Quietud

[Francesch Vicent]

Desde hace mucho que a tu corazón acuden
incesantes los pasos de amazona
galopando hacia la batalla
y como un ser que con brazo de piedra
defiende hasta la extenuación
lo hermosamente vital,
enarbolas esperanzas, velas sueños,
llenas dominios vacíos,
ordenas territorios confusos
y muerdes el fuego dormido
para alejar a las sombras que crecen.
Mas llegados a este punto,
lo que has construido
y lo que hoy eres aquí y ahora
y en todo tiempo, seguirá existiendo
y preservándose incesantemente
como un bello camino entre las estrellas.

Y aunque las fatigas y las edades,
que implacablemente se acumulan
en el corazón, intentarán transformarte
en planta enraizando en tierras
angustiosamente desérticas,
nadie, ni la mano más robusta,
ha conseguido doblegar
la fuerza de tu palabra; y nada,
ni los vientos más violentos,
ha logrado arrebatarte tus arrojos.
Ahora, deja abiertas las últimas puertas
y puesto que grande es tu victoria,
una corona de laurel
adorna tus cabellos para siempre,
sal al encuentro del tiempo
para someterlo a tus caprichos.

Por eso, llegados a este punto,
con la última metamorfosis
-la del finiquito-
donde seguir en pie se convierte
en una cuestión de honor,
abre tus ojos, y que sea irrevocable,
a los colores del mar,
a los atardeceres perfumados
y a las noches donde eterna habita la Luna;
reclama como derechos
el embeleso de las fontanas,
las olas que acarician
y los límpidos paisajes
donde entre el vasto aire ya brillan
y juegan las aves celestes.
Y porque ya eres más de lo que fuiste
déjalo todo y sin la molestia del tiempo,
pues nadie sabe de qué está hecho el mañana,
largo contempla con el amado tanta belleza.

[Ramón Carballal]

Una interesante reflexión vital. Me ha gustado todo el poema, pero especialmente la última estrofa. Un saludo.

[Carmela Viñas]

Bellas imágenes en un decir profundo del alma.
Un placer leerte, Francesch.
Saludos.

[E. R. Aristy]

Desde hace mucho que a tu corazón acuden
incesantes los pasos de amazona
galopando hacia la batalla
y como un ser que con brazo de piedra
defiende hasta la extenuación
lo hermosamente vital,
enarbolas esperanzas, velas sueños,
llenas dominios vacíos,
ordenas territorios confusos
y muerdes el fuego dormido
para alejar a las sombras que crecen.
Mas llegados a este punto,
lo que has construido
y lo que hoy eres aquí y ahora
y en todo tiempo, seguirá existiendo
y preservándose incesantemente
como un bello camino entre las estrellas.

Y aunque las fatigas y las edades,
que implacablemente se acumulan
en el corazón, intentarán transformarte
en planta enraizando en tierras
angustiosamente desérticas,
nadie, ni la mano más robusta,
ha conseguido doblegar
la fuerza de tu palabra; y nada,
ni los vientos más violentos,
ha logrado arrebatarte tus arrojos.
Ahora, deja abiertas las últimas puertas
y puesto que grande es tu victoria,
una corona de laurel
adorna tus cabellos para siempre,
sal al encuentro del tiempo
para someterlo a tus caprichos.

Por eso, llegados a este punto,
con la última metamorfosis
-la del finiquito-
donde seguir en pie se convierte
en una cuestión de honor,
abre tus ojos, y que sea irrevocable,
a los colores del mar,
a los atardeceres perfumados
y a las noches donde eterna habita la Luna;
reclama como derechos
el embeleso de las fontanas,
las olas que acarician
y los límpidos paisajes
donde entre el vasto aire ya brillan
y juegan las aves celestes.
Y porque ya eres más de lo que fuiste
déjalo todo y sin la molestia del tiempo,
pues nadie sabe de qué está hecho el mañana,
largo contempla con el amado tanta belleza.

Hermoso y esperanzador poema, Francesh.

[Raul Muñoz]

Me gusta mucho Francesch. La fuerza luminosa arrastra al lector y llega como un soplo de aire fresco, una algarabía de pájaros. Siempre me apasionan los poemas, cuando la voz interior se dirige al mismo poeta. Al final, dices, el Amado.

También me llama la atención, cuando hablando de las cosas a dejar atrás, mencionas finiquito. Me resultó sugerente porque engarza con algo de la realidad más cotidiana; a mí por lo menos me llevó a momentos en mi vida, en los que he tenido la valentía de irme de un trabajo, donde no me correspondía estar.

Gracias por compartir, Francesch.

Un abrazo.

[Pilar Morte]

Me ha gustado tu poema tan directo y hermoso. Reflexionas con inteligencia. Un placer leerte.
Abrazos y felicidad.

[Hallie Hernández Alfaro]

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Buenos días, amigos.

Os pido, por favor, que no uséis continuamente el citado (quote) en las respuestas; requiere mucho espacio en la página.
Gracias por vuestra comprensión.

Un abrazo.

[Hallie Hernández Alfaro]

.

Qué bien dispones y logras esta Quietud, amigo mío.

El poema me lleva en volandas hacia la introspección hermosa; he viajado en sus versos por paisajes íntimos y universales...

Un placer de lectura.
Aplausos a rabiar; un abrazo también.

[Francesch Vicent]

Una interesante reflexión vital. Me ha gustado todo el poema, pero especialmente la última estrofa. Un saludo.

Muchas gracias, Ramón, por tu amable respuesta.
Un saludo cordial.

[Francesch Vicent]

Bellas imágenes en un decir profundo del alma.
Un placer leerte, Francesch.
Saludos.

Muchas gracias, Carmela, por la amabilidad de tu comentario.
Un saludo afectuoso.

[Francesch Vicent]

Mucha gracias, amiga Aristy, por tu bello comentario.
Un saludo afectuoso.

[enrique sanmol]

Reflexión introspectiva escrita con un muy buen saber hacer y la profundidad que da esa quietud que tal vez viene de la experiencia (llegados a este punto) y cuando el finiquito ya está en nuestras manos.

Gracias por el poema. Un cordial saludo.

[Hallie Hernández Alfaro]

,

Vuelve para disfrute de todos.

Un abrazo, amigo.

[Francesch Vicent]

Muchas gracias, amigo Raúl, por la profundidad de tu lectura y la belleza de tus palabras, cargadas de reflexiones y vivencias.
Un cordial saludo.

[Francesch Vicent]

Muchas gracias, amiga Pilar, por acompañar con tus palabras amables a los poetas descarriados.
Un afectuoso saludo.