En el corazón de Estambul

[J. J. Martínez Ferreiro]

Una crónica preciosa de tu sentir poético frente a la impresionante Estambul.

Todo un placer de lectura, amigo Julio.

Un fuerte abrazo.

[Rafel Calle]

Muy meritorio, amigo Julio, este hermoso e interesante paseo por la eterna Estambul, sin duda dejas constancia de tu calidad literaria.
Felicidades.
Feliz verano y un fuerte abrazo.

[Julio Gonzalez Alonso]

"............................Admiré
una vez
el valor del turco
que rezaba dos veces al día; una
en una iglesia
y la otra en una mezquita
para hablar con el mismo Dios, y otra vez
al turco musulmán
que inclinaba con respeto la cabeza
al pasar ante las puertas del templo con una cruz;"

Bello y mágico tu viaje poético por Estambul!
Dicen que la mitad de la belleza está en el objeto ( paisaje)

Creo que tienes razón, María; al menos es lo que he podido sentir visitando Estambul. Un abrazo agradecido . Salud.
y la otra mitad en los ojos de quien mira y contempla!
Me basta leer y sentir tu poema para comprobarlo!
Gracias, Julio!
Besos
Maria Lua

[Julio Gonzalez Alonso]

Un precioso y vibrante recorrido por la ciudad de Estambul, su simbología, su historia y sus gentes. Enhorabuena por esta excelente entrega. Un abrazo.

Mil gracias, Ramón. Recibo encantado tu enhorabuena. Mi abrazo.

[Julio Gonzalez Alonso]

Una crónica preciosa de tu sentir poético frente a la impresionante Estambul.

Todo un placer de lectura, amigo Julio.

Un fuerte abrazo.

Para todo aquel que haya visitado Estambul en algún momento espero que encuentre algo reconocible, aun sabiendo que cada experiencia es distinta. Un montón de gracias, amigo Ferreiro, y mi abrazo Salud.

[F. Enrique]

Los griegos sabían que habían dioses malos y que los buenos tenían debilidades que los equiparaban con el hombre. Es curioso que en los países musulmanes la gente acoja con solemnidad oraciones que la gente, en muchos casos, no entiende y esos rezos que entrecortan el aire y hacen temblar los edificios no admiten interpretación, no lloran por la caída de Troya. Un solo dios acoge en su regazo la gloria y las miserias de todos los dioses, incluso de aquellos que que han muerto o los que aún no han nacido.

Cultura, sensibilidad y una superación del oficio acogen un gran poema.

Un abrazo.

[Marisa Aragón Willner]

Delicadas instancias poéticas de una ciudad deslumbrante y su gente , no menos deslumbrante en el tiempo , historia y poesía. Es bonito contemplar con ojos de viajero y poeta. un abrazo,

[Julio Gonzalez Alonso]

Muy meritorio, amigo Julio, este hermoso e interesante paseo por la eterna Estambul, sin duda dejas constancia de tu calidad literaria.
Felicidades.
Feliz verano y un fuerte abrazo.

Gracias por tus buenos deseos veraniegos, amigo Rafa. Estambul no deja a nadie indiferente. Puede ser la ciudad más admirada o no del mundo, pero no te deja indiferente. Y yo tenía una deuda con Estambul. De nuevo gracias con un abrazo. Salud.

[Julio Gonzalez Alonso]

Los griegos sabían que habían dioses malos y que los buenos tenían debilidades que los equiparaban con el hombre. Es curioso que en los países musulmanes la gente acoja con solemnidad oraciones que la gente, en muchos casos, no entiende y esos rezos que entrecortan el aire y hacen temblar los edificios no admiten interpretación, no lloran por la caída de Troya. Un solo dios acoge en su regazo la gloria y las miserias de todos los dioses, incluso de aquellos que que han muerto o los que aún no han nacido.

Cultura, sensibilidad y una superación del oficio acogen un gran poema.

Un abrazo.

Pues así es, Enrique, y así lo he percibido, no sólo en Estambul, sino en otros muchos lugares de Turquía. Gracias por tu culto y elogioso comentario. MI abrazo. Salud.

[Julio Gonzalez Alonso]

Delicadas instancias poéticas de una ciudad deslumbrante y su gente , no menos deslumbrante en el tiempo , historia y poesía. Es bonito contemplar con ojos de viajero y poeta. Un abrazo,

Un abrazo, Marisa, y muchas gracias por acompañarme en el paseo de estos versos sobre Estambul. Salud.

[E. R. Aristy]

EN EL CORAZÓN DE ESTAMBUL

¡Ah! Y qué soberbio choque
tectónico de culturas, la ciudad
de las tres costas
y el eco de los navíos
antiguos
rompiendo el agua con sus quillas.

Pisé Estambul en primavera;
los maniquíes andaban por las calles
y los aromas de las especias
pintaban los colores de sus mejillas
entre la lluvia de mayo; los neones
iluminaban sus vestidos vaporosos
y abrían a la imaginación la puerta
de la fantasía;
visité
los templos
en cúpulas celestes
multiplicándose en oraciones,
los almuédanos haciendo
llamamientos quejumbrosos desde los minaretes
sin descanso, tal vez
para pedir la paz y la concordia, la caridad del amor
y expresar el sueño
de un paraíso. Han callado las campanas. Pero
qué inútil, qué imposible, qué estériles
llamadas. Los dioses no se ocupan
de los errores de los hombres y sus alocuciones. Mientras
rezan nada hacen
para enmendarlos ni remediar sus vicios. En vano
elevan sus plegarias, se postran
en vano de rodillas.

Vi más,
como columnas clásicas sumergidas en estanques
donde el agua resuena en los besos
de los capiteles, cisterna basílica para la sed
de Bizancio, antes Constantinopla,
Estambul en sus últimos días de gloria
mirándose en el espejo del Mármara, navegando
el Bósforo,
hermosamente recogida en el Cuerno de Oro
y sus tres orillas.

También anduvieron mis pasos los ásperos cementerios,
cuna y descanso de los nabateos,
como bazares de muertos y tumbas sombreadas
donde deja el ciprés sus aromas de resinas. Allí,
paciente, esperaba el anciano, cerca de las puertas,
la llegada de su hora para entrar, acompañado
de tres gatos. A fin de cuentas
hay más vida en los cementerios
que en las plazas de la ciudad,
debió de pensar algún día.

La joven se acurruca al pie de una esquina
de la Universidad, casi una niña, mientras sostiene
a su pequeño en brazos. Con la mano extendida
recibe la limosna de las liras
y en sus ojos asombrados
me regala la dádiva del corazón
con la sonrisa asomada al brocal de los labios, la única flor
verdadera ante los muros del templo
del conocimiento
que no sabe
de estas enseñanzas. Admiré
una vez
el valor del turco
que rezaba dos veces al día; una
en una iglesia
y la otra en una mezquita
para hablar con el mismo Dios, y otra vez
al turco musulmán
que inclinaba con respeto la cabeza
al pasar ante las puertas del templo con una cruz;
Kavafis, mientras tanto, se esfumaba en sombras de tarde
y poesía
entre el ruidoso trajín de callejuelas
que siembran los bares y las tiendas, y en las salas
de los museos que custodian en lápidas y estatuas
la memoria de Constantino o en las vitrinas
que exhiben los tesoros del palacio deTop Kapi.

Vi más y
sentí más.

Ahora que Estambul se aleja
con sus secretos sepultados
bajo la luz plural de las aguas de sus mares
y sus siete colinas, eco de Roma, resonar
de tambores, fragor de batallas y brillo
de los sabios que tejieron con paciencia
su ancha mirada del mundo; Estambul,
puente de occidente, abrazo gigante
de oriente,
mestizaje secular
y preclaro meridiano
de la Historia.

González Alonso

Un poema de hondas resonancias, Julio. Nos haces escuchar el corazon de Estambul.

Su belleza ductil mas que el oro, parece inmune al mal de ojo de las cronicas.

" Ahora que Estambul se aleja
con sus secretos sepultados
bajo la luz plural de las aguas de sus mares
y sus siete colinas, eco de Roma, resonar
de tambores, fragor de batallas y brillo
de los sabios que tejieron con paciencia
su ancha mirada del mundo; Estambul,
puente de occidente, abrazo gigante
de oriente,
mestizaje secular
y preclaro meridiano
de la Historia."

Posees la lupa de las esencias y nos transmites la mirada sensible del poeta augusto. Un placer inmenso leer tu Estambul. Abrazos, ERA

[Julio Gonzalez Alonso]

Posees la lupa de las esencias y nos transmites la mirada sensible del poeta augusto. Un placer inmenso leer tu Estambul. Abrazos, ERA

Para mí el placer es haberme sentido acompañado con tu comentario en este viaje a Estambul. Mil gracias y un abrazo. Salud.

[Ramón Castro Méndez]

Excelente poema, Julio. La cabeza se llena de imágenes, olores, sabores... vida, en definitiva, en este recorrido por Estambul.
Enhorabuena.

Un fuerte abrazo.

[Julio Gonzalez Alonso]

Excelente poema, Julio. La cabeza se llena de imágenes, olores, sabores... vida, en definitiva, en este recorrido por Estambul.
Enhorabuena.

Un fuerte abrazo.

Muchas gracias por tu enhorabuena y por la compañía en este paseo por Estambul. Mi abrazo, y salud.