La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
Hay caminos que respiran el viento,
por donde tus zapatos lo rechinan,
y una clara penumbra se refriega
contra miles de árboles sin noche,
contra el sólido olor a jazmín pedregoso,
y hay también una alfombra que despierta fragancias,
ínfimas, es el polvo, buscando escaparates.
Las vitrinas que besan las huellas de mis dedos,
la insolencia del aire en la mirada
-Porque mis devaneos no son del todo inútiles.-,
que me da escalofríos, hasta que las estrellas,
descienden, como halcones, también como oro en paño,
y desvelan el agua torrencial, discontinuo,
¡ah, grifo de alma efímera!
Tus caderas me hacen el amor,
¡ah, taladro sin fondo!
Mi corazón olvida lo que has hecho por él,
cómo hendiste navajas en la sangre,
cómo te apoderaste de buitres y penachos.
¡Ah, sol detrás de lunas!¡nunca has roto una noche!
Tengo carne de sed, y en la fuente gobiernan
la sequedad y el sueño.
Tengo un alma de sepia, y me arrastra al abismo.
Lo cambia de color, colores vivos,
cursos del río levantan su canto.
Otros permanecen mudos,
desnudos, nudos de deseos.
Se esclarece la imagen de las velas,
¡ah, conseja de luces, silenciada!
¡Inspiración adúltera, almohadas de lápices!
Puntas en las amígdalas,
no puedo contener su reflejo metálico
caen todas mis miradas en un tiempo de ayer.
¡Ah, vértigo en los ojos, fantasías sin ancla!
La esperanza del ciego, la llama que más tiembla.
… Quiere…
… Ya lo hago…
… Hazlo…
… Hazlo como si nunca lo pensases…
Se esclarece la imagen de las velas,
¡ah, conseja de luces, silenciada!
¡Inspiración adúltera, almohadas de lápices!
Puntas en las amígdalas,
no puedo contener su reflejo metálico
caen todas mis miradas en un tiempo de ayer.
¡Ah, vértigo en los ojos, fantasías sin ancla!
La esperanza del ciego, la llama que más tiembla.
Ya me ha sucedido en varias ocasiones: el final de un poema me parece lo más hermoso. Tal vez sea porque es cuando este cala en el alma. Veo en él un tono de añoranza, quizá la de un amor pasado y perdido. Un abrazo.
Hola.
Mil gracias por el comentario, yo también opino lo mismo sobre los finales, y le pongo más énfasis.
Algo de añoranza tiene también.
Abrazos y felicidad, amigo Francisco.
… Quiere…
… Ya lo hago…
… Hazlo…
… Hazlo como si nunca lo pensases…
Te retomo, te releo, me parece genial "tengo carne de sed", y es que a veces, y cuando tengo tiempo, paseo por el foro y encuentro benditas obras.
Abrazos mediterráneos.
Hay caminos que respiran el viento,
por donde tus zapatos lo rechinan,
y una clara penumbra se refriega
contra miles de árboles sin noche,
contra el sólido olor a jazmín pedregoso,
y hay también una alfombra que despierta fragancias,
ínfimas, es el polvo, buscando escaparates.
Las vitrinas que besan las huellas de mis dedos,
la insolencia del aire en la mirada
-Porque mis devaneos no son del todo inútiles.-,
que me da escalofríos, hasta que las estrellas,
descienden, como halcones, también como oro en paño,
y desvelan el agua torrencial, discontinuo,
¡ah, grifo de alma efímera!
Tus caderas me hacen el amor,
¡ah, taladro sin fondo!
Mi corazón olvida lo que has hecho por él,
cómo hendiste navajas en la sangre,
cómo te apoderaste de buitres y penachos.
¡Ah, sol detrás de lunas!¡nunca has roto una noche!
Tengo carne de sed, y en la fuente gobiernan
la sequedad y el sueño.
Tengo un alma de sepia, y me arrastra al abismo.
Lo cambia de color, colores vivos,
cursos del río levantan su canto.
Otros permanecen mudos,
desnudos, nudos de deseos.
Se esclarece la imagen de las velas,
¡ah, conseja de luces, silenciada!
¡Inspiración adúltera, almohadas de lápices!
Puntas en las amígdalas,
no puedo contener su reflejo metálico
caen todas mis miradas en un tiempo de ayer.
¡Ah, vértigo en los ojos, fantasías sin ancla!
La esperanza del ciego, la llama que más tiembla.
Bello poema, Ricardo. Lucidas observaciones del registro de la amigdala. "La llama que mas tiembla" . Tefelicito por tu buen hacer poetico.
¿ Dónde anclar el vuelo del espíritu libre ? En un buen poema se consigue detener, algo, la imagen imposible de la inspiración bendita. Un poema muy rico en sus imágenes, su estructura y su léxico, que no deja de sorprender. Me gustó mucho, Ricardo. Gracias por compartir.
Un abrazo.
Tu profecía, poeta.
-Mañana hablarán los mudos:
el corazón y la piedra.
-¿Mas el arte?..
-Es puro juego,
que es igual a pura vida,
que es igual a puro fuego.
Veréis el ascua encendida.