Un hombre a oscuras

[Ramón Castro Méndez]

Hay mundos que son otros mundos,
noches sin techo, donde la luna reverbera
en el fondo del río y emite destellos
de la madera y su nudo, del calor de un cuerpo ausente.
Pernoctando en fríos escalones,
hay voces que vienen de afuera, que son solo ruido,
ecos en los que las palabras son rehenes.
Dentro hay sombras que respiran junto al lecho,
ahora vacío, y algo falta en mí que no encuentro
en esta oscuridad, que avanza hacia la lumbre.
No estaba en la costumbre ni en lo escrito,
solo donde los días se van hundiendo lentamente.
Al norte limita el corazón con su cansancio
en un pecho que va enmudeciendo, parpadeando
sin nosotros, es solo el dolor de la sangre, un coágulo
que débilmente responde a sus ecos.
Mis huesos cuelgan en la oscuridad,
orean su vejez como un óxido vivo sin saber
que mi cuerpo sigue adelante, hasta donde la memoria
tiene el color amarillo del azufre silencioso
de lo que soy y lo que busco.



Waipot Khunchai, el flaco que levita.

[Alejandro Costa]

Muy bueno Ramón.

Tu poesía tiene ese estilo que a mi tanto me gusta y que me parece interesante, inteligente y muy poético.

Otra vez las metáforas lo han llenado de fuerza.

Un magnífico escrito.

Abrazos.

Salud, paz y felicidad.

[Hallie Hernández Alfaro]

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Un poemazo tan ingrávido, lúcido y potente...
Las palmas se emocionan al ovacionar, amigo mío.

Un beso grande y, mucha felicidad.

[Marisa Peral]

Hay mundos que son otros mundos,
noches sin techo, donde la luna reverbera
en el fondo del río y emite destellos
de la madera y su nudo, del calor de un cuerpo ausente.
Pernoctando en fríos escalones,
hay voces que vienen de afuera, que son solo ruido,
ecos en los que las palabras son rehenes.
Dentro hay sombras que respiran junto al lecho,
ahora vacío, y algo falta en mí que no encuentro
en esta oscuridad, que avanza hacia la lumbre.
No estaba en la costumbre ni en lo escrito,
solo donde los días se van hundiendo lentamente.
Al norte limita el corazón con su cansancio
en un pecho que va enmudeciendo, parpadeando
sin nosotros, es solo el dolor de la sangre, un coágulo
que débilmente responde a sus ecos.
Mis huesos cuelgan en la oscuridad,
orean su vejez como un óxido vivo sin saber
que mi cuerpo sigue adelante, hasta donde la memoria
tiene el color amarillo del azufre silencioso
de lo que soy y lo que busco.



Waipot Khunchai, el flaco que levita.

A oscuras todo cambia, se amplifica, se oculta, se pervierte, incluso puede ser maravilloso, depende de la mirada del otro.
Me gustan las dos estrofas que he destacado pero todo el poema es esplendido.

Hasta la firma me resulta enigmática pero me ha hecho recordar un Ring de boxeo tailandés.

Felicidades, Ramón, gracias por compartir

Un abrazo grande.
Como siempre, un poema para disfrutar de poesía buena

[Carmen Moro Frías]

Hola Ramón
Me ha gustado esa oscuridad. Hay que ver qué belleza de imagen. También la orientación del norte del corazón.
Me ha encantado. Me gusta mucho leerte.
Un abrazo

[Pilar Morte]

Nos dejas otro buen poema. Ese hombre a oscuras siente y , a través de las imágenes, nos invita a compartir todo un mundo de sentimientos y vivencias.
Me ha encantado leerte.
Un abrazo grande y salud

[Armilo Brotón]

Querdo Frodimir, me ha llneado de nostalgia ste motivo poema. Me recordó a mi padre. Los dos nacimos en una finca sin luz eléctrica y yo sabía donde estaba por la llama de su ideales, por el olor del tabaco en la noche, cuando se sentaba a mirar las estrellas en el atrio de la casa.
Hice un poema que se llama, creoe recordar, Un hombre a oscuras es la luz de su cigarro. Lo voy a buscar.

Un abrazotote bro, feliz semana

[Ramón Castro Méndez]

Muy agradecido por tu paso, Alejandro.

Un fuerte abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Muchas gracias, Hallie, por tus amables y generosas palabras.

Un afectuoso abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Muchas gracias, amiga Marisa.
Estos personajes son una mala imitación de la orden corumeliana y mi afición por la música pop de todos los países. Efectivamente, Waipot es de origen tailandés, pero con el apellido de otro músico, espero que no me pase como con Kazuhiko Okuno, que coincidió, pura coinciedencia nada más, con alguien famoso de Japón. Mi idea es que todos estos personajes escriban poesía diferente unos de otros, el estilo es difícil de cambiar, pero quizás los temas no tanto. Bueno, es una chorradilla que se me ha ido ocurriendo.
Kazuhiko, Frodimir, Waipot, el eremita... todos ellos te envían
Un abrazo enorme.