La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
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Los caballos se acercan a los niños, bajando las orejas y al oído les relinchan con nobleza... Ese cariño que no terminara jamás.
Siempre que se eliminan todas las piezas y los peones, ambos reyes en amena charla, se quejan del servicio.
La Reina empezó a sospechar del peón "Luth” por los respiros que le procuraba al rey.
Una pieza que impide el enroque, goza su voyerismo.
La reina extraña, los vestidos ceñidos, de cuando solo caminaba paso a pasito.
El hipopótamo siempre quiso ser una pieza en el ajedrez, eso contaba Thal.
Los caballos desde el tablero... miran a cada burro.
Los peones carecen de ideas anarquistas.
Aquel caballo era tan glotón, que saltando de casilla en casilla, se comió, uno a uno, los granos de la recompensa de Sisa.
Los antiguos ajedreces odian a Staunton.
Aquella dama contagió a Pillsbury, desde entonces tiene una fama negra.
Los peones que caminan zigzagueantes y llegan tarde a la partida, se nombran Alejin.
En un antiguo manuscrito, se han encontrado los nombres de los peones, pero no los han dado a conocer. Ha transcendido que todos fueron amantes de la reina.
En una partida, el que mejor juega, es el mirón que lo sabe todo.
La reina supo por sus besos que él era un peón envenenado...
Todos tuvieron el mismo sueño, después de su guerrear, convertirse en reina cuando seis peones se coronaron, aquello se convirtió en otra batalla, peleándose todas por los afeites, la corona, el centro y el estoque.
Ya en oscuridad de la caja, el rey le susurra a la reina: zugzwang.
Aquella reina, como Penélope siempre estaba tejiendo… redes de mate.
Aquel peón después de llegar a la octava fila, se fugó del tablero, cansado de los inútiles lances del su rey.
El niño toma un caballo, y este se transforma en un Pegaso.
El peón es un travestí que anhela llegar a la octava fila.
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Última edición por Gabriel Capó Vidal el Mié, 04 Oct 2023 17:26, editado 3 veces en total.
Original, limpio y hermoso este escrito, Gabriel.
Gracias por compartir.
Salud y felicidad.
PS: no sé si en el título quisiste decir: ajedrecística, 1. adj. Perteneciente o relativo al juego del ajedrez.
Ya me dirás.
Nota: corregida la s por la c. Gracias de nuevo, Gabriel.
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"He guardado la Luna en los cajones
por si vuelves de noche que te alumbre;
no te tardes, papá, que sin la lumbre
de tu amor no se encienden los fogones.'"
Los caballos se acercan a los niños, bajando las orejas y al oído les relinchan con nobleza... Ese cariño que no terminara jamás.
Siempre que se eliminan todas las piezas y los peones, ambos reyes en amena charla, se quejan del servicio.
La Reina empezó a sospechar del peón "Luth” por los respiros que le procuraba al rey.
Una pieza que impide el enroque, goza su voyerismo.
La reina extraña, los vestidos ceñidos, de cuando solo caminaba paso a pasito.
El hipopótamo siempre quiso ser una pieza en el ajedrez, eso contaba Thal.
Los caballos desde el tablero... miran a cada burro.
Los peones carecen de ideas anarquistas.
Aquel caballo era tan glotón, que saltando de casilla en casilla, se comió, uno a uno, los granos de la recompensa de Sisa.
Los antiguos ajedreces odian a Staunton.
Aquella dama contagió a Pillsbury, desde entonces tiene una fama negra.
Los peones que caminan zigzagueantes y llegan tarde a la partida, se nombran Alejin.
En un antiguo manuscrito, se han encontrado los nombres de los peones, pero no los han dado a conocer. Ha transcendido que todos fueron amantes de la reina.
En una partida, el que mejor juega, es el mirón que lo sabe todo.
La reina supo por sus besos que él era un peón envenenado...
Todos tuvieron el mismo sueño, después de su guerrear, convertirse en reina cuando seis peones se coronaron, aquello se convirtió en otra batalla, peleándose todas por los afeites, la corona, el centro y el estoque.
Ya en oscuridad de la caja, el rey le susurra a la reina: zugzwang.
Aquella reina, como Penélope siempre estaba tejiendo… redes de mate.
Aquel peón después de llegar a la octava fila, se fugó del tablero, cansado de los inútiles lances del su rey.
El niño toma un caballo, y este se transforma en un Pegaso.
El peón es un travestí que anhela llegar a la octava fila.
Los caballos se acercan a los niños, bajando las orejas y al oído les relinchan con nobleza... Ese cariño que no terminara jamás.
Siempre que se eliminan todas las piezas y los peones, ambos reyes en amena charla, se quejan del servicio.
La Reina empezó a sospechar del peón "Luth” por los respiros que le procuraba al rey.
Una pieza que impide el enroque, goza su voyerismo.
La reina extraña, los vestidos ceñidos, de cuando solo caminaba paso a pasito.
El hipopótamo siempre quiso ser una pieza en el ajedrez, eso contaba Thal.
Los caballos desde el tablero... miran a cada burro.
Los peones carecen de ideas anarquistas.
Aquel caballo era tan glotón, que saltando de casilla en casilla, se comió, uno a uno, los granos de la recompensa de Sisa.
Los antiguos ajedreces odian a Staunton.
Aquella dama contagió a Pillsbury, desde entonces tiene una fama negra.
Los peones que caminan zigzagueantes y llegan tarde a la partida, se nombran Alejin.
En un antiguo manuscrito, se han encontrado los nombres de los peones, pero no los han dado a conocer. Ha transcendido que todos fueron amantes de la reina.
En una partida, el que mejor juega, es el mirón que lo sabe todo.
La reina supo por sus besos que él era un peón envenenado...
Todos tuvieron el mismo sueño, después de su guerrear, convertirse en reina cuando seis peones se coronaron, aquello se convirtió en otra batalla, peleándose todas por los afeites, la corona, el centro y el estoque.
Ya en oscuridad de la caja, el rey le susurra a la reina: zugzwang.
Aquella reina, como Penélope siempre estaba tejiendo… redes de mate.
Aquel peón después de llegar a la octava fila, se fugó del tablero, cansado de los inútiles lances del su rey.
El niño toma un caballo, y este se transforma en un Pegaso.
El peón es un travestí que anhela llegar a la octava fila.
Gabriel Capó Vidal
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Re: Ajegerias
Mensaje por Gabriel Capó Vidal » Mar, 03 Oct 2023 3:25
Hola Hallie, el título hace referencia a greguería aforismo que presenta una visión personal, sorprendente, aguda y frecuentemente humorística de algún aspecto de la realidad; fue invención del escritor español Ramón Gómez de la Serna.
A todos se nos va la liebre, se escribe ajedrecística.
Gracias por tus palabras. Un beso.
Gracias por señalarme el error de la s por la c en ajedrecística. Gabriel.
Procedo a corregirlo.
Hallie
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"He guardado la Luna en los cajones
por si vuelves de noche que te alumbre;
no te tardes, papá, que sin la lumbre
de tu amor no se encienden los fogones.'"
Mil disculpas, Gabriel. He borrado sin querer tu mensaje. Lo he recuperado y copiado de nuevo.
Gracias por la comprensión.
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"He guardado la Luna en los cajones
por si vuelves de noche que te alumbre;
no te tardes, papá, que sin la lumbre
de tu amor no se encienden los fogones.'"