En la casa del olvido (A Ricardo López Castro)

[Raul Muñoz]

En la casa del olvido
paso mucha hambre.

El fuego es a tierra.
También está mi madre.
Sí, en la casa del olvido
mi madre no cocina.

Las pupilas en la llama
porque sí, arde el fuego
aunque no hay comida.

Solas, las palabras
que ella me ofrece,
con sus manos abiertas,
adobadas por la ceniza,
mientras repite: -hijo mío,
carne de mi propia carne.

-Madre solo hay una
-repito hambriento-.
Y ella me abraza.

Con su canción,
inmensa,
me quedo dormido.

En la casa del olvido.

[Javier Dicenzo]

Interesante trabajo literario, donde ahondas en los sentimientos y placer pasar por acà y me llevo el cero.
Javier

[F. Enrique]

[F. Enrique]

Muy bueno, Ricardo, sigues en fase expansiva. No conoces tus límites todavía.

Un abrazo.

[Pilar Morte]

Me gustó que mostraras esa casa del olvido. Estamos tan aturdidos estos días que nos olvidamos de lo más importante. Gracias por compartirlo.
Un abrazo grande, y felices días.

[Ricardo López Castro]

Para mí todo es olvido, estimado Raúl, creo que por ahí has dado en el clavo.
Pero no lo es por filosofía de vida, sino por inercia y pura supervivencia.
Gracias por el dedicado...
Y por la parte que le ha tocado a mi madre, la persona mas importante para mí.
Le he recitado tus versos y le han gustado.
Así que doblemente acertado.
Abrazos y felicidad.

[Raul Muñoz]

Gracias, Javier, muy amable. Felices fiestas.

Un abrazo.

[Raul Muñoz]

Gracias a ti, Pilar, por leerme. Que tengas felices fiestas.

Un abrazo.

[Raul Muñoz]

Me alegro de que haya acertado algo con la dedicatoria, Ricardo. Para mí en estos momentos de mi vida no hay otra poesía que mi madre. Me alegro que lo leyeras a la tuya.

Un abrazo.

[Ricardo López Castro]

Todo es poesía, estimado Raúl, a la máxima potencia, solo depende del prisma.

[Raul Muñoz]

Sí, Ricardo, amigo, la poesía todo lo inunda.

Un abrazo.

[Ricardo López Castro]

De nuevo te agradezco y te debo una disculpa.
Tu poema es una maravilla.
Es profundo y veraz.
Ya lo leí unas cinco veces.
Gracias de nuevo por el detallazo.
Un abrazo amigo mío.

[Raul Muñoz]

Gracias a ti, Ricardo, por amar y entregarte a la poesía. Para mí es un gusto dedicar poemas a los compañeros. Siempre generamos sinergias, vientos favorables a la realidad del poema, la intimidad de la poesía desnuda. Un gusto compartir contigo, amigo.

Un abrazo

[E. R. Aristy]

En la casa del olvido
paso mucha hambre.

El fuego es a tierra.
También está mi madre.
Sí, en la casa del olvido
mi madre no cocina.

Las pupilas en la llama
porque sí, arde el fuego
aunque no hay comida.

Solas, las palabras
que ella me ofrece,
con sus manos abiertas,
adobadas por la ceniza,
mientras repite: -hijo mío,
carne de mi propia carne.

-Madre solo hay una
-repito hambriento-.
Y ella me abraza.

Con su canción,
inmensa,
me quedo dormido.

En la casa del olvido.

Gran poema a la abundancia interna, a la ternura, al sacrificio, a la entrega incondicional en medio de cualquier carencia, poesia como la tuya suple y satisface doblemente cuando es un poema dedicado. Les felicito a ambos, Raul y Ricardo. Abrazos! ERA