Antonio Justel escribió: ↑Lun, 01 Jul 2024 14:28
… a los vestigios o ruinas que en éstos u otros versos ajenos, podáis hallar,
oh viajeros, no tiréis piedras;
tal vez sean ceniza o greda de grandes pasiones: la del amor o la luz, la del dolor, la de la muerte;
… y es que quizás, con cada uno de ellos, haya sido vivido un instante-lumbre
con su llama o brasa inmortal,
o bien, y acaso, el paroxismo aterrador e ingente con que las sombras
hayan roto, alguna vez, la paz del corazón;
pero, qué, qué más da, si cada jirón o hilván son júbilo y poema, y, como tal,
lo ahorman e instituyen éste con su exacto sonido o su indeleble matiz,
ya el violeta, ya el carmesí, ya el azul,
aquello que han logrado salvar y traer desde los Campos de Marte,
hasta este lado del mar y del ser;
… no, a esos vestigios o ruinas, no, no y nunca tiréis piedras,
los poetas no son más poetas ni más sabios por el verbo, sino por el agua viva,
- la servida y derramada –
oh viajeros y amigos, siempre eternos, siempre eternos, siempre eternos…;
… tened a bien mirar y leer por tanto, estos pocos conceptos y palabras
que a estos foros gloriosos del mundo, hoy, aquí traigo,
los que humildemente y con mesura, he logrado reunir, asir y rescatar:
son de voz,
son de luz,
son sagrados,
el más excelso, alto y fiel conjuro, de mi mente y de mi sangre.
***
Antonio Justel/Orión de Panthoseas
https://oriondepanthoseas.com
***
… a los vestigios o ruinas que en éstos u otros versos ajenos, podáis hallar,
oh viajeros, no tiréis piedras;
tal vez sean ceniza o greda de grandes pasiones: la del amor o la luz, la del dolor, la de la muerte;
… y es que quizás, con cada uno de ellos, haya sido vivido un instante-lumbre
con su llama o brasa inmortal,
o bien, y acaso, el paroxismo aterrador e ingente con que las sombras
hayan roto, alguna vez, la paz del corazón;
pero, qué, qué más da, si cada jirón o hilván son júbilo y poema, y, como tal,
lo ahorman e instituyen éste con su exacto sonido o su indeleble matiz,
ya el violeta, ya el carmesí, ya el azul,
aquello que han logrado salvar y traer desde los Campos de Marte,
hasta este lado del mar y del ser;
… no, a esos vestigios o ruinas, no, no y nunca tiréis piedras,
los poetas no son más poetas ni más sabios por el verbo, sino por el agua viva,
- la servida y derramada –
oh viajeros y amigos, siempre eternos, siempre eternos, siempre eternos…;
… tened a bien mirar y leer por tanto, estos pocos conceptos y palabras
que a estos foros gloriosos del mundo, hoy, aquí traigo,
los que humildemente y con mesura, he logrado reunir, asir y rescatar:
son de voz,
son de luz,
son sagrados,
el más excelso, alto y fiel conjuro, de mi mente y de mi sangre.
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Antonio Justel/Orión de Panthoseas
https://oriondepanthoseas.com
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Antonio Justel escribió: ↑Lun, 01 Jul 2024 14:28
… a los vestigios o ruinas que en éstos u otros versos ajenos, podáis hallar,
oh viajeros, no tiréis piedras;
tal vez sean ceniza o greda de grandes pasiones: la del amor o la luz, la del dolor, la de la muerte;
… y es que quizás, con cada uno de ellos, haya sido vivido un instante-lumbre
con su llama o brasa inmortal,
o bien, y acaso, el paroxismo aterrador e ingente con que las sombras
hayan roto, alguna vez, la paz del corazón;
pero, qué, qué más da, si cada jirón o hilván son júbilo y poema, y, como tal,
lo ahorman e instituyen éste con su exacto sonido o su indeleble matiz,
ya el violeta, ya el carmesí, ya el azul,
aquello que han logrado salvar y traer desde los Campos de Marte,
hasta este lado del mar y del ser;
… no, a esos vestigios o ruinas, no, no y nunca tiréis piedras,
los poetas no son más poetas ni más sabios por el verbo, sino por el agua viva,
- la servida y derramada –
oh viajeros y amigos, siempre eternos, siempre eternos, siempre eternos…;
… tened a bien mirar y leer por tanto, estos pocos conceptos y palabras
que a estos foros gloriosos del mundo, hoy, aquí traigo,
los que humildemente y con mesura, he logrado reunir, asir y rescatar:
son de voz,
son de luz,
son sagrados,
el más excelso, alto y fiel conjuro, de mi mente y de mi sangre.
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Antonio Justel/Orión de Panthoseas
https://oriondepanthoseas.com
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Justel, que sutileza como regalo poético nos compartes.
Me parece interesante "el más excelso, alto y fiel conjuro de mi mente y de mi sangre" , y claro, eso que me detiene a pensar es la palabra < conjuro >. Dejo aquí un interesante artículo literario del tiempo del "nuevo mundo", específicamente sobre el México del siglo XIV. Emper, sin duda hay otros escritos más adecuados. Elijo este por ser desde la perspectiva literaria.
Literatura oral Géneros Oraciones, ensalmos y conjuros mágicos, una literatura tradicional de la época colonial mexicana
Oraciones, ensalmos y conjuros mágicos, una literatura tradicional de la época colonial mexicana
ORACIONES, ENSALMOS Y CONJUROS MÁGICOS, UNA LITERATURA TRADICIONAL DE LA ÉPOCA COLONIAL MEXICANA
Discurso lingüístico: salmodiado
Tipo de contextos de producción: ritual o religioso
Distribución geográfica: México colonial
BIBLIOGRAFÍA RELACIONADA
Araceli Campos Moreno
Colegio de Letras Hispánicas (FFyL-UNAM)
Facultad de Filosofía y Letras FFyL (UNAM)
Universidad Nacional Autónoma de México UNAM2015 / 11 oct 2017
mostrar Breve historia de la magia
mostrar La magia en el virreinato. Actores y medios de difusión
mostrar Difusión y sentido de las palabras mágicas
mostrar Características de oración, ensalmo y conjuro
Los manuales, edictos y compendios inquisitoriales no precisan las diferencias entre oración, ensalmo y conjuro, ni tampoco lo hicieron los inquisidores ni las personas que los utilizaron. A menudo son denominados "oraciones", un término general e impreciso. Tratandóse de los conjuros, los informantes o acusados que los recitaban ante los inquisidores los identificaron como “palabras”, tal vez porque el término conjuro se asociara más fácilmente con lo profano, por lo que fuera comprometedor usarlo. Los ensalmos, en cambio, recibieron este nombre.
Es difícil separar tajantemente los tres tipos de textos, pues sus rasgos pueden mezclarse entre sí. Pocos son los estudiosos que los han precisado. Al respecto, vale la pena señalar a Pedro Laín Entralgo, que analiza las características de los ensalmos en su libro La curación por la palabra en la Antigüedad clásica. Por su parte, José Manuel Pedrosa, que ha escrito mucho sobre este tipo de textos, hace una excelente clasificación en la introducción de su libro Entre la magia y la religión: oraciones, conjuros y ensalmos.
En cuanto a los materiales que se encuentran en los archivos de la Inquisición, hemos diferenciado unos de otros tomando en cuenta tres aspectos: la actitud del invocante, la manera en que se formula la petición y los propósitos para los que se utilizaron.[11]
En las oraciones y los ensalmos el creyente tiene una personalidad más sumisa y rogativa que el de los conjuros. Tal actitud se ve reflejada en el modo como invoca a las divinidades y expresa su petición. En la oración del Santo Sepulcro, por ejemplo, se dirige a la virgen María en estos términos: "Bendita y abogada nuestra,/ rruega por mí a tu presioso yjo". Alabando a Jesucristo, el invocante del ensalmo para curar heridas dice: "Señor mío Xesucristo,/ suplico a vuestra divina maxestad sea servido/ qu'esta herida sea sana y salva".
En los ensalmos el invocante es el ensalmador, un ser que ha adquirido por gracia divina el don de curar. En la siguiente versión del ensalmo para curar heridas se sitúa como un intermediario entre el paciente y la divinidad; precisa que en las palmas sus manos residen sus virtudes curativas, pues en una está la del Espíritu Santo y en la otra, la de la Virgen María. Por contacto, estas divinidades le han transmitido el poder de curar:
Debajod'esta mi mano
ponga la suya el Espíritu Santo.
Y debajo de esta mano mía,
ponga la suya la Birjen María.
En los conjuros la actitud del invocante es apremiante y coercitiva, como se puede observar en esta versión del Conjuro de las habas:
Conjúroos, habas,
en nombre de los diablos del Infierno,
quedigáis verdad...
o en el conjuro del Ánima Sola:
¡Anima, ánima, ánima!
traedme a Garci Pérez.
¡Luego, luego, luego!
A diferencia de las oraciones y los ensalmos, las peticiones en los conjuros suelen ser más apremiantes que en los conjuros. En varios casos el invocante solicita que la respuesta a sus deseos sea inmediata:
Diablos de la putería,
traémelo más ahyna.
Diablos del horno,
traémelo en torno.
¡Presto, andando a mis puertas!
¡Yo mando, presto, corriendo! (Núm. 56)
Las oraciones normalmente reflejan una profunda devoción religiosa. Sus propósitos son muy diversos. La oración del Santo Sepulcro, por ejemplo, se empleaba para proteger al creyente de situaciones adversas, como librarse de los ladrones, de la muerte, de ser sentenciado, de morir en la hoguera, etcétera. La oración Acuérdate, cristiano tiene el propósito de restablecer la salud de un enfermo.
Los ensalmos estuvieron supeditados a prácticas curativas. Como lo indica el Tesoro de la lengua castellana o española de Sebastián de Covarrubias, se recitaban "unas vezes solas, otras aplicando medicamentos". Al parecer, su nombre ha sido tomado de los Salmos bíblicos, pues se asegura que "de ordinario usan versos del Psalterio". Los ensalmadores los enunciaban ciertos días a determinadas horas "sobre la herida, o llaga, o apostema".[12] En algunas de las versiones del ensalmo para curar heridas se utiliza el vino, con el cual probablemente se desinfectaba la herida. Algunas veces se colocaban unos paños blancos en forma de cruz sobre el paciente.
Las peticiones de los ensalmos tienen propósitos más específicos. En ocasiones se detalla la manera en que se efectuará la sanación, como se puede observar en este texto en el que se pide que la herida: "no haga sangre ni materia/ ni hi[n]chaçón ni obilación", y si tuviera "algún güeso, palo o piedra,/ o otra cualquier cosa mala,/ salga fuera".[13]
También los conjuros tienen fines concretos y peticiones específicas. En los adivinatorios, con frases como "Así me declaréis todo esto que os pido", "que me declaréis esto", se da pie para que el conjurante exprese cuál es su petición. En otros casos se piden señales para saber una respuesta, o bien, se explicita la petición en el mismo texto:
que me quieras y me ames
y me vengas a buscar,
como el sancto olio
detrás de la cristiandad.
Las oraciones y los ensalmos son menos profanos que los conjuros. Normalmente reiteran dogmas religiosos o pasajes bíblicos, como el misterio de la Trinidad, el nacimiento milagroso de Jesús, la virginidad de María, etcétera. Ambos tipos de textos sirvieron para buenos fines, como pedir la salud de un enfermo, salvar las ánimas del Purgatorio, evitar una muerte violenta, morir sin confesión, etcétera.
En los conjuros la profanación de las entidades divinidades y los objetos sagrados es evidente. Tal es el caso del siguiente texto, en el que, para enamorar a una mujer, intervienen elementos de la liturgia católica:
Conjúrote Fulana,
con la sal y con el libro misal
y con la ara consagrada,
que me quieras y me ames
y me vengas a buscar,
como el sancto olio
detrás de la cristiandad.
Hay conjuros que pretenden provocar un daño, al pedir, por ejemplo, el sometimiento de un varón de la siguiente manera:
Fulano,
el rostro te veo,
las espaldas te saludo.
Aquí te tengo metido en el puño,
como mi Señor Jesucristo todo el mundo.
Asimismo, en algunos textos se solicita la intervención de seres demoníacos. Tal es el caso del conjuro de los Diablos corredores, en el que es necesaria la mediación de Barrabás, Satanás, Belcebú, Candilejo, Mandilejo, el Diablo Cojuelo "y quantos diablos y diablas/ ay en el Infierno" para hacer volver a un hombre.
En las siguientes secciones reproducimos tres textos, uno de cada tipo, acompañados de un breve análisis, a fin de dar una idea más completa de la naturaleza de estos materiales.
mostrar La oración del santo Sepulcro
mostrar El ensalmo para curar heridas
mostrar El conjuro de Santa Marta
mostrar Conclusiones
mostrar Bibliografía
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