Felicidades.
Un abrazo grande

[E. R. Aristy]

Hola ERA
Aunque me ha dolido cual puñal impregnado de mi sangre, me parece un poema intenso, como intensa es la muerte.
Gracias
Un abrazo

Cuanto aprecio tu sincero comentario, Carmen!
Gracias por venir al corazón en luto. Un fuerte abrazo bella poeta.

[E. R. Aristy]

Qué belleza las dos estrofas finales y, qué maravillosa ternura el resto.
Te felicito, Era.
Entrar en tus temas es zambullirse en una gran inteligencia emocional.
Un gran abrazo.

Querida Ana García, ahí vamos, de tropiezo en tropiezo hacia algún acierto que reivindique este sueño imparable de la existencia. Me han acusado de inteligente y a la vez de hablar en un lenguaje extraño. Me han acusado de tener una monstruosidad de cultura. Me desmienten. Sin embargo yo soy muy parecida a Evan y al idiota; para que conozcas un poco de Evan, y nos regocigemos juntas de la inteligencia emocional, que es la más difícil y es ala vez el regalo de la niñez ( la inocencia, la total ignorancia de todo lo que putrifica al ser humano,) pues bien, aquí te comparto un poema de Evan:

Gracias
a una desemparada que conocí hace 15 inviernos...


Durante meses, caminé sobre la nieve con dos panes
y un vaso medio lleno de chocolate…
Pero de ella sólo escuché una palabra…

Salía de entre sus dientes humeantes
Sus labios arrugados por la vejez y el frió,
respiraban la última gota de mi dolor

Y así, sabiéndola feliz, me alejaba poco a poco arrastrando mis cadenas…
Atrás quedaba una amiga, la madre Dios…

Ella, la abandonada, vivía a la entrada del tren
pero para los demás esa era la salida a otra vida…

Un día que caminé más rápido que mi alma, no la encontré
jamás volví a ver su rostro
Pero así es mi vida.
La señora de una sola palabra se había ido para siempre…

Cada vez que me detengo sobre la nieve pienso en ella,
Y los huecos de mis zapatos se llenan de su tristeza…

Era una harapienta, pero también era la dueña de un lado de la noche, el más amargo…

Jamás volví a verla…
El desasosiego clavó maderas secas en sus ojos…

Se mudó de estación y ahora es mi sombra
quien le lleva pan y chocolate caliente a su sombra temblando de miedo…

Pero así es mi vida...
Todo al que le doy mi corazón, me da las gracias y se va para siempre…


Evan Lewis
New York City

[Ana García]

Qué belleza las dos estrofas finales y, qué maravillosa ternura el resto.
Te felicito, Era.
Entrar en tus temas es zambullirse en una gran inteligencia emocional.
Un gran abrazo.

Querida Ana García, ahí vamos, de tropiezo en tropiezo hacia algún acierto que reivindique este sueño imparable de la existencia. Me han acusado de inteligente y a la vez de hablar en un lenguaje extraño. Me han acusado de tener una monstruosidad de cultura. Me desmienten. Sin embargo yo soy muy parecida a Evan y al idiota; para que conozcas un poco de Evan, y nos regocigemos juntas de la inteligencia emocional, que es la más difícil y es ala vez el regalo de la niñez ( la inocencia, la total ignorancia de todo lo que putrifica al ser humano,) pues bien, aquí te comparto un poema de Evan:

Gracias
a una desemparada que conocí hace 15 inviernos...


Durante meses, caminé sobre la nieve con dos panes
y un vaso medio lleno de chocolate…
Pero de ella sólo escuché una palabra…

Salía de entre sus dientes humeantes
Sus labios arrugados por la vejez y el frió,
respiraban la última gota de mi dolor

Y así, sabiéndola feliz, me alejaba poco a poco arrastrando mis cadenas…
Atrás quedaba una amiga, la madre Dios…

Ella, la abandonada, vivía a la entrada del tren
pero para los demás esa era la salida a otra vida…

Un día que caminé más rápido que mi alma, no la encontré
jamás volví a ver su rostro
Pero así es mi vida.
La señora de una sola palabra se había ido para siempre…

Cada vez que me detengo sobre la nieve pienso en ella,
Y los huecos de mis zapatos se llenan de su tristeza…

Era una harapienta, pero también era la dueña de un lado de la noche, el más amargo…

Jamás volví a verla…
El desasosiego clavó maderas secas en sus ojos…

Se mudó de estación y ahora es mi sombra
quien le lleva pan y chocolate caliente a su sombra temblando de miedo…

Pero así es mi vida...
Todo al que le doy mi corazón, me da las gracias y se va para siempre…


Evan Lewis
New York City

Era una harapienta, pero también era la dueña de un lado de la noche, el más amargo…

Increíble poema. Llevo día leyendo y releyendo este poema que me deja sin palabras. Algo tiene que me atrae como atrapan los farolillos rojos.
Me pasa algo parecido a Evan: dejo ir a las personas que se acercan mucho a mí. Algunos sin despedirse.

Gracias por mostrarme a Evan.
Y sí, estoy de acuerdo, la inteligencia emocional es la más difícil.
Un abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Hermoso y muy emotivo poema. Las personas siguen vivas porque están en nuestro recuerdo, aunque ya hayan partido. Muy hermoso también el poema de Evan, aun con ese cierre doloroso.

Un gran abrazo.

[Juan Cruz Bordoy]

Querida Roxane, me colma de dolor tu pérdida. Tus versos sensibles, tejidos con la bella seda de tu alma, nos han regalado una increible, palpable y certera imagen del sentimiento que produce una despedida. Gracias por traer la voz de tu hermano y gracias por regalarnos estas palabras poéticas. Percibo que, si bien el dolor puede ser intenso, el diálogo de tu poema y el suyo vencerá con el tiempo. Me quedo con tu manera de concebir lo inexplicable e impactante que supone la desaparición física de un ser querido. Expresarlo es un acto de valor y también uno de justicia para con una persona que ha dejado huellas en quienes le conocieron.
Te envío un abrazo al corazón.
Juan Cruz

[Julio Gonzalez Alonso]

Te acompaño en el dolor de la pérdida, amiga Roxane, que se refleja con hermosura lírica en tu escrito. Un abrazo y salud.

[Francisco Lobo]

Me parece precioso, sutil y cargado de dulzura y tristeza. Hoy he tenido suerte: todo lo que he leído es magnífico. Un abrazo, amiga. Mi aplauso.