Fuimos gotas de lluvia

[Alejandro Costa]

Fuimos gotas de lluvia,
fuimos niños,
adolescentes,
adultos,
somos carne desgastada.

Somos miel seca,
endurecida,
la que ha perdido la textura,
la que mantiene el dulzor de su esencia.

Somos vela en la lejanía,
en el presente más cercano,
en un futuro por determinar,
a la que apenas le queda mecha,
y la piel de su cera derretida,
como tu cuerpo y el mío,
como la luz de una tarde a punto de expirar.

Somos voz de susurro en tardes de amor,
respirar jadeante del deseo carnal,
somos aves que han volado en libertad,
y que están a punto de emigrar en su último viaje.

Somos la niñez convertida en vejez,
la pasión y el deseo,
como túnica de amor,
el dolor de perderte de mis ojos ciegos,
el sentir que, en el adiós,
morirán nuestros cuerpos,
y perdurará el amor
en su último e inmenso beso.

Fuimos gotas de lluvia,
ahora,
diluvio de amor inmortal.

[F. Enrique]

Somos vela en la lejanía,
en el presente más cercano,
en un futuro por determinar,
a la que apenas le queda mecha,
y la piel de su cera derretida,
como tu cuerpo y el mío,
como la luz de una tarde a punto de expirar.

Somos voz de susurro en tardes de amor,
respirar jadeante del deseo carnal,
somos aves que han volado en libertad,
y que están a punto de emigrar en su último viaje.

Incierto al que apenas le queda mecha...

Brillantes estos versos, te diría qué profundos, Alejandro. Ahora que te siento cómo nunca te había sentido, has roto la baraja, y ahí te vemos sentado con cara de póquer.

Un abrazo.

[E. R. Aristy]

Fuimos gotas de lluvia,
fuimos niños,
adolescentes,
adultos,
somos carne desgastada.

Somos miel seca,
endurecida,
la que ha perdido la textura,
la que mantiene el dulzor de su esencia.

Somos vela en la lejanía,
en el presente más cercano,
en un futuro por determinar,
a la que apenas le queda mecha,
y la piel de su cera derretida,
como tu cuerpo y el mío,
como la luz de una tarde a punto de expirar.

Somos voz de susurro en tardes de amor,
respirar jadeante del deseo carnal,
somos aves que han volado en libertad,
y que están a punto de emigrar en su último viaje.

Somos la niñez convertida en vejez,
la pasión y el deseo,
como túnica de amor,
el dolor de perderte de mis ojos ciegos,
el sentir que, en el adiós,
morirán nuestros cuerpos,
y perdurará el amor
en su último e inmenso beso.

Fuimos gotas de lluvia,
ahora,
diluvio de amor inmortal.

Hermoso lirismo, Alejandro! Abrazos.

[Pilar Morte]

Bien expuesto el círculo de la vida. Atrapa el lirismo y belleza de los versos.
Un abrazo grande

[Alejandro Costa]

Somos vela en la lejanía,
en el presente más cercano,
en un futuro por determinar,
a la que apenas le queda mecha,
y la piel de su cera derretida,
como tu cuerpo y el mío,
como la luz de una tarde a punto de expirar.

Somos voz de susurro en tardes de amor,
respirar jadeante del deseo carnal,
somos aves que han volado en libertad,
y que están a punto de emigrar en su último viaje.

Incierto al que apenas le queda mecha...

Brillantes estos versos, te diría qué profundos, Alejandro. Ahora que te siento cómo nunca te había sentido, has roto la baraja, y ahí te vemos sentado con cara de póquer.

Un abrazo.

Quizás sea porque me mirais con otros ojos, o, que como el buen vino, la vejez ha sacado lo mejor de mi escritura.

O, tal vez, porque ahora tengo más tiempo para leer las maravillas que se insertan en el foro, aprender de ellas, aunque sea tan solo un poco, y aprovechar el tiempo, que ahora me ha crecido, para pensar y sentir más lo que quiero reflejar.

Dicho esto, tan solo me queda darte las gracias y enviarte un fuerte abrazo.

Salud, paz y felicidad.

[F. Enrique]

Me regalas un gran poema que no me merezco. No, Alejandro, no. A Dios lo que es de. Dios, Así sea,

[F. Enrique]

Somos vela en la lejanía,
en el presente más cercano,
en un futuro por determinar,
a la que apenas le queda mecha,
y la piel de su cera derretida,
como tu cuerpo y el mío,
como la luz de una tarde a punto de expirar.

Somos voz de susurro en tardes de amor,
respirar jadeante del deseo carnal,
somos aves que han volado en libertad,
y que están a punto de emigrar en su último viaje.

Incierto al que apenas le queda mecha...

Brillantes estos versos, te diría qué profundos, Alejandro. Ahora que te siento cómo nunca te había sentido, has roto la baraja, y ahí te vemos sentado con cara de póquer.

Un abrazo.

Quizás sea porque me mirais con otros ojos, o, que como el buen vino, la vejez ha sacado lo mejor de mi escritura.

O, tal vez, porque ahora tengo más tiempo para leer las maravillas que se insertan en el foro, aprender de ellas, aunque sea tan solo un poco, y aprovechar el tiempo, que ahora me ha crecido, para pensar y sentir más lo que quiero reflejar.

Dicho esto, tan solo me queda darte las gracias y enviarte un fuerte abrazo.

Salud, paz y felicidad.

Nos creemos mecha, solo somos cera. Brel.

[F. Enrique]

Somos vela en la lejanía,
en el presente más cercano,
en un futuro por determinar,
a la que apenas le queda mecha,
y la piel de su cera derretida,
como tu cuerpo y el mío,
como la luz de una tarde a punto de expirar.

Somos voz de susurro en tardes de amor,
respirar jadeante del deseo carnal,
somos aves que han volado en libertad,
y que están a punto de emigrar en su último viaje.

Incierto al que apenas le queda mecha...

Brillantes estos versos, te diría qué profundos, Alejandro. Ahora que te siento cómo nunca te había sentido, has roto la baraja, y ahí te vemos sentado con cara de póquer.

Un abrazo.

Quizás sea porque me mirais con otros ojos, o, que como el buen vino, la vejez ha sacado lo mejor de mi escritura.

O, tal vez, porque ahora tengo más tiempo para leer las maravillas que se insertan en el foro, aprender de ellas, aunque sea tan solo un poco, y aprovechar el tiempo, que ahora me ha crecido, para pensar y sentir más lo que quiero reflejar.

Dicho esto, tan solo me queda darte las gracias y enviarte un fuerte abrazo.

Salud, paz y felicidad.

Nos creemos mecha, solo somos cera. Brel. Nos creemos luz,solo somos niebla.

[Alejandro Costa]

Fuimos gotas de lluvia,
fuimos niños,
adolescentes,
adultos,
somos carne desgastada.

Somos miel seca,
endurecida,
la que ha perdido la textura,
la que mantiene el dulzor de su esencia.

Somos vela en la lejanía,
en el presente más cercano,
en un futuro por determinar,
a la que apenas le queda mecha,
y la piel de su cera derretida,
como tu cuerpo y el mío,
como la luz de una tarde a punto de expirar.

Somos voz de susurro en tardes de amor,
respirar jadeante del deseo carnal,
somos aves que han volado en libertad,
y que están a punto de emigrar en su último viaje.

Somos la niñez convertida en vejez,
la pasión y el deseo,
como túnica de amor,
el dolor de perderte de mis ojos ciegos,
el sentir que, en el adiós,
morirán nuestros cuerpos,
y perdurará el amor
en su último e inmenso beso.

Fuimos gotas de lluvia,
ahora,
diluvio de amor inmortal.

Hermoso lirismo, Alejandro! Abrazos.

Me hace feliz tu comentario a la vez que me alegra.

Muchas gracias.

Besos.

Salud, paz y felicidad.

[Raul Muñoz]

Muy buen poema, Alejandro. Está bordado. Mi enhorabuena y admiración por tu bello poema y la inspiración, que te acompaña. Gracias por compartir.

Un abrazo.

[Alejandro Costa]

Bien expuesto el círculo de la vida. Atrapa el lirismo y belleza de los versos.
Un abrazo grande

Me alegra saber que así lo has visto.

Gracias, Pilar.

Besos.

Salud, paz y felicidad.

[Alejandro Costa]

Me regalas un gran poema que no me merezco. No, Alejandro, no. A Dios lo que es de. Dios, Así sea,

Últimamente, realizas unos comentarios que me descuadran.

Me regalas un gran poema que no me merezco. ¿?

En fin.

Un abrazo.

Salud, paz y felicidad.

[Alejandro Costa]

Somos vela en la lejanía,
en el presente más cercano,
en un futuro por determinar,
a la que apenas le queda mecha,
y la piel de su cera derretida,
como tu cuerpo y el mío,
como la luz de una tarde a punto de expirar.

Somos voz de susurro en tardes de amor,
respirar jadeante del deseo carnal,
somos aves que han volado en libertad,
y que están a punto de emigrar en su último viaje.

Incierto al que apenas le queda mecha...

Brillantes estos versos, te diría qué profundos, Alejandro. Ahora que te siento cómo nunca te había sentido, has roto la baraja, y ahí te vemos sentado con cara de póquer.

Un abrazo.

Quizás sea porque me mirais con otros ojos, o, que como el buen vino, la vejez ha sacado lo mejor de mi escritura.

O, tal vez, porque ahora tengo más tiempo para leer las maravillas que se insertan en el foro, aprender de ellas, aunque sea tan solo un poco, y aprovechar el tiempo, que ahora me ha crecido, para pensar y sentir más lo que quiero reflejar.

Dicho esto, tan solo me queda darte las gracias y enviarte un fuerte abrazo.

Salud, paz y felicidad.

Nos creemos mecha, solo somos cera. Brel.

Continúa la intriga...

Abrazos.

Salud, paz y felicidad.

[Alejandro Costa]

Somos vela en la lejanía,
en el presente más cercano,
en un futuro por determinar,
a la que apenas le queda mecha,
y la piel de su cera derretida,
como tu cuerpo y el mío,
como la luz de una tarde a punto de expirar.

Somos voz de susurro en tardes de amor,
respirar jadeante del deseo carnal,
somos aves que han volado en libertad,
y que están a punto de emigrar en su último viaje.

Incierto al que apenas le queda mecha...

Brillantes estos versos, te diría qué profundos, Alejandro. Ahora que te siento cómo nunca te había sentido, has roto la baraja, y ahí te vemos sentado con cara de póquer.

Un abrazo.

Quizás sea porque me mirais con otros ojos, o, que como el buen vino, la vejez ha sacado lo mejor de mi escritura.

O, tal vez, porque ahora tengo más tiempo para leer las maravillas que se insertan en el foro, aprender de ellas, aunque sea tan solo un poco, y aprovechar el tiempo, que ahora me ha crecido, para pensar y sentir más lo que quiero reflejar.

Dicho esto, tan solo me queda darte las gracias y enviarte un fuerte abrazo.

Salud, paz y felicidad.

Nos creemos mecha, solo somos cera. Brel. Nos creemos luz,solo somos niebla.

Me estás dejando mensajes por capítulos.

Supongo que leyendo todos juntos podré aclararme.

Suerte.

Un abrazo.

Salud, paz y felicidad.

[Alejandro Costa]

Muy buen poema, Alejandro. Está bordado. Mi enhorabuena y admiración por tu bello poema y la inspiración, que te acompaña. Gracias por compartir.

Un abrazo.

Gracias a ti.

Me alegra que te guste.

Un abrazo.

Salud, paz y felicidad.