Un gato de espinas se hunde en mi pecho

[A. Satír]

Del otro lado del cristal algo cae,
un gato me mira,
veo en sus ojos la muerte,
el brillo acusador de lo terrible,
siento que se mueve, el gato lo mira,
ambos sabemos que sucede.
Desde mi posición no logro verlo,
pero esos ojos lunares
poseen la claridad del que está oscuro.

Me da miedo mirar,
tiembla la sangre,
el líquido azul resbala sangriento
de los árboles testigos,
de las máscaras que dejamos reposar
al sol un día tibio, cuando te amaba.

Una mirada como un zarpazo me remece.

Acaríciame el rostro
con el espino que alimentamos,
un gato de espinas se hunde
en mi pecho y se levanta,
se acerca a oler lo caído,
un espejo,
lo que es adentro es afuera,
la mirada mustia,
era el florero
donde fallecía nuestra pasionaria.

[Alejandro Costa]

Creo entender que este gato es la metáfora de la muerte.

Sea como sea, el paseo por los versos tomando al animal, me ha gustado. Es triste, agónico, diría yo, pero te introduce en un mundo mágico, que te atrapa.

Un abrazo.

Salud, paz y felicidad.

[Ana Muela Sopeña]

Un gato que actúa como símbolo de la muerte del amor. Intensas imágenes, Antonio, intenso poema...

Me ha gustado pasar por tu mundo simbólico.

Un fuerte abrazo
Ana

[Rafel Calle]

Arriba con esta última propuesta de Antonio.

[Raul Muñoz]

Un poema que consigue el extrañamiento o la mirada extrañada del poeta, donde no hay límites entre sujeto-objeto; adentro-afuera. Además, felizmente desenvuelto en la propia experiencia que dio lugar al poema. Me gusto leerte, A. Satir, amigo. Mi enhorabuena. Gracias por compartir.

Un abrazo.

[A. Satír]

Creo entender que este gato es la metáfora de la muerte.

Sea como sea, el paseo por los versos tomando al animal, me ha gustado. Es triste, agónico, diría yo, pero te introduce en un mundo mágico, que te atrapa.

Un abrazo.

Salud, paz y felicidad.

Hola Alejandro, gracias por comentar, esa es la idea, la interpretación de cada persona le da al poema distintos primas, me gusta tu mirada.

Un abrazo.

Satir.

[E. R. Aristy]

Del otro lado del cristal algo cae,
un gato me mira,
veo en sus ojos la muerte,
el brillo acusador de lo terrible,
siento que se mueve, el gato lo mira,
ambos sabemos que sucede.
Desde mi posición no logro verlo,
pero esos ojos lunares
poseen la claridad del que está oscuro.

Me da miedo mirar,
tiembla la sangre,
el líquido azul resbala sangriento
de los árboles testigos,
de las máscaras que dejamos reposar
al sol un día tibio, cuando te amaba.

Una mirada como un zarpazo me remece.

Acaríciame el rostro
con el espino que alimentamos,
un gato de espinas se hunde
en mi pecho y se levanta,
se acerca a oler lo caído,
un espejo,
lo que es adentro es afuera,
la mirada mustia,
era el florero
donde fallecía nuestra pasionaria.

Un poema de cualidades surrealistas impresionantes y poderosas sugerencias para la interpretación. El gato representa, para mí, la naturaleza predecible en su inteligencia gatuna, alerta, curioso. Pero no es un gato común. Es un gato de espinas como receptores que están alerta a lo animado e inanimado. Todas las imágenes son una joya de construcciones semánticas que claro, hablan de emociones simples a proyecciones complejas. Te he dicho que me gusta mucho cómo te expresas? Abrazos

[A. Satír]

Un gato que actúa como símbolo de la muerte del amor. Intensas imágenes, Antonio, intenso poema...

Me ha gustado pasar por tu mundo simbólico.

Un fuerte abrazo
Ana

Muchas gracias Ana, siempre con alguna palabra para mí.

Un abrazo grande!

[A. Satír]

Arriba con esta última propuesta de Antonio.

Gracias estimado Rafel, un abrazo!

[A. Satír]

Un poema que consigue el extrañamiento o la mirada extrañada del poeta, donde no hay límites entre sujeto-objeto; adentro-afuera. Además, felizmente desenvuelto en la propia experiencia que dio lugar al poema. Me gusto leerte, A. Satir, amigo. Mi enhorabuena. Gracias por compartir.

Un abrazo.

Así es Raúl, o por lo menos lo que traté de hacer acá, me gusta que te haya gustado.

Abrazos!

[A. Satír]

Del otro lado del cristal algo cae,
un gato me mira,
veo en sus ojos la muerte,
el brillo acusador de lo terrible,
siento que se mueve, el gato lo mira,
ambos sabemos que sucede.
Desde mi posición no logro verlo,
pero esos ojos lunares
poseen la claridad del que está oscuro.

Me da miedo mirar,
tiembla la sangre,
el líquido azul resbala sangriento
de los árboles testigos,
de las máscaras que dejamos reposar
al sol un día tibio, cuando te amaba.

Una mirada como un zarpazo me remece.

Acaríciame el rostro
con el espino que alimentamos,
un gato de espinas se hunde
en mi pecho y se levanta,
se acerca a oler lo caído,
un espejo,
lo que es adentro es afuera,
la mirada mustia,
era el florero
donde fallecía nuestra pasionaria.

Un poema de cualidades surrealistas impresionantes y poderosas sugerencias para la interpretación. El gato representa, para mí, la naturaleza predecible en su inteligencia gatuna, alerta, curioso. Pero no es un gato común. Es un gato de espinas como receptores que están alerta a lo animado e inanimado. Todas las imágenes son una joya de construcciones semánticas que claro, hablan de emociones simples a proyecciones complejas. Te he dicho que me gusta mucho cómo te expresas? Abrazos

Mi queridísima ERA, gracias por comentar siempre aunque no tenga ánimo a veces ni de escribir, sé que estás ahí. Un abrazo grande!


Satír.

[Gia Nuage]

Muy surrealista, muy insual, pero a la vez muy intenso.
Me ha gustado mucho tu surrealismo y la fuerza en las imágenes. Saludos.