Nada existe sin nosotros IV ( Fin )

Poemas en verso y/o en prosa de cualquier estructura y/o combinación.

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Raul Muñoz
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Nada existe sin nosotros IV ( Fin )

Mensaje sin leer por Raul Muñoz »

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Ruego por mí a los ángeles, que lloran la ingratitud del trueno golpeando las sienes.

Ruego por el tumulto de sombras, que se desvanecen por los números cifrando vacíos.

He llegado hasta aquí. Ruego compasión por las manos, que se arrojan al despertar de la conciencia. No sé cómo, pero he llegado y aquí estoy. Tengo la gracia de las doce vírgenes; hundiéndose en el pecho doce soles fabrican el tiempo soñando mi rostro.

Son doce túnicas de colores vivos cubiertos de carne -Isaac kaduri- ruega por mí en los atrios y aposentos.

Son nueve lunas o entrañas. Y tus manos son hábiles en la rotación. Y tu cuerpo transparente.

Vacía de luz se presenta la primera virgen; en sus manos sostiene el candelabro con siete velas. Coloca el índice izquierdo en los labios; el diestro hunde en el plasma sanguíneo.

El viento susurra desprendiendo hojas doradas. Imposible parece tu hazaña. Tu cuerpo blanco límite de excavación.

Entra por los tímpanos con la hoja dorada en el cuenco, la segunda virgen, levita. Cae suavemente en la visión y con sigilo enciende las velas. Ilumina la estancia. Cesa el aliento.

La tercera virgen traza la circunferencia alrededor del triángulo. La sangre del tiempo, inútil, cede al espacio y desborda la belleza en sus carnes, de leche tibia inundando las bocas. El ciervo herido sonríe. Entran los siete ángeles tal epifanía sin forma alguna de representación. Ella retira sus cabellos oscuros, señalando las dos espadas suspendidas de la bóveda oblicua.

Susurran las palabras adquiriendo forma y recuerdan el vaivén flotando sobre el mar. Regresa convertida en espuma la cuarta virgen hacia los labios. La yema embadurna el silencio. El frío animal del vértigo se retira, en una interminable exhalación, abre los ojos, desprendiéndose la bóveda. Va cayendo el mar y la tierra germina en mi boca.

Tal los amantes se disponen al descanso, luego de la guerra, disemina el entendimiento la quinta virgen. Sugiere de manera pausada entre ronquidos eternos el cuadrado envolvente.

En un sueño, sin sueños, aparece el resplandor formando una palabra en la luz invisible. Acompaña a la sexta virgen acostada en la nube. El querubín posándose en los muslos piensa el infinito. Solo el resplandor es visible en la luz invisible.

Un serafín tira del hilo, suavemente, dorado. El símbolo tiene ahora la facultad de la devoción. Vendrán otras palabras antes de que lleguen otras vírgenes.

Dichosas hermanas reunidas establecen palabras maternales.

El entendimiento que es solo luz, también puede ser luz y sombra con tal de unir la cara y la cruz, en un viaje arriesgado, cuando todavía el animal sostiene las cuatro cabezas y el cetro de la corona, como una espina clavada en mi corazón.

Así, muere, antes de su aparición, la séptima virgen, como un calambre eléctrico traspasando mis vertebras. Reunidos, el temor reverente y el amor incondicional descubren al fondo el ovillo, comienzan a vislumbrarse las manos de nieve pura.

La voz dice, que no se detiene. Vienen palabras a originar mi cuerpo, la ternura comienza a envolverme. Alguien dice, Hijo mío. Queda desvelada la octava virgen que me sueña en su vientre de coral. Afinan los instrumentos los ancianos.

La melodía teje el entendimiento y quedan suspendidas las vibraciones del sonido. La razón por la cual la sangre se vierte sobre la placenta, sin tiempo, más allá de cualquier forma concebible, configura el ovillo de plata, que sostiene la novena virgen consanguínea a la octava.

La décima, que es la apertura del mar, hará su aparición, si los ojos comprenden la escritura cegada, de quien escribe pensando su nacimiento sin haber nacido.

Tal son, las restantes incógnitas que pueden ser vírgenes: un evangelio de vírgenes sin apóstoles, donde, al menos, tres lectores consagrados tendrán en sus manos el ovillo, viajando por el espacio sideral, visitando a otros seres, otras galaxias, sabiéndose por la bienaventuranza de cualquier alumbramiento o manifestación de la conciencia.

Dichosos amantes, que hacen posible en su vacuidad la existencia. Si leen atentamente, aquí y ahora: Nada existe sin nosotros.
Última edición por Raul Muñoz el Mar, 04 Jun 2024 0:15, editado 3 veces en total.
Tu profecía, poeta.
-Mañana hablarán los mudos:
el corazón y la piedra.

-¿Mas el arte?..
-Es puro juego,
que es igual a pura vida,
que es igual a puro fuego.
Veréis el ascua encendida.

Antonio Machado ( Proverbios y cantares ).

https://transitando-la-palabra.webnode.es/
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xaime oroza carballo
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Re: Nada existe sin nosotros IV ( Fin )

Mensaje sin leer por xaime oroza carballo »

Hermosas imágenes nos regalas, Raúl. Gracias. Todo un placer de principio a fin.

Fonda aperta, meu amigo.
xaime oroza
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Alejandro Costa
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Re: Nada existe sin nosotros IV ( Fin )

Mensaje sin leer por Alejandro Costa »

Nada existe sin nosotros. Es cierto.

He leído de principio a fin tu escrito. Tiene esa locura interna que tan solo es capaz de crear el creador de palabras, frases, versos..., el poeta.

Si me dices que te haga un resumen, te diré que imposible. Me he perdido varias veces y he tenido que volver a leer algunos versos para intentar continuar el camino. Y sigo perdido. ¿El motivo? Sinceramente no lo sé. Quizás que tu locura sea demasiada, o que la mía se dislocase totalmente.

Pero, siempre hay un pero en cualquier comentario, el escrito es genial. Tiene todo lo que debe tener el escrito de un poeta. Lirismo, belleza, metáforas y sobre todo, el disfrute del lector. Y de eso, compañero, no hay duda.

Un abrazo.

Salud, paz y felicidad.
Salud, paz y felicidad.



No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.…


Me sobra el corazón (Miguel Hernández)
Francisco Lobo
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Re: Nada existe sin nosotros IV ( Fin )

Mensaje sin leer por Francisco Lobo »

Inquietante y largo poema, que percibo como un lamento introspectivo. Sentí la influencia de Gamoneda:
tus manos son hábiles en la rotación. Y tu cuerpo transparente.
También me recordaron a mi amigo Gerónimo. Un abrazo
Ana Muela Sopeña
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Re: Nada existe sin nosotros IV ( Fin )

Mensaje sin leer por Ana Muela Sopeña »

Hola, Raul:

Excelente poema de introspección mística.

El principio femenino místico encarnado por las vírgenes se contrapone a los apóstoles.

Yo creo que los apóstoles se dedicaron a predicar y divulgar la palabra, el Evangelio, la "buena nueva", mientras que las vírgenes del templo guardaron la parte mistérica y secreta de las enseñanzas de Jesús.

Me ha gustado muchísimo. Veo influencias de Cirlot y también me recuerda al simbolismo del Apocalipsis de San Juan.

Debo volver a leer el poema más veces.

Felicidades
Un beso grande
Ana
La Luz y la Tierra, explosión que abre el corazón del espacio.
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Marisa Peral
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Re: Nada existe sin nosotros IV ( Fin )

Mensaje sin leer por Marisa Peral »

Raul Muñoz escribió: Lun, 03 Jun 2024 23:24
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Dichosos amantes, que hacen posible en su vacuidad la existencia. Si leen atentamente, aquí y ahora: Nada existe sin nosotros.
Has hecho bien, Raúl, en dejar los enlaces a los tres poemas anteriores para así, volver a leer todos porque es un trabajo exhaustivo que hay que unificar y leer con tiempo y tranquilidad.
Mucha información para empaparse de tu buen hacer y certero final.
Gracias por compartir tus inquietudes.

Felicidades y un abrazo.
—-
Marisa Peral Sánchez

¡Nunca te dejes poner
el tornillo que te falta.
Corre y se feliz!

—-
E. R. Aristy
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Re: Nada existe sin nosotros IV ( Fin )

Mensaje sin leer por E. R. Aristy »

Raul Muñoz escribió: Lun, 03 Jun 2024 23:24 viewtopic.php?t=41152


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Ruego por mí a los ángeles, que lloran la ingratitud del trueno golpeando las sienes.

Ruego por el tumulto de sombras, que se desvanecen por los números cifrando vacíos.

He llegado hasta aquí. Ruego compasión por las manos, que se arrojan al despertar de la conciencia. No sé cómo, pero he llegado y aquí estoy. Tengo la gracia de las doce vírgenes; hundiéndose en el pecho doce soles fabrican el tiempo soñando mi rostro.

Son doce túnicas de colores vivos cubiertos de carne -Isaac kaduri- ruega por mí en los atrios y aposentos.

Son nueve lunas o entrañas. Y tus manos son hábiles en la rotación. Y tu cuerpo transparente.

Vacía de luz se presenta la primera virgen; en sus manos sostiene el candelabro con siete velas. Coloca el índice izquierdo en los labios; el diestro hunde en el plasma sanguíneo.

El viento susurra desprendiendo hojas doradas. Imposible parece tu hazaña. Tu cuerpo blanco límite de excavación.

Entra por los tímpanos con la hoja dorada en el cuenco, la segunda virgen, levita. Cae suavemente en la visión y con sigilo enciende las velas. Ilumina la estancia. Cesa el aliento.

La tercera virgen traza la circunferencia alrededor del triángulo. La sangre del tiempo, inútil, cede al espacio y desborda la belleza en sus carnes, de leche tibia inundando las bocas. El ciervo herido sonríe. Entran los siete ángeles tal epifanía sin forma alguna de representación. Ella retira sus cabellos oscuros, señalando las dos espadas suspendidas de la bóveda oblicua.

Susurran las palabras adquiriendo forma y recuerdan el vaivén flotando sobre el mar. Regresa convertida en espuma la cuarta virgen hacia los labios. La yema embadurna el silencio. El frío animal del vértigo se retira, en una interminable exhalación, abre los ojos, desprendiéndose la bóveda. Va cayendo el mar y la tierra germina en mi boca.

Tal los amantes se disponen al descanso, luego de la guerra, disemina el entendimiento la quinta virgen. Sugiere de manera pausada entre ronquidos eternos el cuadrado envolvente.

En un sueño, sin sueños, aparece el resplandor formando una palabra en la luz invisible. Acompaña a la sexta virgen acostada en la nube. El querubín posándose en los muslos piensa el infinito. Solo el resplandor es visible en la luz invisible.

Un serafín tira del hilo, suavemente, dorado. El símbolo tiene ahora la facultad de la devoción. Vendrán otras palabras antes de que lleguen otras vírgenes.

Dichosas hermanas reunidas establecen palabras maternales.

El entendimiento que es solo luz, también puede ser luz y sombra con tal de unir la cara y la cruz, en un viaje arriesgado, cuando todavía el animal sostiene las cuatro cabezas y el cetro de la corona, como una espina clavada en mi corazón.

Así, muere, antes de su aparición, la séptima virgen, como un calambre eléctrico traspasando mis vertebras. Reunidos, el temor reverente y el amor incondicional descubren al fondo el ovillo, comienzan a vislumbrarse las manos de nieve pura.

La voz dice, que no se detiene. Vienen palabras a originar mi cuerpo, la ternura comienza a envolverme. Alguien dice, Hijo mío. Queda desvelada la octava virgen que me sueña en su vientre de coral. Afinan los instrumentos los ancianos.

La melodía teje el entendimiento y quedan suspendidas las vibraciones del sonido. La razón por la cual la sangre se vierte sobre la placenta, sin tiempo, más allá de cualquier forma concebible, configura el ovillo de plata, que sostiene la novena virgen consanguínea a la octava.

La décima, que es la apertura del mar, hará su aparición, si los ojos comprenden la escritura cegada, de quien escribe pensando su nacimiento sin haber nacido.

Tal son, las restantes incógnitas que pueden ser vírgenes: un evangelio de vírgenes sin apóstoles, donde, al menos, tres lectores consagrados tendrán en sus manos el ovillo, viajando por el espacio sideral, visitando a otros seres, otras galaxias, sabiéndose por la bienaventuranza de cualquier alumbramiento o manifestación de la conciencia.

Dichosos amantes, que hacen posible en su vacuidad la existencia. Si leen atentamente, aquí y ahora: Nada existe sin nosotros.
Es muy interesante leer estos poemas donde temas bíblicos son reinterpretados por ti. Me gustan estas obras que atribuyen al lenguaje simbólico. Carl Barth, teólogo del siglo xx, interpreta que la biblia contiene errores, y que aparte de profecías, Historia, consejos, es en gran parte revelación. El fue de los pocos que se encararon a Hitler y publicaron en el periódico la declaración Barman. Diciendo claramente que su rey es Cristo Jesús. Declarando su protesta en contra de Hitler. Creo que Barth leería tu poema con una mente amplia y sin complejos.

"Entonces, el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al novio. 2 Cinco de ellas eran insensatas, y cinco prudentes. 3 Cuando las insensatas tomaron sus lámparas, no tomaron consigo aceite; 4 pero las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. 5 Y como tardaba el novio, todas cabecearon y se quedaron dormidas. 6 A la medianoche se oyó gritar: “¡He aquí el novio! ¡Salgan a recibirle!”. 7 Entonces, todas aquellas vírgenes se levantaron y alistaron sus lámparas. 8 Y las insensatas dijeron a las prudentes: “Dennos de su aceite, porque nuestras lámparas se apagan”. 9 Pero las prudentes respondieron diciendo: “No, no sea que nos falte a nosotras y a ustedes; vayan, más bien, a los vendedores y compren para ustedes mismas”. 10 Mientras ellas iban para comprar, llegó el novio; y las preparadas entraron con él a la boda, y se cerró la puerta. 11 Después vinieron también las otras vírgenes diciendo: “¡Señor, señor, ábrenos!”. 12 Pero él respondiendo dijo: “De cierto les digo que no las conozco”. 13 Velen, pues, porque no saben ni el día ni la hora.
(Mateo 25:1-13)


Explicación de la parábola de las diez vírgenes
Esta es una de las llamadas parábolas del reino, porque explican verdades relacionadas con el reino de Dios. En esta parábola de las diez vírgenes se enfatiza la importancia de estar preparados para la segunda venida de Jesús. Él prometió que volverá, pero no sabemos cuándo será su regreso. Por lo tanto, debemos estar atentos y mantenernos preparados para ese momento.

En la parábola vemos a 10 chicas jóvenes vírgenes que, según se sobrentiende, eran amigas de la novia. Ellas salieron a esperar al novio, a recibirlo, para entrar con él a la celebración de la boda. Todas llevaban lámparas encendidas. Cinco de las jóvenes iban preparadas con aceite extra en sus vasijas. A esas se les llama las vírgenes prudentes, porque estaban preparadas por si surgía algún imprevisto o el novio se retrasaba.

Las otras cinco vírgenes, las insensatas, se presentaron solamente con sus lámparas. Las diez vírgenes esperaron y esperaron, pero como el novio no llegaba, se quedaron dormidas. Finalmente, a la medianoche oyeron gritos que avisaban sobre la llegada del novio. Como era la costumbre, ellas debían salir a recibirlo.

Las diez vírgenes se levantaron y prepararon sus lámparas para salir al encuentro del novio. Pero sucedió algo terrible: las lámparas de las insensatas se apagaban porque ya no les quedaba suficiente aceite.

Ellas intentaron convencer a las otras cinco para que compartieran con ellas el aceite extra que tenían, pero las cinco prudentes se negaron. Les dijeron que era mejor que fueran a comprar aceite para ellas, porque si les compartían, corrían el riesgo de quedarse todas sin aceite.


Las que necesitaban aceite salieron a comprar, pero mientras lo hacían, llegó el novio. Las cinco vírgenes preparadas con suficiente aceite, entraron con él a la celebración de la boda y luego de ellos entrar, se cerró la puerta.

Cuando regresaron las otras cinco, se encontraron con la puerta cerrada. Intentaron convencer al novio para que abriera la puerta, pero él no lo hizo y ellas se quedaron fuera.

Al terminar de contar la parábola, Jesús dio la siguiente advertencia a sus discípulos: «Velen, pues, porque no saben ni el día ni la hora.»

Lo que representan los personajes y los símbolos de la parábola
Las diez vírgenes: La humanidad, los seres humanos. Todos, de una forma u otra, tienen el testimonio de Dios, evidencia de que él existe. Por ejemplo, tienen evidencia de su poder creador en la naturaleza y en todo lo que les rodea.

Las vírgenes prudentes: Representan a los que han escuchado el mensaje de salvación por medio de Jesús, lo han creído y aceptado e intentan vivir vidas santas. Se dejan guiar por el Espíritu Santo, las enseñanzas bíblicas y obedecen a Dios.

Las vírgenes insensatas: Son personas que han escuchado el evangelio, pero no se quieren comprometer. Algunos simpatizan con las enseñanzas de Jesús, pero no han dado el paso de aceptarlo como Señor y Salvador, pues no están seguros de querer cambiar de vida. Otros lo rechazan tajantemente.

El novio: El novio representa a Jesús. Tal como la novia y los invitados esperan con ansias e ilusión la llegada del novio para que se pueda celebrar la boda, así debemos esperar el regreso de Jesús. Él volverá y debemos estar preparados para estar para siempre con él.

La boda: La fiesta de la boda hace alusión a las bodas del Cordero que menciona Apocalipsis 19. El momento en que Cristo buscará a su iglesia (la novia) para estar juntos por la eternidad. Será un día de gozo, alegría y celebración para todos los que han puesto su esperanza en Jesús.

El tiempo de espera por el novio: El tiempo en el que nos encontramos, anhelando el regreso de Jesús. Debemos mantenernos alertas, pues en cualquier momento nuestro tiempo terminará. Jesús volverá y se llevará consigo a los que estén preparados.

Las lámparas: Las lámparas se usan para llevar luz y se espera que nosotros, los hijos de Dios, llevemos su luz dondequiera que vamos. Primero nos llenamos con su aceite (su presencia, el Espíritu Santo), para poder brillar y alumbrar el lugar donde estamos.

El aceite: El Espíritu Santo, la presencia de Dios en la vida del creyente, su gracia salvadora en nosotros."


La parábola de las 10 vírgenes es el símbolo principal en la biblia. Trata, como imagino que sabes, de la representación de los fieles que esperan unirse con el rey. La unión santa entre los amadores de Dios y el reino por el cual algunos oramos, y otros lo hicieron alguna vez. Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino.

El título de este poemario único y sorprendente, cobra peso y contenido, pero siento ambivalencia. " Nada existe sin nosotros " , por un lado niega a Dios, porque primero es Dios, y por otro lado parece decir que todo realmente revuelve alrededor del ser humano. O quizá la gente que inventara el concepto de Dios? Creo que son bien profundas esta aguas, con aprecio a tu poética. Abrazos, E. R.A.
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E.R.A.
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