Animálculos

[Raul Muñoz]

La piel no advierte ni frío ni calor

entre una y otra línea del tiempo;

desprovista de bujías, poco a poco,

se adhiere a un cuerpo como hierba

crecida en el muro blanco del frío.


Se ausenta la intención, sola queda

la tenue luz cuando vacila la lengua

entre el cielo y la tierra, muy lejos,

siempre lejos del rumor del agua,

cuando ésta figura en los espejos

buscando su razón de ser.


Oí crecer al deseo, asombrado

por los recovecos de la entraña,

mas no era aún ni siquiera sombra,

margen o tangente que mide distancias

auscultando la risa floja de las nubes,

y por ende el gran vacío del mar.


Los volví a encontrar con ojos de niño,

y su tibieza recurrente encharcaba mis días;

me parecían indescriptibles, mucho más

que el cielo invitándome a pintar un bosque

azarosamente poblado en mi boca.


Mas comprendo aquel imposible cofre

abandonado para siempre sin límite alguno

ni forma precisa para colorear.


De ahí la tristeza de la nuca vuelta hacia la tierra;

la inmóvil roca cuando mira de cerca la impureza;

un ocaso deforme por sus garras inadvertidas,

estiradas más allá de los límites de la melancolía

donde nace una pena tallada en metal precioso,

ávida de una noche oscura sin apenas lágrimas.


Oculto -sin mí- este cuerpo mío

infinito de infancias irreconocibles,

pertrechadas con ásperos atuendos.


Solo un niño coronado de sinsabores,

allí desterrado, como un lucero

que esperase el abrazo del tiempo.


Quien, tembloroso, palpa en el útero de la melancolía,

tratando de hallar la forma de aquellos seres extraños:


animálculos corporizados en una infancia tan triste.

[Carmela Viñas]

Bellísimo tu poema con una expresividad asombrosa, Raúl Muñoz. Felicidades por pintar esa infancia teñida de melancolía que atrapa al lector.
Abrazos.

[Ramón Carballal]

Muy buen poema, Raúl. Me gustó mucho. El tono existencial y la profundidad de las imágenes así lo atestiguan. Un abrazo.

[E. R. Aristy]

Es un poema muy triste, casi fatalista. Concuerdo con el comentario de nuestro colega,Ramon. La imagen del " útero de la melancolía" y que toda esa tristeza sea contra natural: "Quien, tembloroso, palpa en el útero de la melancolía,

tratando de hallar la forma de aquellos seres extraños:


animálculos corporizados en una infancia tan triste."

me parecen estas imagenes excepcionalmente bellas y con poder evocativo. Abrazos, ERA

[Raul Muñoz]

Gracias Carmela. La infancia siempre regresa.

Un abrazo.

[Raul Muñoz]

Gracias Ramón. Me alegra que te guste.

Un abrazo.

[Raul Muñoz]

Siempre regresa la infancia. De pequeño tenía pasión por los seres microscópicos. Todavía hoy. La primera vez que vi Paramecios me dio un vuelco el corazón.

Animálculos: animales no visibles a simple vista, microscópicos, como el Paramecio.

Gracias Era, por tu bello comentario.

Un abrazo.

[Julio Gonzalez Alonso]

Qué interesante recorrido introspectivo para llegar a la infancia y descifrar hasta la más ínfima forma de lo vivido y que sigue vivo dentro. Estupendo. Mi abrazo y salud.

*Nota.- Te sugiero corregir el sustantivo "sinsabores" (en lugar de "sin sabores")

[Raul Muñoz]

Me alegro Julio, amigo, de encontrarte en este recorrido de la infancia. Gracias por estar. También por la corrección.

Un abrazo.

[Rafel Calle]

Un poema muy bello e interesante de principio a fin, que, a mi juicio, debemos colocar entre lo más granado de tu obra, amigo Raúl.
Felicidades.
Abrazos.

[Pilar Morte]

Precioso poema. Me gustó mucho cómo verso tras verso nos dejas recuerdos profundos del pasado. Felicidades por esta magnífica obra.
Abrazos y salud.

[Raul Muñoz]

Gracias Rafael siempre por los ánimos. Seguimos en el recuerdo. Creo que era Antonio Machado, quien daba mucha importancia a que la poesía se nutre en el recuerdo. Es posible, así adquieren emoción los poemas siendo reflejos de lo vivido.

Un abrazo, amigo.

[Raul Muñoz]

Gracias Pilar siempre por los ánimos y tu sensibilidad poética.

Un abrazo, amiga.