Te amo en mi delirio, en mi desasosiego, en los caminos soleados que llevan a tu corazón, te amo en mi desierto concurrido, en la llamada del amor, en tu pensamiento más íntimo.
Déjame que te lleve al lugar donde florecen los jazmines y los bancos de piedra, que me mueva en los senderos de la resurrección, que te vea a cada instante cruzando las puertas del amor para tenerme, que rompa tu soledad en los caminos de la alameda, en los acordes de una canción que vibra en tu alma.