La carretera

[Francesch Vicent]

Hoy la luna tampoco se ha presentado.

Después de un día
que nunca llega a despertar del todo,
la obscuridad aprovecha la ocasión
en que las horas, insolentes y perezosas,
se hacen eternas
para arrebatarnos el espacio,
las dimensiones y el centro de gravedad,
llevándose consigo el mundo.

Somos, a partir de este momento,
presas fáciles
de jaurías humanas que, con fruición,
devoran nuestra capacidad
de compasión y los anhelos de utopía.

Estar cuerdos entre tanta desolación
es un suplicio
que nos obliga a vagar sin descanso
por una carretera que conduce a ninguna parte,
pues ya no quedan sitios
donde pasar el resto de nuestras vidas.

Aún me quedan dos balas en la recámara,
pero sé que jamás podré disparar contra mi hijo.

[E. R. Aristy]

Hoy la luna tampoco se ha presentado.

Después de un día
que nunca llega a despertar del todo,
la obscuridad aprovecha la ocasión
en que las horas, insolentes y perezosas,
se hacen eternas
para arrebatarnos el espacio,
las dimensiones y el centro de gravedad,
llevándose consigo el mundo.

Somos, a partir de este momento,
presas fáciles
de jaurías humanas que, con fruición,
devoran nuestra capacidad
de compasión y los anhelos de utopía.

Estar cuerdos entre tanta desolación
es un suplicio
que nos obliga a vagar sin descanso
por una carretera que conduce a ninguna parte,
pues ya no quedan sitios
donde pasar el resto de nuestras vidas.

Aún me quedan dos balas en la recámara,
pero sé que jamás podré disparar contra mi hijo.

Wow! Has enmarcado el descabellado mundo cada vez actualizandose en desesperantes auto destruccion. La ansiedad de la existencia, el padecer del testigo, la completa desilucion cuando es otra cosa, si lo que nos catapulta a vivir. Creoque tu poema es vital en nuestra odisea existencial. Un abrazo grande, Francesh. ERA

[Sergio D'Baires]

Francesch : Poeta

¡Terrible!
¡Hermoso!
Denso

¡Nunca se sabe!


Un abrazo

[Pilar Morte]

Un poema hermoso que se ajusta a la situación actual. Me han gustado tus reflexiones partiendo de la oscuridad.
Abrazos y felicidad.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Estar cuerdos entre tanta desolación
es un suplicio
que nos obliga a vagar sin descanso
por una carretera que conduce a ninguna parte,
pues ya no quedan sitios
donde pasar el resto de nuestras vidas.

Aún me quedan dos balas en la recámara,
pero sé que jamás podré disparar contra mi hijo.

Estas dos estrofas finales son rotundas, duras, pero reales. El poeta se encuentra perdido en un mundo sin sentido y fuera de cualquier tipo de control moral…
Pero queda ese hijo al que no puede disparar, y que es la metáfora de la esperanza a la que nunca deberíamos renunciar, a la que nunca deberíamos de asesinar.

Todo un placer de lectura, amigo Francesch.

Un abrazo.

[Francesch Vicent]

Muchas gracias, amiga ERA, por tu certero análisis de este poema.
Un afectuoso saludo.

[Raul Muñoz]

Qué duro, durisimo poema. Por esa carretera vamos. Con las balas en la recámara de la conciencia. Me gusta la forma poética para expresar el desasosiego y la desolación que vivimos. Gracias por compartir Francesch.

Un abrazo.

[Hallie Hernández Alfaro]

.

Un poema muy duro y bien concebido, querido compañero.
Tal vez, el desafío sea, aprender a manejar ese mapa terrible con nuestros mejores recursos.
Creo también, que esas dos balas, no servirían demasiado; podrían alcanzar un retraso en los procesos, pero la vida termina venciendo y, siempre anida en nuevos cuerpos...

Un abrazo de los grandes; gracias por estar.