Un sueño que no ha sido

[Ramón Castro Méndez]

Recuerdo de esta noche un sueño que no ha sido,
como un mar conquistando el silencio de sus olas quietas.
Como el mar con su mismo pesar, con su azul de equinoccios,
con su vértigo empapado de horizontes.

Es este el sueño de un cuerpo vacío como una playa
sin huellas, como un reloj de niebla, o un sol espantado
que ha tocado fondo, como certeza de lo que fue perdido.

Yo soy lo que de mi mismo ignoro y, también, memoria
de aquello que para sí reclaman la sangre y su estallido,
el latido del hueso, la carne que huye, y esa piedra de luz
que habita en el envés de lo invisible.

Cualquier noche volverá ese sueño, en la almohada
dos lágrimas oscuras, un cadáver de luz definitiva,
techos y paredes inundándose de voces, mi boca
en tu boca, que se diría que el aire está naciendo,
la espalda tatuada de himnos y de mapas transatlánticos.

[Ramón Carballal]

Muy interesante y bien escrito tu poema. Un sueño que volverá, pero va a ser un reto que lo describas con tanto talento como la has hecho en estos versos. Felicidades y un abrazo.

[Alejandro Costa]

Cualquier noche volverá ese sueño...

Leer versos que integran tanto dentro de ellos, es soñar, sentir la poesía y vivir con ella.

Magnífico poema, compañero.

Un abrazo.

Salud, paz y felicidad.

[Ana Muela Sopeña]

Precioso y muy profundo poema, Ramón:

En los sueños sentimos la realidad como real. Un sueño que no ha sido puede ser el sueño nocturno o los deseos vitales. Al final todo se entremezcla de un modo difuso.

Escribes genial.

Me encanta leerte

Un beso grande
Felicitaciones
Ana

[Marisa Peral]

Otro de tus poemas grandes y llenos de sentimiento.
Los sueños se cumplen algunas veces, hay que perseguirlos.

Un placer leerte, como siempre.

Un beso, también el abrazo

[Ramón Castro Méndez]

Muy interesante y bien escrito tu poema. Un sueño que volverá, pero va a ser un reto que lo describas con tanto talento como la has hecho en estos versos. Felicidades y un abrazo.

Muchas gracias, tocayo, celebro que estas letras hayan sido de tu agrado.

Un fuerte abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Cualquier noche volverá ese sueño...

Leer versos que integran tanto dentro de ellos, es soñar, sentir la poesía y vivir con ella.

Magnífico poema, compañero.

Un abrazo.

Salud, paz y felicidad.

Muchas gracias, compañero, por tus generosas palabras.

Un fuerte abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Precioso y muy profundo poema, Ramón:

En los sueños sentimos la realidad como real. Un sueño que no ha sido puede ser el sueño nocturno o los deseos vitales. Al final todo se entremezcla de un modo difuso.

Escribes genial.

Me encanta leerte

Un beso grande
Felicitaciones
Ana

Muchas gracias, querida Ana, por tus cálidas palabras. Según algunos, no sé como llamarles, si científicos o entendidos, cuando dormimos, los sueños son viajes al mundo astral... y a saber lo que te puedes encontrar por allí.

Besos.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Me gustó mucho, Ramón, sobre todo la fuerza expresiva de las imágenes de las dos últimas estrofas:

"Yo soy lo que de mí mismo ignoro y, también, memoria
de aquello que para sí reclaman la sangre y su estallido,
el latido del hueso, la carne que huye, y esa piedra de luz
que habita en el envés de lo invisible.

Cualquier noche volverá ese sueño, en la almohada
dos lágrimas oscuras, un cadáver de luz definitiva,
techos y paredes inundándose de voces, mi boca
en tu boca, que se diría que el aire está naciendo,
la espalda tatuada de himnos y de mapas transatlánticos"

Todo un placer de lectura, querido amigo.

Un abrazo.

[E. R. Aristy]

Recuerdo de esta noche un sueño que no ha sido,
como un mar conquistando el silencio de sus olas quietas.
Como el mar con su mismo pesar, con su azul de equinoccios,
con su vértigo empapado de horizontes.

Es este el sueño de un cuerpo vacío como una playa
sin huellas, como un reloj de niebla, o un sol espantado
que ha tocado fondo, como certeza de lo que fue perdido.

Yo soy lo que de mi mismo ignoro y, también, memoria
de aquello que para sí reclaman la sangre y su estallido,
el latido del hueso, la carne que huye, y esa piedra de luz
que habita en el envés de lo invisible.

Cualquier noche volverá ese sueño, en la almohada
dos lágrimas oscuras, un cadáver de luz definitiva,
techos y paredes inundándose de voces, mi boca
en tu boca, que se diría que el aire está naciendo,
la espalda tatuada de himnos y de mapas transatlánticos.

Un poema inspirado que despliega tanto tu buen hacer como tu profundo pensar. Te felicito Ramón Castro Méndez! Abrazos

[Carmen Moro Frías]

Hola Ramón.
Fantástico. Cuando hablamos de sueños y realidades hablamos de cosas qye pueden ser otras diferentes.
Un abrazo