Rotación de la luz

[Ana Muela Sopeña]

I
Fin de la noche

Las sombras se diluyen poco a poco
en la claridad del nuevo día.
Una nube extraviada
anuncia sin sobornos
el presagio clandestino de la luz.
Las gaviotas emiten sus graznidos.
Dulce la melodía de los astros.
El misterio desvanece su memoria
en mitad de las horas más atávicas.

II
Salida del Sol

El alba me sorprende con sus rayos
mientras el reloj se transfigura.
Lo intangible parece un sortilegio,
que alberga los conjuros del invierno.
La suavidad se instaura
en las almas durmientes de los hombres...

Los enigmas se alojan
en laberintos invisibles.
Todo se despereza sigiloso
con el orgullo intacto de los árboles.

III
Cenit

La incertidumbre se disuelve.
La vida se delinea entre la bruma.
La frecuencia iluminada
extingue
los círculos de hechizos.
En la arena el espacio es un espejo,
hay un caleidoscopio en la distancia.
Los sonidos del mundo
florecen como rosas sin sus máscaras.

IV
Puesta del Sol

El crepúsculo esboza
su lejanía melancólica.
Un déjà vu me arrastra por abismos
que presienten futuros soterrados
en la ciudad de niebla.
La magia avanza misteriosa
por el tiempo sin tiempo de la infancia.
Los códigos ocultos de la nada
surgen, fuera del orbe,
en el límite ínfimo del vértigo.

V
Comienzo de la noche

La oscuridad se cierne
sobre la arquitectura de los sueños.
La llovizna nos hace reinventarnos
en las calles sonámbulas.
Un perro abandonado
ladra desde una acera con nostalgia,
los gatos callejeros custodian las esquinas.
La noche se revela:
los átomos
respiran quietamente en la penumbra.

VI
Nadir

La esencia de los vórtices
habita entre las grutas de un fantasma.
Tiembla el paisaje en las aguas de la ría.
Los barcos desarrollan su visión
con tentáculos que buscan
las huellas de la historia.


Ana Muela Sopeña

[J. J. Martínez Ferreiro]

Es todo un honor quitarle el cero a este magnífico poema, amiga Ana. Es bellísimo este recorrido poético por la distintas luces y voces del día, y con un lenguaje plagado de imágenes brillantes y muy creativas.

Todo un placer de lectura, querida amiga.

Un bico.

[Alejandro Costa]

¡Guau!

Espectacular de principio a fin.

El paseo por los diferentes movimientos de luz es maravilloso y nos dejas algunos versos, de un completísimo conjunto, para enmarcar.

Lo he disfrutado.

Un beso.

Salud, paz y felicidad.

[Marisa Peral]

Te imagino sentada en una roca y observando el sentido de rotación de la tierra, a un lado el sol y enfrente, la luna.
Y todos los cambios horarios de las 24 h.
Me ha gustado mucho este recorrido de luces y sombras.

Felicidades y un beso, Ana.

[Carmela Viñas]

Precioso poema que emana luz en sus misterios, Ana. Contiene el movimiento de la misma vida unida a la luz.
Imágenes muy elocuentes y muy bellas.
Te felicito.
Abrazos.

[Carmen Moro Frías]

Hola Ana
Caminas a veces de puntillas y otras pisando fuerte con tus metáforas. Nos haces revivir el tiempo durante esas 24 horas.
Me ha gustado muchísimo.
Hay un verso precioso "tiembla el paisaje en las aguas de la ria"
Un abrazo

[Pilar Morte]

Muy hermoso, Ana. Un poema, que recoge distintas horas, tratadas con elegancia, sensibilidad y belleza. Felicidades por esta estupenda obra. Me gustó mucho.
Abrazos y salud

[Ana García]

Me encanta el quinto movimiento. Ese que forma la arquitectura nocturna y cada animal se sitúa donde debe estar para contemplar los sueños.
Muy bueno, Ana. Te felicito.
Un beso enorme.

[Ana Muela Sopeña]

Gracias, Ferreiro:

Me alegra saber que el poema te ha gustado.

Es un placer recibirte en mi espacio

Un beso grande
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Mil gracias, Alejandro, por tu visita y por tu comentario tan efusivo.

Un fuerte abrazo
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Mil gracias por brindarme tus palabras, Marisa:

Un beso grande
Ana

[Raul Muñoz]

Se capta la atención sensible a la luz y los cambios. Muy hermoso poema, Ana. Gracias por compartir.

Un abrazo.

[Julio Gonzalez Alonso]

Te han comentado muy acertadamente este poema en el que la luz nos trae sus secretos en cada momento del día. Felicitaciones, Ana. Salud.

[E. R. Aristy]

I
Fin de la noche

Las sombras se diluyen poco a poco
en la claridad del nuevo día.
Una nube extraviada
anuncia sin sobornos
el presagio clandestino de la luz.
Las gaviotas emiten sus graznidos.
Dulce la melodía de los astros.
El misterio desvanece su memoria
en mitad de las horas más atávicas.

II
Salida del Sol

El alba me sorprende con sus rayos
mientras el reloj se transfigura.
Lo intangible parece un sortilegio,
que alberga los conjuros del invierno.
La suavidad se instaura
en las almas durmientes de los hombres...

Los enigmas se alojan
en laberintos invisibles.
Todo se despereza sigiloso
con el orgullo intacto de los árboles.

III
Cenit

La incertidumbre se disuelve.
La vida se delinea entre la bruma.
La frecuencia iluminada
extingue
los círculos de hechizos.
En la arena el espacio es un espejo,
hay un caleidoscopio en la distancia.
Los sonidos del mundo
florecen como rosas sin sus máscaras.

IV
Puesta del Sol

El crepúsculo esboza
su lejanía melancólica.
Un déjà vu me arrastra por abismos
que presienten futuros soterrados
en la ciudad de niebla.
La magia avanza misteriosa
por el tiempo sin tiempo de la infancia.
Los códigos ocultos de la nada
surgen, fuera del orbe,
en el límite ínfimo del vértigo.

V
Comienzo de la noche

La oscuridad se cierne
sobre la arquitectura de los sueños.
La llovizna nos hace reinventarnos
en las calles sonámbulas.
Un perro abandonado
ladra desde una acera con nostalgia,
los gatos callejeros custodian las esquinas.
La noche se revela:
los átomos
respiran quietamente en la penumbra.

VI
Nadir

La esencia de los vórtices
habita entre las grutas de un fantasma.
Tiembla el paisaje en las aguas de la ría.
Los barcos desarrollan su visión
con tentáculos que buscan
las huellas de la historia.


Ana Muela Sopeña

Muy bello poema, Ana. Iluminas una gama de las cosas, todas importantes de nuestra historia humana.

[Ana Muela Sopeña]

Muchas gracias, Carmela, por venir y brindarme tus efusivas palabras.

Un beso
Ana