Ecos en desolvido

[A. Satír]

¿Corazón que aúllas?
¡Qué muros levantaron
Los escombros que dejamos!,
La voz que apenas oímos,
hueco nebuloso donde pasean
nuestras sombras.

¡Todo por amarte!
Dejé atrás las calaveras del invierno,
Sembré la piel
donde nada crecía
Y comenzaron a crecer espinas sin rosas.

El óxido del crepúsculo
corría entre queltehues,
avanzaba bajo la puerta
donde alguna vez crucé de tu mano,
solo corría el óxido de la tarde.

Me hablaban los cuadros,
el vértice de la lámpara cansada,
un cubo de Rubik grisáceo,
metálica palabra que va y viene,
suavemente la siento,
creo sentirla,
no logro oír qué fue lo último
que nos dijimos.

[Ana Muela Sopeña]

Me complace inaugurar los comentarios a tu poema, Antonio:

Me ha gustado mucho este poema de recuerdos cargados de nostalgia.

Particularmente me ha encantado la última estrofa.

Ese cubo de Rubik grisáceo se me antoja fascinante. A veces los objetos cotidianos más simples pueden detonar los recuerdos de un ayer ya marchito.

Felicidades
Un beso
Ana

[Carmela Viñas]

Versos muy bellos, cargados de melancolía doliente.
Un placer leer tu obra .
Abrazos.

[Marisa Peral]

Preciosos poemas en los que destaca una tristeza muy bien transmitida y, a pesar de la nostalgia, atrapan ir su belleza.

Me alegra leerte, Antonio.

Un abrazo.

[Concha Vidal]

"Me hablaban los cuadros,
el vértice de la lámpara cansada,
un cubo de Rubik grisáceo,
metálica palabra que va y viene,
suavemente la siento,
creo sentirla,
no logro oír qué fue lo último
que nos dijimos."

Terminas el poema así, y me lleva a otros tiempo , al cubo demoníaco de Rubik, imposible para mí, y encuentro un camino triste y nostálgico en tus palabras.
Me ha gustado ¿sabes?
Pues saludos mediterráneos, como siempre.

[Raul Muñoz]

Con la impactante imagen del crepúsculo, que se oxida, vas trazando el recorrido de la voz poética, que siempre es otra interpretando la realidad. Esa voz que no pudo decir todo lo que albergaba, esa voz incontenible sin limitaciones, escribe poemas de amor o desamor; creo que para esa voz es indistinto e irrelevante; esa voz es autosuficiente. Lo tiene todo en sí, tal vez en esto consista el drama de la poesía y la ilusión del poeta, que nunca sabe de dónde viene esa voz, y que quiere decir. Al menos a mí, todo esto me sugirió tu poema tan lleno de poesía. Mi enhorabuena, A. Satír. Gracias por compartir.

Un abrazo.

[E. R. Aristy]

¿Corazón que aúllas?
¡Qué muros levantaron
Los escombros que dejamos!,
La voz que apenas oímos,
hueco nebuloso donde pasean
nuestras sombras.

¡Todo por amarte!
Dejé atrás las calaveras del invierno,
Sembré la piel
donde nada crecía
Y comenzaron a crecer espinas sin rosas.

El óxido del crepúsculo
corría entre queltehues,
avanzaba bajo la puerta
donde alguna vez crucé de tu mano,
solo corría el óxido de la tarde.

Me hablaban los cuadros,
el vértice de la lámpara cansada,
un cubo de Rubik grisáceo,
metálica palabra que va y viene,
suavemente la siento,
creo sentirla,
no logro oír qué fue lo último
que nos dijimos.

Surreal, incómodo dolor atrapado en el tiempo que ya no es. Me gustan tus muchas voces, Satir.

[Gia Nuage]

Me gusta mucho la nostalgia y el intimismo que encuentro en tus palabras.
Un abrazo!

[Alejandro Costa]

Tristeza y dolor se esconden en tus versos.

Hay estrofas, muy buenas, pero la final es pura fantasía.

"Me hablaban los cuadros,
el vértice de la lámpara cansada,
un cubo de Rubik grisáceo,
metálica palabra que va y viene,
suavemente la siento,
creo sentirla,
no logro oír qué fue lo último
que nos dijimos."

Me ha gustado.

Un abrazo.

[A. Satír]

Muchas gracias compañeros por pasar y comentar, atesoro cada palabra y sobretodo el tiempo para leer. En estos tiempos estoy muy ocupado y con nulas ganas de escribir, espero ir aportando cuando se encienda ese farolito del corazón.

Les dejo un abrazo a todos!

Satír.