Nada es la luz sin mí.
Nada es nada sin mí.
La cabeza en el horno
cuenta las neuronas
enraizadas a la incertidumbre
de la inexistencia.
Un vago reflejo
escribe por mí.
***
Los días que tuviste terminan aquí
tras una fachada de rostros sin soles
descansas, mientras
la virgen preñada de soles
alumbra el porvenir.
***
El ojo sangrante del árbol,
el olvido con forma de látex
empujando capilares hasta
hundir la aguja.
Inyectan el contraste,
por el bosque profundo caminas
oyendo los pasos, sin ver al viejo
Chamán.
Sube por el bulbo raquídeo
cayendo el vértigo ausente
en contraste por la savia
de la conciencia vívida
sin tiempo.
***
Los días
pensados no
son soles
eternos. Arpegios
de alondras atrapadas
en campanarios
tal y como imagina.
La masa roja ciega
el frío blanco.
Olvida el tránsito, ¿quién?
Escribe el vago reflejo.
***
No pensar "no" es posible
imaginar "no": sucede profundo
contempla el bosque
de dendritas la base abierta
del cráneo. En la red escrito.
***
Un grano de sol se enfría
en la piel del tiempo. Siente la masa la fluctuación
que vibra en la percepción. Ausente
como un hueco de cielo
subliminal
en imágenes proyectado.
Mientras escribo su rostro
imposible
intuye la presencia.
***
Toma el pensamiento la forma
del cuerpo.
Hace saltar las alarmas, quiere salir
de su madre (otro pensamiento).
Escribo yo
la masa que desciende
la urdimbre del ovillo
que llaman corazón.
Sale con la receta
de su madre
o del psiquiatra (otro pensamiento).
Errante divaga. A mí me imagina
escribiendo.
***
Deja que toquen sus labios
la levedad.
Su piel de vidrio
transparente
contiene el volumen
de la tierra.
Piensa que existe
un sol adormecido de lunas.
Sueña el sueño soñando
que yo a mí me escribo.
Ni siquiera es consciente
en el plano de la vigilia
de todo lo que ha vivido
de todo lo que le falta…
Todo es memoria
de la muerte imborrable
y de nada sirve “nada”.
Un concepto: “Nada”
que quiere decir algo
cuando en la plenitud
del vacío se encuentra
a salvo de la ficción
de la experiencia -registro
de la muerte pasajera-
del tiempo imborrable
invisible en la herida
profunda
de la ignorancia
(paso ineludible si comienza
a comprender la realidad
que es aquí y ahora).
Nada llena este vacío es un oxímoron
-el vacío por sí mismo- es la plenitud
de la conciencia preñada de soles.
Otra cosa es la imaginación
cuando dice: - “nada” llena este vacío. -
Y otra cosa es el reflejo
que escribe.