Mi niña de azules trinos

[Carmela Viñas]

A mi amada hija Ximena

Mi acordeón de amapolas
y bosques de eucaliptus,
de tangos tallados
en mi latir de lontananza
se va contigo:
mi niña de azules trinos.

Para cuidarte
en tu vuelo de lucero,
deja para mí un azahar de amor
que se deshoje en tu peregrinar.
Mi corazón reunirá los pétalos
— tus besos que acercan los alisios —.
Y así podré crear, para las dos,
un puente de madreselvas.
Cenit de dos almas
cuyo amor pinta los cielos.

Hay secretos que te esperan
en el silencio de los Andes.
Búscalos,
—¡mi amada niña de azules trinos! —
con ojos de calandria.
Así tu canto inmaculado
unirá dos increíbles mundos.

Como yo lo hice hace tiempo
al adentrarme, primero,
en los paisajes lusitanos,
en la danza de estas azules aguas
y en el hablar de los riscos.

Carmela Viñas
Todos los derechos reservados

[Julio Gonzalez Alonso]

Abro encantado los comentarios a tu poema de ecos andinos, lusitanos y amorosos. Un placer, Carmela. Salud.

[Pilar Morte]

Un poema muy hermoso y entrañable. Un amor que siempre va en el corazón. Me encantó.
Abrazos y felicidad.

[Carmela Viñas]

Abro encantado los comentarios a tu poema de ecos andinos, lusitanos y amorosos. Un placer, Carmela. Salud.

Muchas gracias por abrir el camino a los comentarios y por tus generosas palabras, Julio.
Un abrazo.

[Carmela Viñas]

Un poema muy hermoso y entrañable. Un amor que siempre va en el corazón. Me encantó.
Abrazos y felicidad.

Feliz por tu presencia en estos versos, Pilar. Muchas gracias por tus cálidas palabras.
Abrazos

[Ramón Carballal]

Muy hermoso y tierno el poema que dedicas a tu hija. Un gusto leerlo. Abrazos.

[E. R. Aristy]

Entrañables versos dedicatoria, te felicito Carmela. Abrazos, ERA

[Alejandro Costa]

Es la primera vez que te leo.

Un poema precioso, con el obsequio añadido a tu hija.

Un beso.

[Carmela Viñas]

Muy hermoso y tierno el poema que dedicas a tu hija. Un gusto leerlo. Abrazos.

Muchas gracias, Ramón Carballal, por tu lectura y palabras.
Abrazos.

[Carmela Viñas]

Es la primera vez que te leo.

Un poema precioso, con el obsequio añadido a tu hija.

Un beso.

Muchas gracias por tu huella en este espacio y por tus palabras, Alejandro Costa.

Abrazos.

[Francisco Lobo]

A mi amada hija Ximena

Mi acordeón de amapolas
y bosques de eucaliptus,
de tangos tallados
en mi latir de lontananza
se va contigo:
mi niña de azules trinos.

Para cuidarte
en tu vuelo de lucero,
deja para mí un azahar de amor
que se deshoje en tu peregrinar.
Mi corazón reunirá los pétalos
— tus besos que acercan los alisios —.
Y así podré crear, para las dos,
un puente de madreselvas.
Cenit de dos almas
cuyo amor pinta los cielos.

Hay secretos que te esperan
en el silencio de los Andes.
Búscalos,
—¡mi amada niña de azules trinos! —
con ojos de calandria.
Así tu canto inmaculado
unirá dos increíbles mundos.

Como yo lo hice hace tiempo
al adentrarme, primero,
en los paisajes lusitanos,
en la danza de estas azules aguas
y en el hablar de los riscos.

Carmela Viñas
Todos los derechos reservados

Sentido, perfumado y lleno de color. Me agradó mucho su lectura. Un abrazo

[Raul Muñoz]

Qué bello, muy hermoso poema, Carmela. Es como un elixir de poesía. Mi enhorabuena por esta creación, que es un gusto para los sentidos, la mente y el corazón. Gracias por compartir.

Un abrazo.

[Carmela Viñas]

Muchas gracias por tu huella y palabras,Francisco Lobo.
Un abrazo.

[Carmela Viñas]

Qué bello, muy hermoso poema, Carmela. Es como un elixir de poesía. Mi enhorabuena por esta creación, que es un gusto para los sentidos, la mente y el corazón. Gracias por compartir.

Un abrazo.

Muchas gracias por detenerte en estos versos y dejarme tan amables impresiones, Raúl Muñoz.
Abrazos.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Muy hermoso, amiga Carmela, este poema dedicado a tu hija.
NORABOA para ambas.

Un bico.